Por Michael Pearson
(CNN) — Es una historia sorprendentemente conocida: un choque violento durante una carrera provoca que los escombros vuelen hacia las gradas. Los espectadores se dispersan, algunos resultan heridos.
Ocurrió de nuevo el domingo, en el Gran Premio IndyCar en Houston, en donde 13 espectadores resultaron lesionados cuando dos autos chocaron en la última vuelta de la carrera; uno de ellos salió proyectado hacia la cerca de protección, mientras que el otro perdió el control, perdió parte del costado y arrojó restos hacia las gradas. Uno de los pilotos, el tricampeón de las 500 millas de Indianápolis, Dario Francitti, sufrió lesiones en la columna y en el tobillo y lo hospitalizaron.
El incidente ocurrió ocho meses después de un accidente que ocurrió en febrero, durante una carrera de la NASCAR en el Autódromo Internacional de Daytona, en el que los restos de un choque salieron proyectados hacia las gradas y lesionaron a 28 aficionados. En marzo, dos personas —un piloto y un niño de 14 años que se encontraba en la zona de pits de una pista de carreras en California— murieron a causa de un accidente durante las vueltas de calentamiento.
Aunque parece que nadie está al tanto de las estadísticas generales, el diario estadounidense The Charlotte Observer reportó en 2011 que entre 1990 y 2010 habían muerto 46 espectadores en las pistas de carreras de Estados Unidos. El diario no llevaba un registro de los lesionados.
Una empresa de seguridad para carreras, PRESS Inc., hace referencia a las cifras del sector de las aseguradoras e indica que cada año hay 2,000 espectadores lesionados.
En un comunicado que se emitió el lunes, IndyCar declaró que está “estudiando exhaustivamente el accidente. Reducir el riesgo relacionado con las carreras es una de nuestras prioridades y recibe nuestra atención constante y persistente”.
El tema de la seguridad de los aficionados ha estado presente en la agenda de IndyCar desde hace tiempo. El asunto se amplificó hace dos años, cuando el bicampeón de las 500 millas de Indianápolis, Dan Wheldon, murió luego de que su auto golpeara el soporte de una barda durante una carrera en Las Vegas. El año pasado, un consultor de la liga dijo que esta estaba comprometida con la investigación de métodos para mejorar el diseño de las barreras con el fin de evitar que los restos de los choques lleguen a los aficionados, según IndyCar.com.
En mayo, el director general de la liga, Mark Miles, dijo que los ejecutivos analizarían las nuevas iniciativas de seguridad, entre ellas la posibilidad de colocar nuevas clases de cercas, de implementar mayores medidas de seguridad cerca de donde los pilotos se detienen para los servicios y reparaciones y mejoras a la seguridad de los pilotos.
La NASCAR adoptó medidas de seguridad similares luego del choque en febrero en el Autódromo Internacional de Daytona al agregar cables adicionales en las puertas de cruce y marcos de sujeción en las puertas que llevan a las posiciones de salida.
Con información de Dan Moriarity