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Por Paula Hancock
Tacloban, Filipinas (CNN) - “Es como si un tsunami lo hubiera arrasado todo”.
Estas fueron las primeras palabras de la periodista de CNN Paula Hancock, a su llegada a la zona devastada por la súpertormenta, la ciudad de Tacloban, a bordo de un avión de transporte militar. Es el primer equipo internacional de noticias que llega a esta parte de Filipinas tras el paso del tifón Haiyan - una de las tormentas más fuertes jamás registradas en golpear la tierra - y que ha dejado más de un millar de muertos.Hancock y la tripulación hicieron autostop desde Manila y volaron con los militares del país, junto con los miembros de el Programa Mundial de Alimentos, de las Naciones Unidas, los medios de comunicación locales y una carga de ayuda alimentaria. Este es su primer relato de lo que vio

El daño sufrido por Tacloban es casi idéntico al que causa un tsunami. Como sobrevolando la zona, vimos un montón de agua y mucha destrucción. Todo está inundado y destruido.

La enorme devastación y ruina que se aprecian es algo que he visto cuando la zona ha sido arrasada por un tsunami. Nunca había visto nada parecido causado por un tifón. Cada árbol ha sido aplastado, partido o arrancado lo que muestra la fuerza de los vientos.

Los funcionarios me dicen que la marejada llegó tan alto como el segundo piso del edificio de la terminal y su estructura quedó devastada y todo lo que alguna vez estuvo dentro del edificio está desperdigado por todas partes.

Los helicópteros están despegando desde la pista de aterrizaje - esto parece que se ha convertido en un punto de reunión de la ayuda humanitaria. Es difícil calcular cuántas víctimas ha causado aquí la tormenta y en el resto del país, o cuál ha sido la magnitud de los daños ocasionados.

En Tacloban la red eléctrica se ha caído y el propio aeródromo está demasiado dañado. El ejército y la ONU están intentado establecer áreas donde los residentes puedan venir a recibir ayuda. Esta es la fase inicial de las actividades de socorro.

Hay una gran cantidad de residentes deambulando como si buscaran algo como si no supieran qué hacer. Es difícil saber cuánta gente va a venir a esta zona. Los caminos son inaccesibles y hay zonas completamente aisladas. Hay apenas un sólo árbol en pie. La gente está llegando a la zona de la terminal, ya que creen que es donde se administran alimentos, agua y primeros auxilios.

El director del Programa Mundial de Alimentos me dijo que lo que tienen que hacer en las primeras horas es averiguar donde se pueden encontrar los desaparecidos, donde no pueden llegar y eso les llevará algún tiempo.

Y eso es también una tarea importante para el ejército: llegar a las zonas que necesitan. Pero para acceder a algunas partes afectadas necesitarán maquinaria pesada y bastante tiempo.

El primer reto será proporcionar alimentos, agua y refugio.

Un par de vecinos se me han acercado. Uno de ellos, un joven con su hija, estaba en estado de shock. Necesitaba algún tratamiento médico pero las instalaciones médicas son muy rudimentarias, pero eso va a cambiar en las próximas horas.

También hay otras personas más tranquilas, e incluso sonrientes. Eestán familiarizados con los tifones, ya que este país vive cada año cerca de 20 tifones, pero no en el nivel o la escala provocado por la tormenta Hiyan.

Entre las tareas que enfrentan los trabajadores de socorro está el suministrar comida para estas personas. Alimentos y agua son el principal problema que enfrentan los residentes.

Los militares están llevando tiendas a ciertas áreas con fines médicos o para proporcionar refugio.

Hay algunas estructuras que permanecen intactas, pero parecen muy peligrosas en sí mismas. Aunque estén inestables no hay demasiadas alternativas en este momento.