Por Paula Hancocks y Eliott C. McLaughlin

(CNN) — Todas las personas que estaban en el hospital aplaudieron cuando la niña nació.

Se evacuó a muchas mujeres embarazadas para que dieran a luz luego de que el tifón Haiyan dejara los centros médicos en ruinas, pero esta madre no tuvo tiempo. Los vecinos la llevaron a un hospital improvisado el lunes.

“El bebé salió y lloró de inmediato. No hubo problemas. No hubo sangrado”, dijo el capitán Antonio Tamayo, de la Fuerza Aérea de Filipinas. “Fue un parto perfecto en un ambiente muy imperfecto”.

Fue una pequeña victoria en una zona en la que predomina la derrota. Haiyan golpeó de forma tan brutal a Tacloban que el Departamento de Salud de Filipinas envió equipos médicos para que tomen el control de los hospitales y así el personal local pueda descansar y los centros médicos puedan volver a operar, ya que en muchos de ellos siguen habiendo dificultades para satisfacer las necesidades básicas porque no hay energía eléctrica, según reportes del diario filipino Daily Inquirer. Singapur, Alemania y Noruega también enviaron equipos y ayuda.

“Nuestro objetivo principal es que los hospitales funcionen, especialmente si no sufrieron daños estructurales”, dijo el subsecretario de Salud, Teodoro Herbosa, durante una conferencia de prensa, según el diario.

Mientras priva la destrucción indiscriminada y la entrega de la ayuda se dificulta ya que los aeropuertos están dañados y los caminos están obstruidos, los niños y las mujeres están en peligro ya que los saqueos, el asedio a los camiones que transportan la asistencia y los escapes de prisión se han exacerbado en medio de una situación de por sí peligrosa, de acuerdo con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Más de dos millones de personas necesitan ayuda alimentaria, señaló el gobierno de Filipinas. De ellos, casi 300.000 son mujeres embarazadas o tienen bebés recién nacidos.

“Las mujeres y los niños están mendigando por las calles, piden donativos y se exponen al abuso y la explotación”, señaló la agencia de la ONU por medio de un comunicado. “Como aún no se restablece el suministro de energía eléctrica, la falta de luz ha provocado que las mujeres y los niños que se encuentran en sus hogares y en centros de evacuación sean más vulnerables, especialmente durante la noche”.

La ACNUR también desplegará a “expertos en protección” junto con los equipos de emergencias que enviará a la zona y distribuirá 50.000 linternas solares con la esperanza de reducir los riesgos de “violencia de género” e incrementar la seguridad de las familias que perdieron sus hogares, señaló el organismo.

Durante la tormenta, Jenelyn Manocsoc sostuvo a su hijo de 11 meses sobre su cabeza para mantenerlo alejado del agua mientras ella se aferraba a las vigas del techo. “Solo escucho gemidos, mucha gente llorando. Mucha gente dice ‘¡Ayuda!’”, relató. Dijo que no sabe dónde está su esposo ni muchos de sus familiares. “No sé a dónde ir”, dijo. “Es muy traumatizante. Es muy difícil”.

Muchos padres tratan de mantener a salvo a sus hijos, una labor titánica si consideramos el grado de devastación y la gran cantidad de personas que esperan a que las evacuen.

Otra sobreviviente, Jovelyn Dy, tuvo gemelos hace apenas tres semanas y está desesperada por encontrar un refugio seguro para ellos. “Despertamos y había unas personas dentro de nuestra casa: saqueadores. Podrían lastimar a mis hijos y a nosotros también”, dijo.