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Por Matt Smith, CNN

(CNN) – Es un nuevo récord, pero los científicos no están sorprendidos sobre el registro.

Una lectura del registro del dióxido de carbono (CO2), un gas contaminante, en la atmósfera de la Tierra estableció un nuevo pico en las últimas dos semanas, y se espera que se mantenga así o incluso que suba y supere un nivel histórico por algún tiempo.

Instrumentos del observatorio de Mauna Loa en Hawaii primero registraron niveles de dióxido de carbono arriba de las 400 partículas por millón en mayo de 2013, subiendo a un 400,5. Este año, el número de fluctuaciones estacionales han superado las 401 partículas por millón tres veces en este mes y llegó a un récord de 401.6 el pasado miércoles, dijo Ralph Keeling de la Institución de Oceanografía de Scripps en San Diego, California.

Esa es una cifra muy por arriba de los niveles pre-industriales y quizás no se haya visto antes en la historia de la humanidad.

“El valor diario es más alto que cualquier valor diario que hemos visto en 2013, y no se detendrá”, dijo Keeling. “Estamos en un período en donde continuará escalando”.

Las concentraciones se incrementarán y se reducirán por temporadas mientras el océano y las plantas absorban más CO2 en la primavera y el verano. Pero las altas concentraciones registradas la semana pasada se presentan dos meses antes que en comparación con el año pasado y deben de mantenerse arriba del nivel de 400 hasta julio, dijo Keeling.

“Creo que probablemente estaremos alrededor de las 400 partículas por millón aquí por un par de meses”, dijo. En los próximos años, estará por arriba de los 400, agregó.

Las lecturas diarias en Mauna Loa comenzaron con el padre de Keeling, Charles, en 1958, cuando la contabilidad era de menos de 320 partículas por millón.

La idea de que esas emisiones están cambiando el clima de la Tierra es políticamente controversial, pero generalmente aceptado como un hecho por una abrumadora mayoría de científicos.

La cifra de 400 es grandemente simbólico, pero “nos está diciendo que debemos estar muy preocupados”, dijo Donald Wuebbles, uno de los principales autores del último reporte de las Naciones Unidas sobre el cambio climático.

“Esto es muy inusual, y es un indicador de lo que los humanos están haciendo a nuestro clima”, dijo Wuebbles, un profesor de la Universidad de Illinois de ciencia atmosférica.

Han pasado varios millones de años desde que la Tierra registrara niveles de dióxido de carbono tan altos como los actuales, explicó Wuebbles. Si las presentes tendencias continúan, “podríamos fácilmente alcanzar 600 partículas por millón al final del siglo”, dijo.

“Eso nos pondría dentro de los niveles de CO2 de la era de los dinosaurios, y sabemos con seguridad que eso era un mundo mucho más caliente”.

El actual ritmo del cambio climático es unas 10 veces más rápido que otros movimientos históricos, dijo.

La Administración Nacional Atmosférica y Oceánica (NOOA por sus siglas en inglés) también registra las concentraciones de CO2 y sus cifras son “muy consistentes”, con las lecturas Scripps, dijo Pieter Tans, quién es el encargado del programa de medición de gases de efecto invernadero.

Las lecturas diarias de la NOAA son de arriba de 400 la mayor parte de los últimos días y en un día de la semana pasada, dijo.

Un incremento en las concentraciones de dióxido de carbono “sin precedentes” en los últimos 20.000 años ha ayudado a elevar las temperaturas promedio cerca de 0,6 grados Celsius desde 1950, reportó el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas en septiembre.

Para el 2100, las temperaturas pudieran incrementar de 2 a 3,7 grados Celsius, concluyó el reporte. Se espera que el resultado sea un aumento mundial de los océanos así como tormentas y sequías más intensas.

El IPCC encontró evidencia de que las capas de hielo están perdiendo masa, los glaciares están encogiéndose, que el hielo del mar Ártico y la cubierta de nieve están decreciendo y que el permafrost (la capa de hielo permanente en los niveles superficiales del suelo de las regiones muy frías o periglaciares) se está derritiendo en el Hemisferio Norte.

“El mensaje real es que todavía nos estamos moviendo en la dirección equivocada”, dijo Tans. “El problema del CO2 no se ha ido. Continúa empeorando cada año”.