(CNNMéxico) — La buena noticia es que en todo el mundo el número de nuevas infecciones de VIH ha disminuido 38% desde 2001; la mala es que de 35 millones de personas contagiadas en la actualidad, 19 millones no saben que son portadores del virus de inmunodeficiencia humana.
Estas fueron algunas de las cifras que presentó este miércoles ONUSIDA en un reporte anual en el que, por primera vez, se estima que para el año 2030 la epidemia iniciada en la década de 1980 pueda ser “nulificada” en tres aspectos: infecciones, muertes y estigmatización.
Pero en lo que a la actualidad respecta, todavía hay mucho trabajo por hacer, pues casi la mitad de las personas infectadas con VIH desconoce su condición de VIH-positivo, lo que limita considerablemente sus oportunidades de tomar los tratamientos necesarios.
“La vida o la muerte no debería depender del acceso a la prueba de VIH”, dijo este miércoles Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. “Se necesitan medidas más eficaces para cerrar la brecha entre quienes conocen su estado de VIH y quienes no”, agregó en un comunicado del organismo.
El mayor riesgo, además de la propia salud de las personas infectadas, sigue siendo el contagio a sus parejas u otras personas ante el desconocimiento. Y las últimas estadísticas prueban que acceder a tratamientos antirretroviral es lo más efectivo para detener los contagios.
ONUSIDA cita como ejemplo el caso del África subsahariana, la región del mundo que concentra siete de cada 10 casos de personas infectadas con VIH, y donde las mujeres son el 58% de las personas con contagios.
Ahí, el 90% de las personas a las que les fue detectado el virus accedió a tratamiento, y el 76% logró “la supresión virual, por lo que es poco probable que transmitan el virus a sus parejas sexuales”, indicó el organismo.
El acceso a tratamientos salva vidas, incluso para las personas que no están infectadas, pues ONUSIDA indicó que por cada 10% de avance en la atención a personas infectadas, se reduce en 1% el número de casos de nuevas infecciones.
“Si aceleramos todas las coberturas para 2020, estaremos en camino de terminar con la epidemia para el año 2030”, dijo Sidibé. “Si no, corremos el riesgo de aumentar de manera significativa ese tiempo, por lo que tardaría una década más, si no es que más”.
En 2013, el número de muertes —la mayoría por tuberculosis— de personas infectadas con VIH fue de 1.5 millones, una reducción desde los 1.7 millones que hubo en 2012, según las estadísticas de ONUSIDA.
Entre ese par de años, hubo un descenso de unos 100.000 casos de nuevas infecciones. Y el 37% de los infectados accedió a un tratamiento antirretroviral, unos 12.9 millones de personas.