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Por Pedro Quinzaños Cancino, Especial para CNN en Español

Cuando los gigantes de Internet “salen de compras”, los analistas tecnológicos hablan de cifras y tratan de comprender qué estrategias comerciales de mediano y largo plazo están detrás de la adquisición.

La compra de Nest por parte de Google, oficializada recientemente, no ha sido la excepción: se ha destacado que el monto de la operación (3.200 millones de dólares) es el segundo más alto pagado por la compañía (luego de los 12.000 millones de dólares desembolsados par adquirirMotorola en 2011) y que la inversión se encamina a desembarcar en la emergente –aunque poco conocida- “Internet de las cosas”.

Pero esas consideraciones no son lo suficientemente sólidas para explicar el interés de Google en una compañía cuyos productos estrella son un detector de incendios y un termostato que analiza variables ambientales para funcionar.

Para comprender la magnitud e implicancias de la apuesta de Google por Nest hay que ampliar la mirada y entender que en ella se condensan algunas de las tendencias tecnológicas más fuertes de los próximos años, especialmente dos: el empleo intensivo del big data y la proliferación de dispositivos que intercambiarán información entre sí para potenciar sus capacidades. En este sentido, el significado de la operación puede interpretarse a partir de cinco grandes claves.

Primer paso

El número de dispositivos hogareños que estarán conectados a Internet en los próximos años crecerá de manera exponencial. Y, más importante aún, se ampliará la “familia” de objetos que usarán la web para funcionar. Ya no sólo hablamos de televisores y tabletas sino de lavarropas, neveras y hasta de sistemas de calefacción. Gartner estima que en 2020 habrá 30 mil millones de dispositivos conectados a la web y que beneficiarán a industrias tan diversas como la salud, el retail y el transporte. Desde este punto de vista, la compra de Nest es el primer paso de Google para pisar fuerte en un sector prometedor.

Del smartphone al smarthome

La incursión de Google en lo que muchos ya llaman “hogares inteligentes” (smarthomes) abre además un gran abanico de oportunidades en materia de integración de dispositivos. Para el analista Mike Elgan es muy probable que la compañía fundada por Larry Page apueste por extender las funciones de Android y Google Now hacia controles domésticos: “Google Now podría ayudar a controlar el termostato procesando información meteorológica pero también considerando los calendarios familiares, para saber cuándo la casa estará vacía”.

Dispositivos que aprenden

Hablar de aparatos “inteligentes” no es en vano. Gran parte del interés de Google en Nest se explica porque los dispositivos creados por la compañía verdaderamente “aprenden” a funcionar en entornos determinados o –lo que es lo mismo- pueden procesar de manera sofisticada los datos de los ambientes que los rodean, incluyendo los patrones de conducta de sus usuarios. Considerando el tradicional “apetito” de Google por los datos y los poderosos algoritmos con los que los procesa, no resulta extraño que quiera hacerse un lugar en la que parece ser la próxima revolución de Internet.

Hiperconectados y seguros

La automatización de la vida cotidiana que proporcionará “la Internet de las cosas” (conocida como IoT, “Internet of Things” según sus siglas en inglés) también traerá beneficios para la seguridad doméstica. Para algunos analistas, la compra de Nest puede aportar valor a Google en ese sentido, considerando que los hogares hiperconectados del futuro delegarán su seguridad a sistemas “inteligentes” que puedan funcionar en base a reconocer patrones de conducta y predecir anomalías.

Llegar primero, saber llegar

Pero sin duda la clave de esta compra –que ha resultado para muchos llamativa teniendo en cuenta que Nest es una empresa que hasta ahora sólo fabricó 2 productos- reside en la anticipación. Google juega su estrategia de que “llegar primero es saber llegar” y se asegura así una posición de vanguardia en un mercado que, de acuerdo a todas las proyecciones, se afianzará en los próximos años.

(Nota del Editor: Pedro Quinzaños Cancino es presidente y director general de Virket. Las opiniones en esta columna sólo corresponden a él).