Por Chris Murphy, CNN
(CNN) – La presión es ineludible en el caldero de la de la Ryder Cup. La intensa rivalidad en el campo entre los mejores jugadores del mundo de Europa y Estados Unidos en la máxima prueba por equipos de golf, es solo parte de la historia.
Lejos del fragor de la batalla en los greens y fairways, hay una guerra que viene y va en la sala del equipo estadounidense, una guerra en la cual Rickie Fowler está ansioso por participar.
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“Una vez que la Ryder Cup realmente comienza es solo diversión de allí en adelante; (es) muy intenso”, dice Fowler en el programa de CNN, Vive el Golf.
“Disfruto lo que hay fuera del campo también; ¡solo estar en el cuarto del equipo, pasar tiempo con el equipo, salir, jugar tenis de mesa!”.
“Y espero que podamos conseguir la Ryder Cup, la noche del domingo va a ser muy buena”, dice Fowler.
Phil Mickelson contrató a un entrenador antes de la Copa Presidentes del año pasado en un intento de ganarle a sus compañeros de equipo en la mesa, pero esta vez su antiguo socio de tenis de mesa, Tiger Woods faltó por lesión.
Quizás Fowler es el hombre para llenar el vacío en ambos casos.
El golf del californiano está, sin duda, en buena forma después de una temporada estelar en la que terminó entre los primeros cinco de cada uno de los cuatro grandes campeonatos de este año, una hazaña solo lograda previamente por Woods y Jack Nicklaus.
La llegada a un ilustre club que cuenta con 32 títulos ‘majors’ es una muestra del avance de Fowler, a pesar de algunas decepciones al no poder ganar una de esas oportunidades.
En dos oportunidades, en el Abierto Británico y de manera más notable en el Campeonato de la PGA de EE.UU., Fowler fue superado por el norirlandés Rory McIlroy y ahora el número uno del mundo se ha comprometido a liderar al equipo de Europa en la Ryder Cup, que se lleva a cabo esta semana en Escocia.
Dada la constancia de Fowler en 2014, es posible decir que él será la punta de lanza del equipo de los Estados Unidos que no ha ganado la Ryder Cup desde 2008.
La derrota en Celtic Manor en Gales en 2010 fue la primera prueba del torneo para Fowler, pero se omitió el infame “Milagro de Medinah” en 2012, cuando Europa remontar de una manera muy dramática y llevarse la copa.
Eso solo ha agudizado su enfoque hacía la cuadragésima edición del prestigioso evento de Gleneagles.
“Con las últimas copas quedándose en Europa, siento que necesitamos ganar esta”, dice Fowler.
Esta realidad alterada exige rasgos diferentes y, a menudo, saca lo mejor de algunos jugadores; Ian Poulter, el talismán europeo, es un buen ejemplo.
También implica un sentido de responsabilidad compartida, una nación y compañeros de equipo a quienes quieren hacer sentir orgullosos.
“Los eventos en equipo son muy diferentes a los torneos que se llevan a cabo semana a semana o incluso los ‘majors’”, explica Fowler.
“Estás jugando para mucho más que solo tú mismo. Sabes que tienes a tus compañeros de equipo, los capitanes y sin dejar de mencionar tu país.
“Cuando juegas los partidos de tiro alterno hay algo de juego en equipo con el jugador con el que te encuentras emparejado. Pero el golf sigue siendo muy individual”.
“Quiero decir que vas y realmente lo único que puedes controlar es tus emociones y los tiros que haces, puede que salgas y demuestres tu apoyo por tus compañeros de equipo, pero en su mayoría se trata de reunirse y jugar bien juntos.
“Así que es divertido tener un poco de presión adicional, jugar bien y sentir la satisfacción de lo que hiciste por tus compañeros, los capitanes (del equipo) y luego tu país”.