Por John Blake, CNN
(CNN) – He aquí una pregunta hipotética:
¿Qué pasaría si grandes grupos de hombres afroamericanos con escopetas y rifles semiautomáticos en mano comenzaran a a pasearse por las tiendas a lo largo de Estados Unidos para promocionar su apoyo a las leyes que permiten llevar armas a la vista?
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¿Serían recibidos por las mismas miradas ansiosas que los compradores les lanzaron a grupos de hombres blancos armados que hicieron lo mismo este verano en las tiendas Target y en los restaurantes de cadenas como Chipotle? ¿O algo más letal?
Para Charles Gallagher, un sociólogo que estudia la raza, la respuesta a ese “¿qué pasaría si?” es fácil.
“Los blancos que caminan por Main Street con un rifle AK-47 son defensores de los valores estadounidenses; un hombre negro que hace lo mismo es el enemigo público número 1”, dice Gallagher, profesor en la Universidad La Salle en Pensilvania.
El debate sobre las armas en Estados Unidos por lo general ha sido planteado como una cuestión de la Segunda Enmienda. Los entusiastas de las armas evocan el derecho a portar armas y la necesidad de protegerse contra un gobierno tiránico.
Pero, ¿juega la raza un papel en el apego de algunos estadounidenses a las armas?
Depende de a quién le preguntes.
No puedes hablar de armas en los Estados Unidos sin hablar de raza, dicen Gallagher y otros. El pánico que se produciría al ver hombres negros armados en público, dicen, se deriva de los mismos temores raciales cuyos orígenes se remontan a la conquista de los nativos americanos y a la institución de la esclavitud.
Estados Unidos tiene la población civil más armada del planeta, dicen, porque en su historial, algunos de sus ciudadanos blancos, encaran las preocupaciones raciales “preparándose para disparar”.
Los defensores de los derechos a portar armas rechazan esa idea. Dicen que la paranoia racial no explica la cultura de las armas de Estados Unidos, y que en realidad quieren que los negros tengan más armas. Dicen que los negros deberían apoyar a grupos como la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), porque los agentes de policía normalmente no los han protegido.
“La NRA debería significar Asociación Negra del Rifle”, dice Robert J. Cottrol, profesor de derecho e historia en la Universidad George Washington de Washington. “Por la forma en que muchos políticos negros están a favor del control de armas, podrías pensar que los afroamericanos fueron las personas más protegidas de la historia estadounidense”.
Estos defensores de los derechos a portar armas reconocen que en el pasado el racismo determinó algunas actitudes estadounidenses hacia las armas. Pero dicen que insistir en que hoy en día la raza determina la cultura de las armas, es un ataque racista. Ellos señalan que muchas personas que no son de raza blanca son partidarias del derecho a portar armas, pero que son ignorados por los medios de comunicación.
“Hay muy poco acerca de cualquier cosa en Estados Unidos donde la raza no sea parte de la historia”, dice David Kopel, director de investigación en el Independence Institute en Colorado, quien es experto en los derechos de la Segunda Enmienda. “Eso no quiere decir que la raza sea la única parte de la historia”.
Sin embargo, los vínculos entre la raza y las armas podrían sorprenderte, dicen algunos historiadores y estudiosos de las armas.
Uno de los primeros grupos en expresar abiertamente su apoyo a las leyes respecto a portar armas a la vista no fue un grupo predominantemente blanco como la Asociación Nacional del Rifle. Fue el partido Pantera Negra.
Los negros del sur eran tan claros partidarios de los derechos a portar armas que incluso el reverendo Martin Luther King Jr. una vez guardó un “arsenal” en su casa, dice un historiador del control de armas.
Y si piensas que el control de armas empezó con un grupo liberal que tenía buenas intenciones, estás equivocado.
El primer grupo de control de armas de Estados Unidos, así como su primera organización terrorista interna, dice Kopel, fue el Ku Klux Klan.
Cómo consiguió el KKK el control de armas
Los historiadores dicen que el KKK asumió tan fácilmente el control de armas porque las primeras leyes de control de armas de la nación en el siglo XIX estaban arraigadas en el racismo.
Antes de la Guerra Civil, los sureños aprobaron leyes para mantener las armas lejos de los esclavos y los negros libres porque temían que hubiera revueltas de esclavos. Cuando terminó la guerra, los estados sureños aprobaron leyes que hicieron que fuera ilegal que los negros tuvieran armas o municiones en su poder.
El ascenso del Klan fue impulsado por el miedo a los negros que portaban armas, dijo Kopel. Él cita a un abogado del siglo XIX que dijo que cuando el Klan tomaba el control de un área, “lo primero que hacía era desarmar a los negros y dejarlos indefensos”.
Podría parecer que estos temores raciales pertenecen a otra época, pero a veces, el presente se parece al pasado, dice un historiador.
Hubo una alta demanda en las tiendas de armas cuando el presidente Obama fue elegido y otra cuando fue reelegido. También hubo una alta demanda en las tiendas de armas justo antes de que el presidente Clinton firmara la prohibición Federal de Armas de Asalto en 1994. Sin embargo, un historiador dice que el aumento en las ventas de armas que acompañaron a la elección de Obama fue similar a lo ocurrido en otra época.
Cuando los negros emancipados empezaron a ocupar cargos políticos justo después de la Guerra Civil, los blancos del Sur siguieron comprando armas compulsivamente, según Dylan Rodriguez, un profesor de estudios étnicos de la Universidad Riverside de California.
“Hubo una urgencia absoluta de armas por parte de los ciudadanos blancos comunes y corrientes para armarse hasta los dientes porque la gente negra estaba instalándose en puestos de poder blanco”, dice Rodríguez, autor de “Suspended Apocalypse: White Supremacy, Genocide and the Filipino Condition”.
La raza y el origen étnico siguieron siendo el “motivo tácito” en los esfuerzos del control de armas hasta varios años después del inicio del siglo XX, dice Kopel, autor de “The Truth About Gun Control”.
El estado de Nueva York aprobó la ley Sullivan en 1911, la cual hacía que poseer una pistola fuera más difícil, después de que un gran número de inmigrantes italianos y judíos que ingresaron a Estados Unidos fueran culpados de la delincuencia urbana.
Los defensores de los derechos a portar armas dicen que más armas equivale a menos crímenes.
Los temores relacionados a las personas negras con armas resurgieron durante la década de los años sesenta.
Después de que un grupo armado de Panteras Negras, invocando sus derechos a portar armas, irrumpiera en el capitolio del estado de California, los legisladores aprobaron la ley Mulford, la cual prohibía portar armas cargadas a la vista en público en 1967. La ley federal del control de armas de 1968 fue aprobada después de que los disturbios raciales sacudieran a la nación.
Kopel dice que los Panteras Negras tenían una agenda distinta a la de sus contrapartes modernas.
“A menudo, cuando las Panteras Negras portaban armas lo hacían para intimidar”, dice. “Esa es una diferencia entre las Panteras Negras y los activistas modernos del derecho a portar armas a la vista. Estos últimos están tratando de transmitir el mensaje de que son inofensivos y pacíficos”.
Cuando MLK llevaba una pistola
Es un error pensar que nuestra cultura de las armas es totalmente inocente, dicen los historiadores. Los negros contemporáneos podrían ser algunos de los más fuertes defensores del control de armas, pero la comunidad negra tiene una fuerte tradición del derecho a portar armas, especialmente en el sur.
Las pistolas ayudaron a iniciar el movimiento de los derechos civiles, dice Cottrol, el profesor de historia de la Universidad George Washington.
Los vigilantes blancos que trataron de atacar a las comunidades negras a veces eran recibidos con tiros. Deacons for Defense, un grupo negro armado, protegía a los activistas de los derechos civiles, dice Cottrol, autor de “The Long, Lingering Shadow: Slavery, Race and Law in the American Hemisphere”.
En particular, los negros del sur reconocían el valor de poseer armas, porque en una época en la que el sheriff podía ser miembro del Klan, ellos no podían depender de nadie más para que los defendiera, dicen los historiadores.
“El movimiento de los derechos civiles fue posible porque el Klan sabía que las comunidades negras estaban armadas”, dice Cottrol.
Incluso King, el apóstol de la no violencia, alguna vez estuvo armado, dice Adam Winkler, autor de “Gunfight: The Battle Over the Right to Bear Arms in America”. King solicitó un permiso para portar un arma oculta después de que pusieran una bomba en su casa en Alabama durante su primera campaña por los derechos civiles.
“Testigos de la época que eran aliados del doctor King informaron de que su casa era un arsenal”, dice Winkler. “Un periodista que estaba tratando de entrevistar al Dr. King casi cae sobre un arma cargada cuando se sentó en el sofá”.
Por qué los negros deberían tener más armas
Algunos defensores de los derechos a portar armas dicen que las comunidades negras contemporáneas podrían aprender de esa tradición de auto defensa.
Las leyes restrictivas del control de armas a menudo victimizan a las personas negras más que a cualquier otro grupo porque ellos sufren desproporcionadamente de crímenes violentos, dice John R. Lott Jr., autor de “More Guns, Less Crime: Understang Crime and Gun Control Laws”.
Los líderes del partido Panteras Negras, quienes aparecen aquí en una concentración, ayudaron a crear una importante ley sobre armas.
Una persona negra tiene 6,5 más probabilidades de convertirse en víctima de un asesinato que alguien quien es blanco, y el 92% de las víctimas negras de asesinatos mueren a manos de miembros de su propia raza, dice Lott.
“Debido a la ira que existe respecto a la policía en muchas comunidades, podría tener más sentido dejar que los ciudadanos que respetan las leyes en esas comunidades tengan más posibilidades de defenderse a sí mismos”, dice Lott, fundador y presidente del Crime Prevention Research Center, un grupo que analiza los vínculos entre el control de las armas y el crimen.
Algunas personas dicen que las leyes sobre las armas en realidad son una forma de discriminación contra los negros pobres, al hacer que sea más difícil para ellos comprar armas como medio de protección, dice. Él señala que los estados hacen esto al aumentar los costos de los permisos para portar armas ocultas, del entrenamiento y otras tarifas que afectan a las minorías pobres.
Y las restricciones sobre las armas no ayudan a las personas negras que viven en barrios violentos, dice. Cada vez que las armas han sido prohibidas, dice Lott, las tasas de homicidios han aumentado. Cuando el estado de Massachusetts aumentó los costos de propiedad de armas, el número de propietarios de armas registrados en el estado se vino abajo, y la tasa de asesinatos en el estado aumentó. Otros académicos dicen que la investigación de Lott es incorrecta.
“El gran problema”, dice Lott, “es que los buenos ciudadanos que respetan la ley, y no son criminales, obedecen las leyes de control de armas”.
Pero, ¿los defensores de las armas como Lott realmente están promoviendo la seguridad o, como lo dice un estudioso, están vendiendo el miedo?
Gallagher, el sociólogo, dice que los productores de armas y la NRA crean un perpetuo estado de temor para que las personas puedan comprar sus productos. Andrew Arulanandam, vocero de la NRA, fue contactado en repetidas ocasiones pero se negó a responder preguntas enviadas para este artículo.
“El tema es que más armas nos harán estar más seguros”, dice Gallagher. “Eso significa que cada una de las personas en Estados Unidos tiene que estar armada. ¿Queremos vivir en ese mundo?”
Gallagher cita su propia investigación: los estudios demuestran que hacer que la disponibilidad de armas aumente, como en el hogar, incrementa las probabilidades de que haya muertes por armas de fuego. Un estudio publicado por el Harvard Injury Control Research Center dice que donde hay más armas en un hogar hay más homicidios.
Todo sobre el ‘bogeyman’
Cuando algunos defensores del control de armas ven la pasión que la nación tiene por las armas, ven los mismos temores raciales que llevaron a las generaciones anteriores a promulgar códigos negros. Esos temores, dicen, son transmitidos, como genes, de generación en generación.
Otros están en desacuerdo, y dicen que no solo se trata de la raza. Ellos mencionan la pujante cultura de armas en algunas partes del país que no tienen experiencia con la esclavitud o los códigos negros.
“¿Por qué las personas de Montana, que rara vez se encuentran con personas negras, están tan apegadas a sus armas?”, pregunta Cottrol. “Las personas en Vermont son personas bastante apegadas a sus armas, y es el estado con mayor población blanca de la Unión”.
Las armas habrían sido una parte importante de la forma de vida del sur en el siglo XIX incluso sin esclavitud, dice otro defensor del derecho a portar armas.
“Prácticamente todos ellos habrían poseído armas de todas formas”, dice Kopel, “debido a las necesidades del estilo de vida rural, entre ellas la importancia de cazar para tener comida sobre la mesa, la protección de los granjeros aislados contra los criminales blancos y la protección de los cultivos de los depredadores”.
Gallagher dice que esos argumentos son engañosos.
“Hay una diferencia entre la cultura de las armas y la cultura de la caza”, dice. “En Montana están hablando de cazar. No están hablando de entrar a Wal-Mart con una pistola de 9 milímetros sujetada a su espalda”.
Gallagher dice que no está acusando de racismo a todas las personas blancas que compran una arma; las acusa de ser humanos, de absorber las actitudes estereotípicas hacia los hombres negros y la violencia, que son tan antiguas como la misma nación de Estados Unidos.
“¿Creo que las personas que poseen armas de fuego se acuestan en la cama pensando en dispararle a un hombre negro? No”, dice Gallagher. “Gran parte de esto gira en torno al ‘bogeyman’, al temor de que un hombre negro vaya a venir por mí”.
“Estos antiguos temores raciales no solo dan lugar a tiroteos; conducen a una política pública racista, dice Lisa Corrigan, una profesora de la Universidad de Arkansas que ha estudiado el movimiento del poder negro.
Ella dice que la aprobación de “leyes de defensa”, especialmente en el sur, se ven “absolutamente” alimentadas por legisladores blancos que evocan el espectro de un “bogeyman que no es blanco para justificar las leyes que le permiten intimidarlo y matarlo” sin repercusiones. El primer ‘bogeyman’ de color fue el nativo americano, dice.
“Las personas de raza blanca han sido motivadas por el temor de ‘la persona de piel oscura’ desde la fundación de la nación”, dice. “Cuando temen que las personas de piel oscura se van a llevar sus cosas, se preparan para disparar”.
La paranoia racial de “las personas de piel oscura” no se limita al pasado de Estados Unidos, dice Corrigan y también otros. Ellos señalan los titulares recientes.
En Ferguson, Missouri, surgieron protestas cuando Michael Brown, un joven negro que no estaba armado, murió a causa de los disparos recibidos por un policía blanco este verano.
Esas protestas continúan, y cada semana parece traer un nuevo video viral que genera preguntas sobre las armas y la raza.
Hay imágenes de un joven negro que no estaba armado y que murió al recibir disparos de un oficial blanco en un Walmart de Ohio, mientras movía un rifle de juguete a su lado y hablaba por celular. Y está la grabación de una cámara de tablero, en la que se ve que un hombre negro muere al recibir disparos por parte de un agente de Carolina del Sur mientras sacaba su licencia durante una parada en el tráfico.
¿Será que algunos de estos tiroteos tuvieron que ver con la raza?
Depende de la persona a quien le preguntes.
Cuando tantos estadounidenses están en desacuerdo sobre la relación entre las armas y la raza, las personas con buenas intenciones ven esos mismos videos y sacan conclusiones muy distintas.
Eso solo puede dar lugar a más tiroteos controvertidos, defensas apasionadas de la Segunda Enmienda y molestos cargos de racismo.
Podría haber muchas más personas haciendo la pregunta de “¿qué pasaría si?” en el futuro de Estados Unidos.