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Por Lisa Respers France, CNN

(CNN) – Hay canciones felices y después está Happy.

La canción activa del cantante/compositor/productor/rapero Pharrell Williams ocupó el lugar número uno durante más de un mes.

Generó innumerables covers; incluido uno de la actriz ganadora del Premio de la Academia, Gwyneth Paltrow, al repetir su papel como estrella invitada en el episodio 100 de Glee.

Incluso hay una versión de YouTube de Happy que es solamente de perros.

¿Qué hay en esta canción, que es tan infecciosamente disfrutable que incluso Meryl Streep tuvo que bailar cuando Williams la cantó en los Oscar?

¿Es la melodía pegajosa? ¿Es la naturaleza insistente de esa letra mientras dice “Clap along if you feel like happiness is the truth” (Aplaude si sientes que la felicidad es la verdad)? ¿Es esa vitalidad extra que sientes cuando los coristas cantan ligeramente Because I’m happpppppyyyyy (Porque soy feliz)? ¿O es la alegría de ver a Williams y a varias otras personas bailar, brincar y cantar junto con la canción en el video musical?

Sí.

En pocas palabras, la canción es todas esas cosas, incluso mientras logró capturar aparentemente la descarga de felicidad en su letra y melodía.

No es un mal truco para una canción que lentamente pasó de ser un sencillo en la banda sonora de Mi villano favorito 2 del verano pasado a una popularidad que Robert Morast, un escritor para Virginian-Pilot, recientemente discutió en un debate sobre si debe considerarse para ser la canción estatal oficial para Virginia en Estados Unidos.

“La exitosa canción de Pharrell es un choque de música que levanta el estado de ánimo”, escribió Morast, quien fue más parcial a Can the Circle Be Unbroken de Carter Family. “Y aunque está bien ser feliz, el mejor arte se realiza con una serie de perspectivas emocionales”.

Incluso con su lento ascenso, Happy atrajo la atención desde el comienzo. Antes de su lanzamiento fue rápidamente llamada “una contendiente instantánea para Canción del Verano 2013” por Rolling Stone. Desde ese entonces, encabezó las listas en más de una docena de países además de Estados Unidos, incluidos Reino Unido, Francia, Alemania y Polonia.

La violinista Lindsey Stirling, quien trabajó con John Legend y mezcla música de estilo clásico con ritmos electrónicos dub-step, pregunta simplemente, “¿cómo no puedes amar (Happy)?”.

“Estaba con una amiga, y cuando Happy sonó, su bebé comenzó a patear e intentar bailar”, dijo Stirling. “Nos reíamos histéricamente y decíamos ‘incluso los bebés aman esta canción’”.

Dijo que cree que la razón por la que Happy es tan amada es debido a su mensaje inspirador.

“Me emociono cuando algo así de positivo se vuelve tan popular”, dijo Stirling, cuyo álbum, Shatter Me, será lanzado a finales de abril. “Extiende buenos sentimientos y no es para nada controversial. Es solo algo que hace a las personas realmente felices”.

Williams se asoció con la Fundación de Naciones Unidas en celebración del Día Internacional de la Felicidad de este jueves, al alentar a los fanáticos a donar a la organización y enviar contenido a su sitio 24HoursofHappiness.com.

A los visitantes se les pide etiquetar sus presentaciones, ya sea bailando, cantando o solo “siendo felices” con el hashtag #HappyDay. En la noche de este jueves, en cada huso horario alrededor del mundo, Williams destacará algunas de las mejores.

Happy también es uno de los sencillos en el nuevo álbum de Williams, Girl, que ya llegó al número uno en casi 80 países y en el gigante de streaming de música, Spotify. El cantante está abrumado por la buena voluntad.

“Esto es probablemente lo más humilde que he estado en toda mi vida”, dijo Williams al diario Los Angeles Times sobre su canción y su reacción a esto. “Debido a que es algo mayor que yo, mayor de todo lo que he hecho”.

No hay duda de que eso lo hace feliz.