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(CNN) – Kyle Nolan estuvo investigándolo mucho tiempo. Su madre se encargó de que así fuera. Ella no quería dejar a su hijo de 18 años irse a la selva amazónica en absoluto. Mucho menos sin haber investigado todo lo que pudo acerca de la supuesta “medicina” con nombre extraño que él creía que le ayudaría a encontrar un nuevo rumbo.

“Intenté de disuadirlo por todos los medios. Le dije una y otra vez que en la vida no había respuestas fáciles, pero fue inútil. No logré que cambiara de idea”, asegura ahora Ingeborg Oswald.
Eclipsado por sus brillantes hermanos gemelos, Kyle “estaba perdido en plena crisis adolescente, en la que no sabes qué hacer con tu vida”.

Había abandonado la universidad y vivía con su madre, cuando descubrió la ayahuasca, una infusión psicodélica que algunos creen que puede ayudar a los usuarios a lograr un estado superior de conciencia.

“Él comenzó a leer en internet un montón de cosas positivas acerca de la ayahuasca, algo de lo que yo nunca había oído hablar”, dijo Oswald. “Al parecer, hay un gran movimiento, positivo hacia la ayahuasca. Y él pensaba que eso le ayudaría a descubrir quién era”.

Su investigación le llevó hasta el centro chamánico Shimbre en un rincón remoto de la selva amazónica peruana. Oswald dijo que el sitio web del centro ofrecía la experiencia con la ayahuasca “como muy individualizada”.

No era barato: Kyle pagó más de 2.000 dólares en efectivo para participar en el ritual.

A pesar de las promesas de la página web del centro, la experiencia fue muy diferente de lo que esperaba Kyle Nolan en Perú.

Kyle llegó a Perú en agosto de 2012, una excursión rara al extranjero para un joven que era más una persona hogareña que un viajero del mundo. Viajó al profundo Amazonas de Perú con la esperanza de experimentar una transformación espiritual.

Tras la tercera noche de la sesión de ayahuasca, Kyle nunca volvió de su choza. Días más tarde, cuando él no regresó, Oswald llamó al centro Shimbre y habló con el Chamán Mancoluto a través de un intérprete. Mancoluto había dirigido las sesiones de ayahuasca en el centro.

“Me dijo, ‘Oh, bueno (Kyle) ha decidido que quería irse, abandonó el proceso en el camino, y se ha marchado’”, recuerda Oswald. “Y yo le dije, ‘No te creo. Mi hijo nunca haría eso’”.

Así que ella y su hija volaron a Perú para ayudar a la policía local a buscar a Kyle. Durante tres o cuatro días, buscaron en hospitales y bares y hablaron con taxistas, preguntando si alguien había visto a Kyle.

“Nadie lo había visto”, dijo Oswald.

Así que ella y su hija regresaron a casa al norte de California, mientras que la policía peruana siguió con su investigación. Alrededor de una semana después, Oswald descubrió que tras contactar con el centro Shimbre el chamán admitió a la policía que había mentido acerca de la marcha de Kyle del centro.

Le habían “encontrado muerto fuera, debajo de un arbusto”, dijo Oswald.”Entraron en pánico y lo cubrieron, y les dijeron a todos que él no se sentía bien, y que estaba en su choza”.

El chamán dijo a las autoridades que él y otros dos hombres había enterrado el cuerpo de Kyle, de acuerdo a Oswald y el periódico peruano El Comercio.

“Lo pusieron en una carretilla, lo llevaron a una milla por el camino, cavaron una fosa, y le enterraron allí y quemaron todas sus pertenencias”, dijo Oswald.

Ella regresó a Perú donde tuvo que identificar el cuerpo de su hijo al que le practicaron una autopsia en el Perú que no fue concluyente.

El chamán, cuyo verdadero nombre es José Pineda, y los otros dos hombres fueron detenidos. Pineda fue finalmente declarado culpable de homicidio y de mentir a las autoridades, y condenado a cinco años de prisión, según los medios locales peruanos.

El cuerpo de Kyle fue finalmente llevado de vuelta a California, donde Oswald dijo que otra autopsia tampoco resultó concluyente y él fue incinerado.

De acuerdo con El Comercio, el chamán dijo a la policía que Kyle Nolan tomó demasiada ayahuasca.

Todavía no está claro cómo la ayahuasca puede matar a alguien. Se sabe muy poco acerca de la ayahuasca y sus efectos, y muchos centros chamánicos, incluyendo el Centro de Shimbre chamánico, exigir a los participantes que limpien sus cuerpos durante varios meses antes de tomar ayahuasca, un régimen que Kyle siguió muy de cerca.

Varias organizaciones están tratando de recaudar dinero para estudiar la ayahuasca y sus cualidades medicinales, así como crear una guía de salud para los turistas interesados ​​en viajar a los centros chamánicos en el Amazonas.

Hay una creciente preocupación ya que cada vez hay más turistas occidentales que se dirigen al Amazonas en busca de una experiencia psicodélica guiados por chamanes que sacan provecho de la circunstamcia. Ha habido otras muertes reportadas, así como denuncias de agresiones físicas y sexuales.

Oswald admite que todavía intenta reponerse y accedió a hablar con CNN sobre la muerte de su hijo porque espera que pueda ayudar a alertar del peligro a otros jóvenes que como su hijo buscan tratamiento con ayahuasca en la Amazonia.

“No hay supervisión médica allí,” dijo ella. “Y tal vez incluso pueda plantearse hacerlo en los Estados Unidos, si usted necesita hacerlo”.

Ella sospecha que se ha convertido en una moda: “Tal vez es como el LSD de los años 60”.

Pero ella dijo que apoyaría algún tipo de regulación de la industria del turismo ayahuasca si se garantizase que los participantes serían supervisados ​​por profesionales de la medicina.

“Definitivamente creo que deben ser monitoreados de alguna manera. Es una droga alucinógena… Ellos lo llaman un medicamento, pero es una droga alucinógena,” dijo ella. “Obviamente tiene efectos secundarios. Cualquier persona puede tener una reacción adversa. No dejes que alguien solo con una droga alucinógena”.