Por Misael Rincón, iReportero
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Santo Domingo (CNN Español) – El famoso vendedor Palito de Coco reapareció, y de qué manera.
El que hace unos meses era un simple comerciante callejero de chucherías en República Dominicana, que se hizo famoso gracias a que alguien colgó su vídeo en internet cantando su tonadilla de venta, ya tiene manager, agenda artística y hasta tour por todo el país.
Ya no camina por las calles, sino con un gran séquito de personas a sus disposición y en un gran auto negro todo terreno como los que se ven en la serie de televisión Criminal Minds.
Su auténtico nombre es Romai, tiene una esposa que ha estado a su lado cuando las cosas iban mal y ahora también cuando les van bien, y una hija de meses que esta en Haití con su abuela.
No habla bien español y apenas podemos entenderle. Pautamos una entrevista para conocer quién es realmente el protagonista de toda esta historia.
Oliver Peña es su manager. Nos dice que una persona fue a su oficina le habló de Palito Coco y le dijo que tenía que ganarse primero su confianza para que se lo mostrara. Oliver, dudoso y desconfiado, accedió al encuentro.
Viajaron hasta un pequeño pueblo en la línea noroeste del país y allí encontraron a Romai manejando un Mototaxi que en Dominicana le llaman Motoconcho. Romai ganaba por ese trabajo unos 15 dólares diarios, así que Oliver habla bien claro con él y le propone ser su Manager y que juntos pueden emprender un gran proyecto. Le promete que invertirá en su imagen, y él aceptó.
Los recuerdos de Romai sobre su vida como vendedor de Palitos de Coco no son muy buenos. A veces tenía que recorrer entre 40 a 60 kilómetros diarios de un pueblo a otro en la parte norte del país.
Romai dice que no ha sido ajeno al éxito de su canción. Un vecino le contó que era famoso y que todo el mundo le estaba buscando, pero Romai no tenía los medios necesarios para salir a buscar ese éxito. Nos cuenta que él es quien compone sus canciones y que el ingenió se le agudizó para tratar de atraer a los clientes. Siempre soñó con que algún día sería famoso en la tele, pero asegura que nunca pensó que sería tan rápido.
Romai hoy es una celebridad, mañana no sabemos, lo que sí sabe él es que no quiere despertar de este sueño. Ya no quiere volver a vender por las calles el Palito de Coco.