Por Kieron Monks
(CNN) — Meses después del asesinato de Rania Alyed, se había detenido la búsqueda de su cuerpo. Aunque su esposo, quien admitió haberla matado, indicó la ubicación aproximada donde enterró el cuerpo en una autopista cerca de Manchester, al norte de Inglaterra, la policía todavía tenía que cavar varias millas en campo abierto.
Frustrados por el alto costo y la falta de progreso, los investigadores optaron por una forma experimental de imágenes por satélite.
“Habíamos estado usando fotografías aéreas, y surgió la oportunidad de estudiar un espacio más grande”, dijo el detective superintendente Peter Marsh, de la Policía del Gran Manchester. “Nos permitió identificar anomalías en el terreno, que podríamos revisar inmediatamente”.
El satélite era lo suficientemente sensible como para detectar una madriguera de conejo debajo de los arbustos y el alboroto causado por los proyectiles utilizados en el tiro al plato. Al eliminar sistemáticamente los posibles sitios de sepultura, la policía dice que su ojo en el cielo les ha ahorrado meses de trabajo improductivo. La búsqueda del cuerpo de Alayed está en curso, pero Marsh cree que se ha producido un avance significativo.
“Creemos que esta tecnología nos lleva a una nueva generación en la investigación del crimen. Para mí es un “factor sorpresa” contar con la asistencia de un satélite en el espacio, en vez de usar una pala en el suelo. Esto está avanzando”.
Los satélites se han empleado en investigaciones criminales anteriormente. Por ejemplo, las autoridades australianas los han usado desde hace más de una década en casos de explotaciones forestales ilegales. Pero los avances tecnológicos hoy en día permiten obtener imágenes más precisas y fiables que podrían revolucionar el patrullaje del siglo XXI, transformando la capacidad de los cuerpos policiales por medio de la vigilancia altamente detallada.
“Hasta hace cinco años, la resolución del píxel era de un metro en el mejor de los casos y los sensores se situaban en un rango entre dos y cinco metros”, dice el Dr. Richard Hilton, especialista principal de la observación de la Tierra en Satellite Applications Catapult, la compañía británica que proporcionó la tecnología en el caso de Alayed. “Este año tenemos una resolución de 30 centímetros, lo que cambia radicalmente el potencial para detectar cosas o monitorear sitios de interés”.
El caso de Alayed es uno de los muchos programas piloto que la compañía está poniendo en práctica con las fuerzas policiales y las agencias de seguridad. Uno de los principales enfoques está en el crimen organizado, el narcotráfico y el contrabando. Los satélites se han utilizado en la industria pesquera ilegal, por un valor anual de hasta 23.000 millones de dólares, los cuales permiten rastrear los barcos para presenciar los delitos en tiempo real.
“Podemos identificar un barco específico y monitorear su comportamiento de un puerto a otro. Podemos ver si se encuentra con otra embarcación de una manera sospechosa y descarga mercancía, o si pesca en aguas en las que no está permitido hacerlo”, dice Hilton.
Además de la mejora en la resolución, SA Catapult se está beneficiando de un constante incremento del número de satélites que observan la Tierra y se espera que los lanzamientos se dupliquen en la próxima década, lo cual permitirá obtener más datos y disminuir los costos. Este progreso también está permitiendo el crecimiento de rivales como la empresa estadounidense Digital Globe, mientras que el mercado asiático también se está expandiendo.
Algunos expertos creen que la vigilancia desde el espacio podría convertirse en una norma de la industria. “Las tecnologías que Catapult está desarrollando tendrán una amplia aplicación no solo para las organizaciones policiales nacionales e internacionales, sino también para cualquier persona que trabaje en la seguridad internacional”, dijo Patricia Lewis, directora de investigación de la seguridad internacional en el instituto de investigación de Chatham House. Los acuerdos de tráfico de drogas y reducción de armas son algunas de las aplicaciones prioritarias, dice Lewis.
Pronto será rentable para las fuerzas policiales comprar sus propios satélites, predice Ray Purdy, experto en satélites y en leyes del University College de Londres. Purdy ha podido monitorear la actividad criminal, como la eliminación de residuos ilegales a gran escala, a través de la vigilancia por satélite, lo que habría permitido a la policía reforzar de forma barata y fácil los casos existentes.
“He retrocedido en el tiempo y estudiado los crímenes después de un proceso judicial y en algunos casos se puede ver la actividad ilegal de un año antes, lo que podría haber permitido una mayor condena”, dijo. “En otros casos hemos encontrado personas que reanudaron la actividad criminal inmediatamente después de que fueran procesados”.
Sin embargo, aún no está claro si las imágenes de satélite son aceptables legalmente, ya que requiere la interpretación de expertos, y han sido eliminadas del registro en algunos casos anteriores.
Pero a medida que mejora la resolución de manera constante hasta el punto de poder identificar a las personas, la industria se enfrentará a retos éticos sobre la privacidad. Purdy, quien está preparando un trabajo de investigación sobre el tema, dice que está preocupado.
“La mayoría de los satélites son de propiedad comercial, así que si tienes dinero puedes comprar esas imágenes. Esto significa que cualquiera puede espiar a cualquiera… Lo importante aquí es que ha ocurrido este desarrollo sin que exista algún debate sobre la privacidad y una vez que la tecnología sale a relucir es difícil volver atrás”.
Purdy quiere revisar una consulta pública completa y un conjunto de normas establecidas para el uso de los satélites en los casos penales, para que no sean introducidas de forma furtiva. Pero a pesar de las preguntas que siguen sin respuesta, ya ha llegado la era de lucha contra el crimen por satélite.