Por Jacque Wilson

(CNN) – En el último minuto, la amiga de Morgan Victoria la convenció de asistir a la reunión del décimo aniversario de su escuela secundaria. Victoria no había tenido la intención de ir a “algo tan tonto”, pero la media naranja de su amiga no podía asistir y, bien, la presión de grupo no termina a los 18 años.

Victoria se resistió cuando el antiguo presidente de la clase le entregaba una etiqueta con su nombre. Esta contenía la foto de Victoria del último año. Mientras caminaba por el evento, se dio cuenta de algo.

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“Llevo una foto mía de cuando era 10 años más joven y pesaba 45 kilos menos”, recuerda Victoria. “Fue humillante”.

“Al día siguiente, dije algo así como ‘Ya no más’”.

En la reunión de agosto de 2012, Victoria pesaba 115 kilos y llevaba un vestido talla 18 Durante los siguientes nueve meses, ella bajó más de 45 kilos al moverse más y comer menos.

“No hay secreto”, dice Victoria sobre la pérdida de peso. “Todo lo que tienes que hacer es cuidarte. Si de verdad cuidas de ti misma, si verdaderamente te preocupas por hacerlo, eso es todo lo que tienes que hacer”.

Victoria no creció con sobrepeso, aunque a veces sentía que lo tenía en su atlética familia. Sus padres preparaban comidas saludables en la casa, y Victoria competía en natación, jugaba tenis y participaba en carreras a campo traviesa hasta que ingresó a la universidad.

En la Savannah College of Art and Design en Georgia, donde se especializó en las artes de la comunicación (de otra forma conocida como libros de historietas y poesía, bromea) , ella comía lo que quería. Eso incluía abundancia de comida chatarra.

“Comes cosas baratas”, recuerda Victoria. “No era como si regresaba a casa del estudio y decía ‘necesito algo de proteína magra y vegetales’”.

Cuando se graduó y luchaba para encontrar trabajo, comía incluso peor. Aunque vivía en Savannah, Georgia, una ciudad por la que se puede caminar, nunca fue al gimnasio y no podía combatir el exceso de calorías que consumía.

Medía 1,72 metros y tenía un índice de grada corporal de 38 (las personas que lo tienen arriba de 30 son consideradas obesas).

En 2011, Victoria se casó con Lyndsay Rosenlund en una pequeña ceremonia privada, con sus familiares y amigos en el estado de Washington. La pareja se mudó a Atlanta y empezó a salir a cenar frecuentemente con amigos.

Pero el día después de su reunión de la escuela secundaria, Victoria entró a la despensa de su casa y se deshizo de cualquier cosa que tenía más de unos pocos ingredientes en la etiqueta. Leyó acerca del tamaño de las porciones y comenzó a usar una aplicación para contar calorías. Incluso compró una pesa de alimentos.

“Honestamente, todo eso fue algo difícil”, dice Victoria. “Cuando pesas 115 kilos, en realidad no quieres hacer nada. Hacer ejercicio era difícil porque me sentía avergonzada. Nadie quiere ser la chica gorda en una sesión de ejercicios”.

Así que se mantuvo fuera del gimnasio , y comenzó a caminar con Roselund y sus perros Giuseppe y Romona. Ella caminaba más o menos una hora todas las mañanas y todas las noches. Con el tiempo obtuvo suficiente confianza para trotar. Ahora corre 5 kilómetros.

“Tratamos de correr juntas cuando iniciamos el proceso, pero resulta que odio correr”, dice Rosenlund. “Sin embargo, a ambas nos gusta el senderismo, así que tratamos de practicarlo siempre que podemos”.

La pareja tambien ha tratado de limitar qué tan seguido comen fuera. Cuando sí iban a un restaurante, establecían un plan y hacían elecciones inteligentes. Agua en vez de cerveza. Vinagreta balsámica en lugar de aderezo ranch.

Victoria jura que nunca pasa hambre. Ella se apoya en grandes ensaladas, granos de maíz y proteina magra para que se sienta satisfecha sin consumir muchas calorías. Con estas simples estrategias, ella bajó más o menos dos libras a la semana. Roselund también bajó 50 libras.

Victoria ahora usa talla 6 y se ha mantenido en su peso final de 68 kilos durante casi un año.

“Morgan tiene mucha más energía y menos ansiedad”, dice Roselund. “Creo que la pérdida de peso definitivamente ha mejorado su forma de ver la vida”.

“Me siento increíble”, dice Victoria. “Te sientes totalmente diferente sobre ti mismo. No deberías sentir todo eso por el peso, pero es así”.