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Denver (CNN) – Hace un año, el corredor Victor Carlos, de 42 años, pensó que estaría entusiasmado con sólo ver la línea de partida. Pero eso fue antes de que casi perdiera la vida.

De hecho, el padre de dos niñas no respiró durante un mes; fue una máquina la que le daba oxígeno a su cuerpo.

Ahora, está entrenando para otra maratón.

Todo inició en diciembre, con un serio episodio de gripe que se convirtió en una infección bacteriana aguda. Para el momento en que fue ingresado al hospital, la condición de Carlos era crítica.

“Entramos a la evaluación, y su nivel de oxígeno apenas era de 57%; todos vimos la realidad”, le dijo Brenda Vogelewede, esposa de Carlos, a CNN. Los niveles saludables de oxígeno en la sangre están por encima de 95%.

Carlos estaba en serios problemas. Había desarrollado síndrome de dificultad respiratoria aguda, también conocido como SDRA. Esto estaba matando a Carlos lentamente, al atacar sus pulmones.

“No era sólo eso, sino varios de sus órganos también estaban fallando a causa de la infección. Así que sus riñones no estaban funcionando. Su hígado no estaba funcionando. Y su médula ósea también estaba fallando”, dijo el Dr. Ashok Babu, cirujano cardiotorácico en el Hospital de la Universidad de Colorado.

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Babu no tenía tiempo que perder. Sabía que tratar de forzar aire dentro de los pulmones de Carlos iba a causar más daño, en lugar de beneficios. Pero sin oxígeno, sus órganos pronto iban a detenerse. Babu tenía una opción: un procedimiento llamado oxigenación de membrana extracorpórea, u OMEC.

Con este tratamiento, los médicos apagan el respirador del paciente; luego, insertan un tubo especial en el corazón. Una bomba saca sangre del cuerpo, la pasa por una máquina de oxigenación que quita el dióxido de carbono, y regresa el oxígeno al corazón. Funciona como un pulmón externo, sin que el paciente de una sola respiración.

“Entonces, la sangre oxigenada pudo pasar por los pulmones, y los pulmones no tenían que hacer nada, porque ya había sido procesada”, dijo Babu. “Y lo que vemos en la radiografía es que los pulmones básicamente han colapsado. …No están funcionando. Ayudamos al paciente hasta que los pulmones puedan sanar por sí mismos”.

A la familia de Carlos le dijeron que tenía de 40% a 50% de probabilidades de sobrevivir.

“El Dr. Babu al inicio pensó que Carlos iba a estar con el procedimiento OMEC por una semana”, recordó Voglewede. “Luego, la semana se convirtió en dos semanas. Y después ya sólo nos decía ‘Bueno, a veces sólo hay que esperar que estas cosas pasen’”.

Babu dijo, “Dos semanas después de haber iniciado el proceso, estábamos bastante preocupados de tener a este joven cuyos pulmones no parecían reaccionar. En ese momento, Carlos era el paciente a quien tuvimos en OMEC por más tiempo en la historia de nuestro programa”.

Dos semanas se volvieron cuatro. Carlos no respiró una sola vez durante un mes.

Entonces hubo un gran avance.

“De forma un tanto milagrosa, sus pulmones empezaron a funcionar”, dijo Babu.

Para entonces, Carlos era una sombra de lo que solía ser. Había bajado más de 30 libras.

“Imagínate, antes de entrar al hospital, eres una persona activa. Luego entras, te duermen, y cuando te despiertas… no puedes sentarte, no puedes levantar tus brazos, ves tus piernas, y es como si ya no estuvieran ahí”, dijo Carlos. “Entonces te das cuenta que es mucho peor de lo que te esperabas”.

Aún así, estaba decidido a recuperarse plenamente. Siete semanas después de haber ingresado al hospital, Carlos pudo irse a casa.

“Empecé a caminar una cuadra, y luego, me extendía un poco más al día siguiente, a una cuadra y media, o dos. Después, ya era como caminar a la escuela con las niñas”, dijo.

Increíblemente, sólo seis meses después, Carlos ya está corriendo.

“Mi meta en ese entonces era poder trotar sin parar por 5 kilómetros. Y no pensaba que no iba a poder hacer eso sino hasta noviembre. Sucedió en mayo”, dijo.

Una vez que pudo recorrer 5 kilómetros, la distancia con la que normalmente empezaba a entrenar para una maratón, “entonces supe que era sólo cuestión de tiempo”.

Carlos se ha fijado el objetivo de correr la Maratón Denver Rock ‘N Roll el 20 de octubre. Ya ha logrado recorrer los 42 kilómetros en una sesión de entrenamiento.

Carlos no corre para hacerlo en el mejor tiempo. Corre porque puede.

“Ahora, cada vez que logro correr una larga distancia, me emociono un poco. Pienso en todas las personas que estuvieron ahí cuando no podía hacerlo por mi mismo. Pienso en las enfermeras, las personas del trabajo, mi jefe, quien me envió tarjetas… mis vecinos, familiares y amigos, todos pidiendo por mí”, dijo.