Por Sarah LeTrent
(CNN) — Respecto a lo que ella considera la “crisis de la obesidad” estadounidense, Sarah Varney dice que es fácil centrarse en las cifras en sí: el 69% de los estadounidenses tiene sobrepeso, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, y un 35,1% de ellos son personas obesas. En 2008, los costos de la atención médica relacionada a la obesidad ascendieron a más de 147.000 millones de dólares, y una persona obesa pagó 1.429 dólares más en gastos médicos que una persona de peso normal.
El nuevo libro de Varney “XL Love: How the Obesity Crisis is Complicating America’s Love Life”, que saldrá a la venta en agosto, estudia cómo nuestro aumento de peso ahora tiene un impacto en los humanos más allá de las estadísticas, particularmente en la forma en que las personas se relacionan físicamente y en la intimidad.
“Definitivamente, no veo que la epidemia de la obesidad se revierta en un futuro cercano”, dijo Varney. “Solo estamos empezando a entender cómo se ven afectadas las relaciones humanas”.
Durante sus dos años y medio de investigación, Varney encontró que la obesidad puede afectar las relaciones sexuales, desde las barreras físicas y la intimidad hasta los cambios de actitud con el aumento de peso e incluso con la pérdida del mismo.
Varney ha profundizado en el tema como corresponsal principal de Kaiser Health News y como colaboradora de la serie de NPR “Living Large”, que se enfoca en cómo la obesidad le está cambiando la vida a los estadounidenses.
El libro analiza cómo la obesidad está alterando el desarrollo sexual, las citas, el matrimonio y la función sexual, cómo la perdida de peso puede ser determinante en una relación, e incluso el atractivo de la pornografía de personas con exceso de peso.
Varney dice que le costó mucho ganarse la confianza de sus sujetos, a muchos de los cuales conoció por medio de consejeros sobre la pérdida de peso. Ellos compartieron historias muy personales, y a menudo difíciles, sobre cómo sus vidas amorosas se vieron drásticamente afectadas por el peso.
Son personas como Dana Englehardt, del área de la bahía de San Francisco.
Los lectores conocieron a Englehardt cuando estaba en su peso máximo, 265 libras, dependía de una máquina CPAP para la apnea del sueño y era completamente indiferente a los intentos de su esposo Larry, hasta el punto en que él se había dado por vencido.
“Simplemente me sentía muy mal acerca de mí misma. Aunque mi esposo me decía ‘te amo tal como eres’, ni siquiera podía comenzar a imaginar que eso era verdad”, dijo Englehardt a CNN.
Ella dijo que llevaba una vida sexual satisfactoria cuando pesaba 200 libras, pero cuando aumentó 65 libras después de casarse, las jornadas laborales más largas y la comida menos saludable, “simplemente me llevaron al límite”.
Englehardt aparece más adelante en el libro tras someterse a una cirugía bariátrica para perder peso y se encuentra con un giro interesante: la pérdida de peso no arregló los obstáculos en su vida sexual; lo logró con terapia dirigida a la imagen corporal en conjunto y consejería matrimonial.
“Simplemente pensaba que bajar de peso lo solucionaría. No tendría todos estos complejos”, dijo Engelhardt. Mientras bajaba las libras de más y compraba ropa más pequeña, dice, “no me sentía como una persona talla pequeña”.
Conforme empezó a recobrar su energía, confianza y deseo sexual gracias a la cirugía y a la consejería, descubrió que la curva de aprendizaje no era solo para ella.
“Ya no sabía si estabas interesada”, dice en el libro Larry, el esposo de Englehardt. “Así que básicamente tuve que aprender, aún sigo aprendiendo, cuándo está interesada y cuándo no lo está”.
“Sí creo que existe el estereotipo de que las personas obesas simplemente se cierran, esta idea de que te adormeces y estás en guerra contigo mismo”, dijo Varney. “Pero cuando tocas esa puerta, lo que escuchas son cosas como ‘Esto me entristece mucho. Estoy desesperado por estar en una relación con mi esposo o esposa. Quiero sentirme bien cuando él/ella me toca’”.
En un capítulo titulado “Sexo: las aves y abejas con dolor de rodillas”, Varney pasa del cerebro al cuerpo, explorando la “mecánica negativa” entre las parejas, así como de qué manera la grasa en el abdomen puede reducir la producción de testosterona en los hombres, lo que posiblemente puede llevar a problemas sexuales.
No tienes que tener sobrepeso para que el sexo no sea agradable o experimentar una falta de líbido, dice un defensor del sexo sin importar la talla.
“El problema con la suposición de que la grasa ‘desafía’ las relaciones de forma única es que se basa en una suposición errónea de los mismos problemas de imagen corporal no afectan a cualquier persona que no sea gorda”, dijo la activista en imagen corporal, Hanne Blank.
Blank ha escrito exhaustivamente sobre el peso y la sexualidad, en libros como “Big Big Love: A Sex and Relationships Guide for People of Size (and Those Who Love Them)” y “The Unapologetic Fat Girl’s Guide to Exercise and Other Incendiary Acts”.
“El orgasmo no es una talla de pantalón. La diversión no es un porcentaje de grasa corporal”, dijo Blank. “No hay una cifra mágica de índice de masa corporal que produzca amor. Fin de la historia”.
¿Crees que la obesidad puede presentar desafíos sexuales especiales? Comparte tu experiencia en los comentarios.