Por Carol Costello

Nota del editor: Carol Costello conduce la edición matutina del programa Newsroom de CNN que es transmitido de lunes a viernes.

(CNN) — Está claro que Jesús era sexy.

Después de todo es el Hijo de Dios.

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No pretendo ser irrespetuosa, pero mientras veía el tráiler de la nueva cinta Son of God (El Hijo de Dios), me quedé atónita al ver al actor que encarna a Jesús.

Diogo Morgado es un tipo muy guapo. El Jesús que hace se parece más a Brad Pitt que al hombre barbado y amable de todas las pinturas.

No soy la única que está asombrada ante la recreación que Morgado hace de Jesús. Él fue la inspiración para el hashtag “#HotJesus” que se hizo viral en Twitter.

El actor dijo al diario The New York Times que no quiere que su apariencia distraiga a la gente de la película, pero “si el mensaje es que Jesús era amor, esperanza y compasión, y puedo llevar eso a más personas al ser un Jesús más atractivo, eso me hace feliz”.

Está claro que tenemos una tendencia nueva. Un Jesús “más atractivo” no es solo un profeta mejor, es… sexy.

En realidad no sabemos cómo era Jesús. Sabemos que era carpintero, así que tal vez haya estado en forma. Pero no creo que cuando Nataniel preguntó: “¡Nazaret! ¿Puede algo bueno salir de Nazaret?” y Felipe le contestó: “Ven para que veas”, hicieran referencia al hermoso rostro o los abdominales esculpidos de Jesús.

Sí, Jesús tiene abdominales marcados en incontables pinturas. El comediante y escritor Greg Behrendt bromeó: “Me encantaría estar marcado… marcado como Jesús. Jesús estaba marcado. ¿Han visto las imágenes, no? ¡Está marcado! Marcado. Es el hijo de Dios. No va a andar por allí diciendo ‘hoy tengo llantitas, estoy tan robusto’”.

Dejando a un lado las bromas, ¿por qué Jesús tiene qué ser sexy? ¿O estar marcado? ¿O ser guapo, en todo caso?

El reverendo Robert B. Lawton es sacerdote jesuita y fue presidente de la Universidad Loyola de Marymount. Dijo: “No existe indicación alguna de que Jesús haya sigo guapo y sexy. De hecho hay un pasaje en el libro del profeta Isaías que consideran hace referencia a Jesús y detalla lo siguiente: ‘No tiene aspecto hermoso ni majestad para que le miremos, ni apariencia para que le deseemos. Fue despreciado y desechado de los hombres, varón de dolores y experimentado en aflicción; y como uno de quien los hombres esconden el rostro, fue despreciado y no le estimamos’. (Isaías 53:2-3)”.

Aunque esto tal vez no sea una prueba concluyente, es muy posible que Jesús no fuera el Brad Pitt judío de Palestina. Por otro lado, ¿por qué Dios no habría de crear un hijo perfecto?

“Cualquier cosa sexy atraerá a la gente. La gente que probablemente no vaya a ver la película podría querer echarle un vistazo, en particular los no cristianos”, dice Lisa Jenkins, pastora sénior de la Iglesia Bautista de St. Matthews, en Harlem. “No me parece que haya problema en que Jesús sea atractivo en vista de nuestro contexto cultural”, dice. “No recuerdo a un Jesús que no haya sido atractivo. Así es Hollywood”. Jenkins está más preocupada por lo que considera una representación inexacta de la etnicidad de Jesús.

El reverendo James Martin, editor de la revista America y autor del próximo libro Jesus: A Pilgrimage (Jesús, una peregrinación), coincide. “Dios no eligió encarnarse en Laguna Beach”, dijo. “Eligió encarnarse en cierto sitio, en una cierta época en una persona determinada”. Esa persona era un judío de Palestina.

“Muchas personas tienen dificultades con la humanidad de Jesús… Entre más cerca esté de la perfección física, es más fácil para algunos aceptarlo”.

Sin embargo, dice Martin, ello también conlleva riesgos. Un Jesús físicamente perfecto lo vuelve un Dios que pretende ser hombre, aunque Jesús era tan humano como divino.

“Era como nosotros en todo excepto en el pecado, como indica la teología”, dice Martin. “Eso significa que tenía un cuerpo, se enfermaba, se cansaba, tal vez se torció el tobillo un par de veces. Hay pasajes de los evangelios en los que describen que se queda dormido porque estaba cansado. Tendemos a corregir las imperfecciones físicas”.

Esos rasgos hacen que Jesús sea mucho más accesible. Mucho más… humano.

Traté de encontrar una persona viva con quien comparar a Jesús. Eso, claro, es imposible. Lo más cerca que he llegado como católica es al papa Francisco. He llegado a reverenciarlo.

¿Eso se debe a que es sexy?

En una palabra: no.

Las opiniones recogidas en este texto son exclusivas de Carol Costello.