Por LZ Granderson, colaborador de CNN
Nota del editor:LZ Granderson es un colaborador para CNN, escritor para ESPN y conferencista en la Universidad Northwestern de Estados Unidos. Es un exmiembro del Instituto Hechinger y sus comentarios fueron reconocidos por la Asociación de Noticias en Línea, la Asociación Nacional de Periodistas Negros y la Asociación Nacional de Periodistas Lésbico-Gay (todas en Estados Unidos). Síguelo en Twitter como @locs_n_laughs. Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen exclusivamente a LZ Granderson.
(CNN) — Robyn Lawley, una modelo australiana de tallas grandes, recibe una ovación de pie en la web por publicar imágenes suyas sin retoques ni maquillaje en Facebook protestando por los cambios patológicos de los que estamos acostumbrados en la fotografía profesional.
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Es una acción valiente para la modelo de 25 años, quien también es una gran crítica de la edición reciente de trajes de baño de la revista Sports Illustrated.
Su mensaje a las mujeres en todos lados es claro: la belleza se presenta en muchas tallas.
El problema es que, Lawley no es lo que las personas promedio llamarían talla grande.
De hecho, cuando inicialmente vi sus fotografías sin retoques, seguí viendo la galería buscando sus fotografías sin retoques. Su belleza natural es innegable, pero si su cuerpo es lo que la industria de la moda llama talla grande, ese mundo está más mal de lo que creíamos. Es decir, de verdad ¿qué tipo de alucinógeno tienes que tomar para ver a Lawley y creer que es talla grande? A lo máximo se ve como una instructora de ejercicio en uno de esos gimnasios en a los que las mujeres van completamente maquilladas.
He ido a Australia.
Allí hay mujeres talla grande.
Lawley, por toda su valentía, no debe ser considerada entre estas.
Es la distorsión de la imagen corporal la que la puso en esa categoría, que, para las mujeres que sí son talla grande, no puede ser algo bueno. Si una talla seis, o incluso 8,9, o 10, es la idea de la industria de una mujer de talla grande, entonces ¿cómo deben describirse las mujeres que pesan aproximadamente 74 kilogramos y son talla 12 o 14? ¿Con obesidad mórbida?
Por supuesto que no, y es por eso que las designaciones de talla se han maquillado con el paso del tiempo. Muchas mujeres aparentemente no quieren conocer su verdadera talla, así que lo que era una talla 14 o 16 en la década de 1950 ahora es una talla 8. Entallado de vanidad lo llaman.
Este engaño ridículo es cómo Lawley, quien es talla 12, puede ser un modelo a seguir para las tallas grande y por otra parte, ser promedio al mismo tiempo.
Aunque esta idea para nada realista de cómo nos debemos ver es algo que principalmente es impuesto en las mujeres, los hombres no somos inmunes.
Las entradas en el cabello del príncipe Guillermo de Inglaterra fueron infamemente resucitadas como problema en una portada de 2010 de la revista Hola. El brazo del grande del tenis Andy Roddick fue aumentado 25.4 centímetros para su portada de 2007 de Men’s Fitness. La revistaCosmopolitan compiló una graciosa galería de celebridades masculinas que fueron sometidas a Photoshop como Jon Hamm junto a fotografías de cómo se ven en realidad.
A principios de este año el modelo masculino CJ Richards, al hablar sobre los retoques en fotografías, dijo, “¿por qué verías una película sin efectos especiales? Entiendes que esto no es real. Hay Photoshop en revistas y efectos especiales en películas. Quiero decir, eso pasa. Así que acéptalo y entérate de que en realidad hay una persona de verdad debajo de todos estos efectos computarizados que añaden”.
Está bien. Pero después recuerda lo mucho que se avergonzó a Prince Fielder después de que posara desnudo para el Body Issue de ESPN Magazine. O percátate de cosas como el aumento de uso de esteroidesentre los jóvenes; las ventas globales de artículos de higiene personal superando las de los productos para afeitar por primera vez en la historia; y la popularidad de las depilaciones “brasileñas” dolorosas. Allí es cuando ves que no solo son las mujeres las que gastan dinero y arriesgan su salud para intentar verse como la imagen de una revista.
Así que, aunque es confuso que Lawley sea considerada una talla grande, creo que podemos decir que es bueno que ella se exponga un poco. En una industria con ideas tan locas sobre qué es tener obesidad, supongo que es valiente, ponerte un bikini y publicar una fotografía sin editar. Esperemos que la atención que atrae arroje luz sobre cuán estúpido es escuchar a una industria que la etiquetó como talla grande en primer lugar.