(CNN) — Puede parecer sorprendente que una de las atracciones turísticas más visitadas del planeta sea un centro comercial. Con 75 millones de visitantes al año, el Dubai Mall tiene más tráfico peatonal que la Torre Eiffel, las Cataratas del Niágara y Disney World juntos.
Por supuesto, el Dubai Mall no es cualquier centro comercial. Cuando el centro comercial se inauguró en 2008, fue calificado por Guinness World Records como el más grande del mundo (en términos de área total), ya que es más grande que 50 campos de fútbol americano.
Alberga 1.200 tiendas, una pista de patinaje sobre hielo de tamaño olímpico, un acuario, la zapatería más grande del mundo, 14.000 lugares de aparcamiento y un simulador de vuelo de un Boeing 737. No fue una inversión pequeña; la construcción del complejo entero costó 20.000 millones de dólares.
“Es una ciudad dentro de una ciudad”, admite Mohamed Alabbar, presidente de Emaar, la compañía promotora responsable de construir el centro comercial.
Como es de imaginarse, dirigir tal empresa es un reto y conlleva mucha mano de obra. Con 20.000 empleados, el personal del centro comercial equivale al tamaño de un ejército pequeño.
“Para que funcione, se necesita una enorme cantidad de personas que estén trabajando 24 horas al día”, dice David Macadam, director ejecutivo del Consejo de Oriente Medio de Centros Comerciales.
A pesar de que el centro comercial cierra a las 10 pm (medianoche los fines de semana), de alguna manera, hay más ajetreo después del cierre, cuando un equipo de limpieza de 100 personas barre, aspira y pule más de 1,5 millones de pies cuadrados todas las noches.
“Es un centro comercial enorme”, señala Ahmen Hussein, el supervisor de limpieza del turno de noche. “Tenemos que terminar antes de la hora de apertura. A veces solo tenemos cinco o seis horas para hacerlo. Es difícil, pero nos gusta el desafío”.
Otra tarea de limpieza incluso más ardua los espera justo afuera de la entrada del centro comercial. El lago Burj Khalifa -un cuerpo de agua artificial que también alberga la Fuente de Dubái- requiere mantenimiento diario, en parte porque el clima del desierto lo hace propenso a ser contaminado con arena.
“El trabajo consiste en enfocarnos en áreas que tienen la mayor acumulación de arena, y limpiarlas de forma sistemática”, dice Jean Hanna, directora de operaciones para la Fuente de Dubái. Además del equipo de personas, también contamos con aspiradoras robóticas submarinas que se utilizan para llevar a cabo la tarea.
A pesar de la mano de obra que se necesita en el funcionamiento del centro comercial, Alabbar admite que aún se puede hacer más para asegurarse de que el centro comercial alcance siempre todo su potencial:
“Nos hemos esforzado mucho en asegurarnos que se trate de un lugar prestigioso, respetado, que se preocupe por las personas, clientes, compañías y accionistas… que tenga cuidado de todo. Creo que estamos llegando a ese punto. Todavía nos queda trabajo por hacer, pero vamos por buen camino”.