(CNN Español) – ¿Te imaginas poder saber la cantidad exacta de calorías —no la que dice la etiqueta— de los alimentos que comes? Ahora lo podrás hacer con SCiO, un escáner miniatura que podría cambiar, entre otras, la industria alimenticia. Es una idea de un millón de dólares, sin duda.

Sus creadores dicen que actúa como “tu sexto sentido”. Es una buena forma de llamar a un escáner molecular que te permite saber la esencia de prácticamente todos los objetos físicos.

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El escáner puede determinar el contenido de azúcar de una fruta, pero también te podría servir para saber si lo que te vas a tomar tiene veneno o droga. ¿Cómo? Con la espectroscopía, una tecnología similar a la que usan los astrónomos para saber la composición de las estrellas, según reporta Business Insider. Se trata de un rayo de luz que lee las interacciones de las moléculas con la luz utilizando un espectómetro.

Según los creadores, el pequeño espectómetro que quieren desarrollar es de bajo costo y podría producirse en masa.

Tras identificar la composición molecular de los objetos, el escáner envía la información a un app nutricional en tu smartphone. El dispositivo fue creado por Consumer Physics, una compañía de Tel Aviv, Israel, que asegura que no hay límites de uso para este aparato: pronto desarrollarán nuevas aplicaciones para información de plantas, rocas y hasta maquillaje.

Así, cada vez que una persona registre un objeto, estaría contribuyendo a la “mayor base de datos de la materia” en el mundo.

La compañía espera hacer realidad estos ambiciosos planes a través de la financiación colectiva: crearon un proyecto en el sitio de crowdfunding Kickstarter. Su meta era recaudar 200.000 dólares. Pero, a falta de 34 días para el cierre de la recaudación, han conseguido más de un millón doscientos mil dólares. Hasta ahora, más de 6.300 personas han respaldado el proyecto.

Con sólo 1 dólar puedes ser uno de los generosos benefactores de esta novedosa iniciativa; con 200 dólares recibes un kit de early-adopter.

Y, como lo explica Nitzan Waisberg, especialista en diseño, “no tienes que ser científico, sólo tienes que seguir tu curiosidad”.