Por Kenneth L. Waters Sr., especial para CNN

Nota del editor: Kenneth L. Waters es decano asociado y profesor del Nuevo Testamento en la Universidad Azusa Pacific. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen a Waters.

(CNN)- ¿Acaso el fin de los tiempos finalmente se encuentra cerca? Para algunos cristianos, la respuesta es tan clara como la luna en el cielo.

Esta madrugada fue anfitriona de un evento celestial raro: una ‘luna sangrienta’ que ocurre cuando la Tierra gira entre el Sol y la Luna.

Durante este eclipse lunar, la sombra de la Tierra obtuvo la luz del sol refractada, proyectando un brillo rojizo en la luna.

Los cristianos que ven una conexión divina al espectáculo celestial están basándose en los Hechos de los Apóstoles de la Biblia, en la que Dios dice:

“Y yo te mostraré maravillas en el Cielo arriba y en la corteza de la Tierra, el sol será tapado y la luna a sangre antes del increíble día de la venida del Señor”.

Este pasaje hace ecos al Libro de Joel de la Biblia Hebrea, uno de los 12 profetas menores del judaísmo.

La secuencia de cuatro lunas sangrientas consecutivas (conocidas como un tetrad) ha ocurrido en varias ocasiones antes: en 1909-10, de 1927-28, para 1949-50, en 1967-68, 1985-86, y la más reciente de 2003-04.

Este ciclo, las cuatro lunas sangrientas tomarán lugar en fechas religiosas para la gente judía.

El primero fue este 15 de abril, el segundo día de Passover. El segundo se presentará el 8 de octubre de 2014, durante la celebración judía de los Tabernáculos.

El tercero vendrá el 5 de abril de 2015, durante la celebración de la Pascua del próximo año, y el cuarto llegará el 28 de septiembre de 2015, otra fiesta de los Tabernáculos, también conocida como Sucot.

Dicho esto, no hay nada particularmente extraordinario en estos días santos, coincidiendo con la luna llena.

Los días sagrados judíos se basan en el calendario lunar.

La Pascua se celebra siempre con la primera luna llena después del equinoccio de primavera y la Fiesta de los Tabernáculos es siempre con la primera luna llena después del equinoccio de otoño.

Pero eso no ha impedido que algunos cristianos bien conocidos establezcan conexiones sobrenaturales.

John Hagee, un tele-evangelista y pastor de la Iglesia Cornerstone en San Antonio, Texas, predicó una serie de sermones llamados Las profecías de la luna roja en 2013.

Hagee se expandió en esos sermones con el libro titulado Cuatro lunas de sangre: Algo va a cambiar.

En él, el pastor afirma que los eclipses lunares presagian “un evento de agitación mundial”, originario de Oriente Medio, entre abril de 2014 y octubre de 2015.

“Hay una sensación en el mundo de que las cosas están cambiando y que Dios está tratando de comunicarse con nosotros de una manera sobrenatural”, dijo Hagee a CBN News.

“Yo creo que en estos próximos dos años, vamos a ver algo dramático que sucederá en el Medio Oriente involucrando a Israel, lo que cambiará el curso de la historia en el Medio Oriente y el impacto de todo el mundo”, dijo.

La noche de este lunes, Hagee estará transmitiendo un webcast especial que, según él, revelará “las conexiones directas entre cuatro eclipses de luna sangrante próximos, y lo que presagian para Israel y toda la humanidad”.

Hagee dice que los ciclos de la luna de sangre anteriores coincidieron con acontecimientos trascendentales en la historia judía: en 1493, cuando los judíos fueron expulsados de España; en 1949, cuando se fundó el estado de Israel; y en 1967 durante la Guerra de los Seis Días entre Israel y sus vecinos árabes.

“No hay accidentes solares o lunares”, dijo Hagee, quien dirige una iglesia de unos 20,000 miembros.

Pero algo extraordinario sucede siempre en algún lugar del mundo cuando se producen eventos como este. Eso es sólo la forma en que el mundo es –con lunas de sangre o sin ellas.

La Biblia habla a menudo de signos astronómicos que indican el final de los tiempos, pero son ambiguos y no específicos.

Y Jesús desalentó a los cristianos de establecer plazos fatales y de las preguntas sobre señales.

“Nadie sabe el día ni la hora cuando sucederán estas cosas, ni siquiera los ángeles en el cielo ni el Hijo mismo. Sólo el Padre sabe”, dice Jesús en el Evangelio de Mateo.

El apóstol Pablo también habló de las señales sobre el fin de los tiempos —no para establecer un calendario, sino para consolar a los miembros de la iglesia que pensaban que la muerte les privaría de la oportunidad de ver la segunda llegada de Jesús.

En tiempos de temor generalizado, inseguridad e incertidumbre, los líderes religiosos y teóricos seculares, algunos bienintencionados y algunos que no lo son, explotarán la necesidad de esperanza y seguridad al declarar el descubrimiento exclusivo de algún plan secreto escondido en medio del desorden.

Hemos visto esto antes: el temor al Y2K en el año 2000; las predicciones de Harold Camping sobre el apocalipsis en 2011; el apocalipsis “maya” del 21 de diciembre de 2012; y ahora las lunas de sangre.

Pero en lugar de mirar a los cielos en busca de señales del futuro, los cristianos deben enfocarse en la esperanza y la promesa del mensaje del Evangelio, y buscar asemejar a Cristo en palabra y obra.

Y sobre todo al entrar en la Semana Santa y anticipar la Pascua, cada uno de nosotros debe mirar en el interior de su propio corazón, aquellas sombras que nos impiden disfrutar de la plenitud de la relación con el Creador del sol, las estrellas, y sí, las lunas sangrientas.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Kenneth L. Waters