La BlackBerry del presidente Obama fue más difícil de crear de lo que te imaginas.

Por Erica Fink

NUEVA YORK (CNNMoney) — Fue un día difícil en la NSA en 2008 cuando el presidente Obama pidió un teléfono inteligente.

“Realmente molestó a mucha gente; nadie quería ofrecer algo que no fuese realmente seguro”, dijo el director técnico retirado de la NSA, Richard “Dickie” George en una entrevista con CNNMoney.

El papel de George era revisar los algoritmos del BlackBerry y escribir y diseñar diagramas para el teléfono.

En respuesta a la solicitud de Obama, la NSA instaló un laboratorio donde docenas de expertos le realizaron una cirugía a un paciente de alto perfil: el próximo BlackBerry presidencial. El curso del tratamiento era manipular las entrañas del aparato para eliminar lo que pudiera amenazar una comunicación segura.

Al final, eso implicó quitarle la mayor parte de la diversión al teléfono: el presidente no podía jugar Angry Birds, por ejemplo.

“Intentas deshacerte de cualquier funcionalidad que no sea realmente necesaria. Cada pieza de la funcionalidad es una oportunidad para el adversario”, dice George.

Según George, el presidente simplemente quería un teléfono que le permitiera comunicarse con sus asesores. Aunque el presidente era un conocido adicto a BlackBerry en aquella época, la elección del modelo de teléfono inteligente fue de la NSA, no de Obama, explicó George.

Qué funcionalidad posee el teléfono del presidente en realidad es secreto, y la NSA ni siquiera confirmaría que puede usarlo para mandar un mensaje de texto o escribir un correo electrónico (pero es bastante seguro decir que no es usado para tomarse selfies en el Despacho Oval).

“Hubo un cambio en este preciso momento, de tomar cualquier cosa que el gobierno pudiera construir a manera de equipo de seguridad… a un sujeto que dijo ‘saben, yo estoy acostumbrado a usar esto, esto es genial, tengo que poder sacarle ventaja”, dijo George.

En esa época solamente había 10 teléfonos que el presidente podía contactar directamente con su dispositivo, pero eso no hizo que la tecnología fuera sencilla de desarrollar. Ambos teléfonos necesitarían tener los mismos algoritmos de cifrado o usar una puerta de enlace que descifraría y cifraría las comunicaciones. Eso significa que los teléfonos necesitaban hablar el mismo lenguaje secreto o tener un traductor fluido para ambos lenguajes secretos.

Por supuesto, los dispositivos móviles existieron desde mucho antes de 2008. George no pudo decir con certeza qué otros presidentes utilizaban teléfonos inteligentes. Pero si alguno de ellos lo hizo, no eran exactamente algo que pudieran llevar en su bolsillo.

“Estamos hablando de algo como un ladrillo”, dijo George. Y si George W. Bush tuvo uno, “apuesto a que no supo que pesaba cinco libras porque seguro él no lo llevaba consigo”.

Básicamente, si Bill Clinton o incluso el presidente Bush tuvo un celular, lo llevaba un miembro de su séquito y lucía como uno de los que solía usar Zack Morris en la comedia de situación de los noventas “Salvados por la Campana”.

En cambio, dice George, el dispositivo seguro que elegían desde la década de 1990 hasta la década de los años 2000 fue el STU-III, o Unidad Telefónica Segura. Estos lucían como teléfonos normales, con algunas líneas telefónicas adicionales conectadas.

George también tuvo algo que ver con el famoso “Red Phone” (Teléfono rojo) a principios de su carrera. El teléfono, que en realidad no era rojo, le daba al presidente una conexión segura al Kremlin en Moscú.

Para el teléfono rojo, el equipo de George determinó los algoritmos de cifrado.

“El problema era… que nosotros no queríamos instalar nuestros mejores algoritmos secretos, porque se lo estás dando a los rusos”.

Es decir, necesitaba ser seguro, pero no demasiado seguro. También necesitaba funcionar adecuadamente cada vez que el presidente lo utilizara.

“Ahí está tu verdadero problema. ¿Qué pasa si toma ese teléfono y no funciona? No me preocupa si toma un teléfono móvil y no funciona, nos gritarían. Pero si toma la línea directa y no funciona…”.

Entonces, ¿qué usa Dickie para su comunicación personal? Un BlackBerry. Pero dice que cuando termine su contrato, probablemente cambiará.