Por John King, CNN
(CNN) — El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pronuncia este martes el discurso sobre el Estado de la Unión para presentar su plan para el sexto año de mandato. Se trata de una prueba compleja, ante una tasa de aprobación del 43%, que demuestra su debilidad, y un Congreso y un país dividido, con un índice de desigualdad creciente.
“El informe presidencial no significa nada”, dijo un asesor demócrata del expresidente Bill Clinton. “Relean el informe del año pasado. ¿Cuál fue su relevancia si vemos cómo terminó 2013?”.
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Obama no logró que el Congreso aprobara ninguna de las prioridades que delineó en su informe del año pasado. Las Cámaras ignoraron sus llamados a crear un programa de empleos nuevos, controles de armas nuevos y una reforma inmigratoria integral.
En cualquier caso, estrategas republicanos y demócratas consideran que el discurso de 2014 forma parte de una prueba decisiva: ¿puede Obama reconstruir su postura lo suficiente como para obligar a que se actúe respecto a algunas de sus prioridades o 2014 se recordará como otro año frustrante de estancamientos y del inicio de la ineficacia? Muchas personas consideran que su intervención de esta noche puede que sea su última oportunidad de emprender acciones significativas.
Como siempre, el informe presidencial es un discurso político, una oportunidad para que el presidente presente su lista de deseos al Congreso y al pueblo estadounidense. Pero siempre es también un escenario político, un teatro dramático televisado a nivel nacional para que el presidente presente sus argumentos.
Mientras el presidente pida esta noche al Congreso que actúe en economía o en otras cuestiones, prometerá usar su poder ejecutivo para implementar algunas de sus prioridades. Cuenta con el riesgo legislativo de que los republicanos conserven la mayoría en la Cámara de Representantes y que obtengan el control del Senado, sobre lo que existe una alta probabilidad, de cara a las elecciones intermedias de noviembre para definir la composición legislativa.
La estrategia en ese aspecto de esta noche será abordar asuntos que se aceptan bien en lugares de predominio republicano, según los estrategas demócratas. Por ello, Obama hablará bastante de la economía de la clase media: aumentar el salario mínimo, extender el seguro por desempleo o igualdad salarial y justicia laboral para las mujeres trabajadoras. La mayoría republicana se opone a gran parte de las ideas del presidente, aunque se contemplan acuerdos sobre el salario mínimo, el seguro de desempleo o la política inmigratoria.
“Tiene que poner atención al estado de ánimo de su país y entender que la gente no quiere escuchar una arenga partidista, sino que quiere escuchar un mensaje firme de liderazgo y cooperación de parte del hombre que eligieron para que hiciera eso precisamente”, dijo Thomas Rath, el activista republicano.
Obama ha vivido un año complejo, con las dificultades en la aplicación del sistema de salud público y conflicto diplomático generado por los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) revelados por el exanalista Edward Snowden.