Sophie Scott, profesora de neurociencia cognitiva de la Universidad College London en Inglaterra estudia la risa.

Por Sheena McKenzie, CNN

(CNN) – Estoy en una habitación especial para la risa. Lucho contra el impulso de desmayarme… o vomitar… o al menos limpiar las gotas de sudor que se forman en mi labio superior. La cámara sin eco es apenas lo suficientemente grande para que quepan dos sillas. Cada superficie está cubierta por pedazos de espuma, tiene un televisor atornillado a la pared y parece el cuarto de confesiones de un Big Brother apocalíptico.

Nadie podría escucharte gritar… y ese es exactamente el punto. En esta habitación libre de eco, la científica de la Universidad College London de Inglaterra Sophie Scott graba la risa para descifrar qué nos hace reír y por qué.

“Aquí grabamos mucho de nuestro estímulo emocional. Intentamos hacer reír a las personas, lo que es todo un reto. También hacemos llorar a las personas, y eso es muy fácil. Llorar en una cámara sin eco: la tormenta perfecta”, dice la profesora de Neurociencia Cognitiva, antes de echarse a reír.

Reír muy fuerte (LOL)

¿Cómo haces que alguien se ría mucho en un ambiente tan incómodo? Los videos de YouTube ayudan y para eso es el televisor. Pero el mejor truco es estar con amigos. De hecho, somos 30 veces más propensos a reírnos cuando estamos con otras personas, dice Scott.

Como parte de sus experimentos, Scott y su equipo grabaron dos tipos de risa en la cámara sin eco: por un lado risa muy fuerte, real e incontrolable y por otro risas fingidas.

Luego reprodujeron las grabaciones para más de 1.000 personas, mientras escaneaban sus cerebros con una resonancia magnética.

“Cuando las personas escucharon la risa posada, hubo más activación en áreas del cerebro asociadas con tareas de ‘mentalización’, como intentar descifrar lo que piensa alguien más”, dice Scott.

“La risa verdadera fue mucho menos ambigua que la risa posada; si alguien realmente se ríe mucho, es fácil entender lo que hacen”.

También encontraron que los hombres y las mujeres procesaban la risa en casi la misma forma. “Tenemos un mito de que las mujeres y los hombres utilizan la comunicación muy diferentemente; que los hombres no son emotivos y que las mujeres son de alguna manera demasiado emotivas”, dice Scott. “Ese no es el caso”.

Idioma universal

Para Scott, la risa es más que mostrar diversión; es una forma original de mostrar a las personas que nos gustan y que queremos gustarles.

“La risa es la única emoción positiva que encontramos que era reconocida interculturalmente. No importa dónde estés en el mundo, es un sonido que las personas reconocen”, dice.

“Curiosamente, no está limitada a los humanos. Los chimpancés se ríen, los orangutanes se ríen, incluso las ratas se ríen”. Scott se refiere a estudios hechos por el científico estadounidense Jaak Panksepp, quien encontró que las ratas hacen el mismo sonido agudo “de risa” cuando juegan que cuando les hacen cosquillas.

Tal es el poder de unión de la risa, que incluso puede ayudarte a formar o romper una relación, como explica Scott: “Algunas de las cosas que los científicos encuentran es que las personas que manejan situaciones estresantes con un sentimiento positivo (risas) son las personas que se quedan juntas más tiempo”.

“El comediante Victor Borge dijo, ‘la risa es la distancia más corta entre dos personas’. Creo que a lo que Borge se refería era a la intimidad de la risa. Es una expresión de cercanía”.

Científica comediante

Scott dice que es “científica comediante” y se presenta en el Club Bright de la universidad, un grupo de investigadores que utiliza la comedia para ofrecer su mensaje en el escenario.

“Fue una de las cosas más aterradoras que he hecho, pero me interesé completamente por eso, porque es una forma interesante de abordar tu trabajo”, dijo Scott.

“Todavía sucede que en general, el estereotipo del científico es un hombre con barba gris, bata blanca en un laboratorio; y por supuesto, eso no es verdad”, dijo Scott.