Por Ivana Kottasova
LONDRES (CNN) — Occidente ha aplicado sanciones severas contra Rusia en respuesta al derribo del vuelo 17 de Malaysia Airlines, ya que Estados Unidos y otros actores creen que lo derribaron con un sistema de misiles BUK que Rusia proporcionó a los rebeldes en el este de Ucrania.
Aunque la implementación de sanciones financieras será el medio de presión más inmediato sobre Rusia, el embargo al comercio de armas es lo que ha desatado los debates. Las futuras importaciones y exportaciones entre la Unión Europea y Rusia ahora están prohibidas, pero los contratos existentes (entre ellos la venta por parte de Francia de unos buques de guerra clase Mistral por 1.600 millones de dólares podrán seguir su curso.
Sin embargo, Rusia es uno de los pocos países que es casi autosuficiente en su producción para defensa, de acuerdo con Guy Anderson, experto del grupo IHS Jane’s. Entonces, ¿tendrá algún impacto el embargo?
Les presentamos lo más importante sobre el comercio de armas entre Europa y Rusia.
¿Qué tan importante es el comercio de armas entre Europa y Rusia?
Los países de la Unión Europea ganaron 583 millones de dólares (unos 7,579 millones de pesos) con las exportaciones a Rusia en 2013 y la mayor parte fue el pago parcial de la venta de los barcos clase Mistral, según un análisis de IHS Jane’s.
En contraste, Rusia es el segundo mayor exportador militar después de Estados Unidos y el año pasado ganó 13.200 millones de dólares por sus exportaciones de armas. Sus principales clientes son India y China, países que no han impuesto sanciones a Rusia.
La industria está estrictamente regulada y la Unión Europea lleva el control de las armas que el bloque vende a través de las licencias aprobadas. En total, los países de la Unión Europea concedieron 922 licencias para vender 259 millones de dólares (unos 3,367 millones de pesos) en armas a Rusia en 2012, de acuerdo con la estadística más reciente disponible.
Sin embargo, Anderson señala que las licencias –que en Reino Unido, por ejemplo, caducan después de dos años– son más una “manifestación de intención” que una indicación de venta probable.
El comercio con Rusia equivale a los 4.300 millones de dólares en armas que la UE autorizó a las empresas fabricantes a vender a Estados Unidos.
¿Cuáles son los contratos más cuantiosos?
Aunque Rusia es un actor importante en el suministro de armas, también ha dependido de Europa para algunos de los negocios más importantes.
El mayor –y el más controvertido actualmente– es el contrato Mistral de 2011 que firmó el anterior gobierno de Francia. Los Mistral son buques poderosos equipados con seis zonas de aterrizaje para helicópteros. Cada uno puede transportar hasta 16 helicópteros pesados y a unos 500 infantes de Marina.
El primero de los dos buques que se entregará está en la fase final de las pruebas en el mar y actualmente entrenan en él 400 soldados rusos en el puerto francés de Saint-Nazaire.
David Prater, del Instituto de Investigaciones para la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) dijo que era la primera arma “seria” suministrada por Europa a Rusia.
Entre los otros contratos importantes de Rusia está la compra de dos motores alemanes para barcos portamisiles en 2001 y de cuatro aeronaves ligeras de transporte a la República Checa en 2012, según las bases de datos del SIPRI.
Los detalles de los contratos son escasos, pero se reportó que los aviones checos costaron alrededor de tres millones 200.000 dólares cada uno. Rusia también compró 60 vehículos militares a Italia en 2011, cuyo valor estimado es de 24 millones de dólares (unos 312 millones de pesos).
Según el SIPRI, Rusia también accedió a comprar al menos ocho drones(naves robot no tripuladas) a Israel en 2009 por unos 50 millones de dólares.
Rusia también importaba armas y equipo militar de Ucrania, pero se dice que el Ministerio de Defensa de Rusia informó que dejaría de hacerlo en dos años.
“Es irónico que la pérdida de Ucrania como proveedor de Rusia sea más importante que la pérdida de los europeos”, dijo Anderson. “Gran parte de las actividades subcontratadas para el sector industrial de Rusia se llevaban a cabo en Ucrania”.
La oficina del presidente de Rusia, Vladimir Putin, no respondió a la solicitud de comentarios sobre los contratos y el impacto de las sanciones
Los buques de guerra Mistral –a los que los expertos consideran “armas de la guerra móvil muy capaces”– dejaron a Francia en una situación política muy incómoda.
El canciller de Francia, Laurent Fabius, afirmó la semana pasada que el país está obligado contractualmente a entregar los buques, aunque hizo estas declaraciones mientras se deterioraban las relaciones de Europa con Rusia.
El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, declaró que la consumación del contrato era “impensable” antes de que Fabius le respondiera al repetir la frase refiriéndose a la intervención de Reino Unido en la invasión a Iraq en 2003.
El contrato Mistral da empleo a unos 1.000 franceses en un país que tiene una tasa de desempleo del 10%; dar marcha atrás tendría un costo elevado.
Sin embargo, el presidente de Francia, François Hollande puso en duda la entrega del segundo buque la semana pasada al decir que “depende de la actitud de Rusia”.
¿Qué pasará después?
Los líderes europeos tratan de pegarle a Rusia en donde duele con la ronda más reciente de sanciones.
A partir del jueves 31 de julio, los bancos propiedad del gobierno ruso no tendrán acceso a los mercados de capitales europeos y las exportaciones de equipo y tecnología relacionada con el petróleo se frenarán o suspenderán por medio de trámites burocráticos. Todos los contratos nuevos de importación y exportación de armas entre la UE y Rusia cesarán y se prohibirá la exportación de bienes y tecnología que puedan usarse con fines tanto militares como civiles.
Sin embargo, a corto plazo es improbable que el embargo de armas tenga un impacto considerable en el poderío militar de Rusia. “El embargo en sí no cambia nada en las capacidades militares actuales de Rusia”, dijo Simon Wezeman, investigador sénior del SIPRI.
A largo plazo –dijo– Rusia podría sentir dolor al perder acceso a los sistemas electrónicos de defensa de alta tecnología que se desarrollan en la UE.