Por Mark Preston
WASHINGTON (CNN) — Los demócratas iniciaron el martes 4 de noviembre con ansiedad pero con la esperanza de que el partido evadiera las grandes pérdidas en las elecciones intermedias.
El poco optimismo que los demócratas habían abrigado por la mañana se disipó mucho antes de que llegara la medianoche. Las predicciones de que sería una noche larga y de que el Senado estaría en la balanza a la espera de los resultados de los desempates en el Sur se derrumbaron.
El Partido Republicano ganó y ganó en grande. Fue una clásica paliza que hizo eco más allá de los candidatos vulnerables que buscaban la reelección en sus cargos federales y estatales.
Aunque cada derrota de los demócratas dolió al partido, haber perdido puestos en bastiones políticos confiables fue desolador.
Los demócratas perdieron las gobernaturas de Illinois, Maryland y Massachusetts, estados en los que el presidente Barack Obama ganó por 17, 26 y 23 puntos respectivamente hace apenas dos años.
En la lucha por el control del Congreso, el objetivo de los republicanos era ganar en total seis escaños en el Senado, idea que entraba en el reino de lo posible en los días previos al martes.
Los republicanos ganaron siete: Arkansas, Colorado, Iowa, Montana, Carolina del Norte, Dakota del Sur y Virginia Occidental.
Seguimos esperando los resultados de la carrera al Senado en Alaska y en Virginia. En Louisiana, las encuestas previas a los comicios indicaban que el asambleísta republicano Bill Cassidy se vería favorecido en un desempate que se celebrará en diciembre contra la senadora demócrata Mary Landrieu.
Si se reconocía tácitamente que los demócratas podían perder la mayoría en el Senado, fue totalmente sorprendente que los republicanos los golpearan tan duro en las elecciones a las gubernaturas. Los gobernadores republicanos que estaban en riesgo en Florida, Kansas, Maine, Michigan y Wisconsin ganaron la reelección.
El nuevo gobernador del estado del que Obama proviene (Illinois) es republicano. Fue una noche difícil para los demócratas, partido que en las próximas semanas y meses buscará respuestas y un líder inspirador.
Estas son cinco lecciones; empezaremos con el siguiente probable líder político del Partido Demócrata.
La jefa demócrata: Hillary Clinton
Solo hay que ver el itinerario de viajes de Hillary Clinton en los pasados dos meses para darse cuenta de lo popular que es con los legisladores demócratas y la base de electores.
Los Clinton (Hillay y su esposo Bill) fueron a donde el presidente Obama no podía ir, a donde no fue y en donde no era bien recibido. Juntos, los Clinton participaron en más de 100 eventos de campaña. Pero ni siquiera ellos pudieron salvar a los demócratas en una noche que fue grandiosa para los republicanos.
Hoy entramos a un nuevo ciclo electoral y Hillary Clinton es la que encabeza la nominación presidencial de los demócratas. Si se postula, Clinton será la nueva líder política del partido mientas el presidente se concentra en los últimos dos años de su mandato.
“Al final de la gran carnicería, un partido que está en problemas se pregunta quién puede dirigirlos”, dijo un estratega demócrata veterano, quien habló abiertamente sobre Clinton solo bajo anonimato.
“Estaremos buscando a nuestro Moisés y en este caso todos saben quién quieren que los saque de aquí. La gente recurrirá a ella y querrán que ella sea la líder. La pregunta es si ella aceptará”.
Aunque los operadores del Partido Republicano subrayen el hecho de que Clinton y su esposo no ayudaron a los demócratas a ganar el martes, eso no afectará su posición entre los votantes demócratas. La encuesta de salida de CNN mostró que el 83% de los demócratas cree que ella sería una buena presidenta.
Los presidenciables republicanos
Lo más notable del martes acerca de los aspirantes republicanos a la presidencia fue la victoria del gobernador Scott Walker en Wisconsin.
Los demócratas tenían la mira puesta en él. Después de todo se enfrentó a los sindicatos, y ganó, sobrevivió a un referéndum en 2012, y ganó. El martes por la noche volvió a ganar. La derrota habría puesto fin a cualquier intención de Walker de postularse a la presidencia. Esa posibilidad sigue en pie.
Sin embargo, hay otros personajes que surgirán de las elecciones intermedias y se volverán parte de la discusión sobre 2016. El gobernador de Ohio, John Kasich, se reeligió fácilmente en un estado que cuenta con 18 votos electorales en una elección presidencial.
En un viaje que hizo recientemente a Nueva Hampshire, una conocida autoridad republicana mencionó de inmediato a Kasich, expresidente del Comité Presupuestario de los representantes, como el candidato que le gustaría que se postulara en 2016. Eso bien podría ocurrir.
El gobernador de Michigan, Rick Snyder, estuvo en peligro de perder la reelección este martes. Sin embargo, el gobernador (quien adoptó el lema “un nerd duro”) zarpó hacia la victoria en un estado en el que Obama ganó por 9.5% en 2012. Un estratega republicano que trabaja con varios candidatos potenciales para 2016, señaló que Snyder tiene una historia “atractiva” que contar como ejecutivo e inversionista exitoso al que los donadores empresariales podrían ver con buenos ojos.
La gobernadora de Nuevo Mexico, Susana Martinez, ganó la reelección por 16 puntos en un estado decididamente demócrata en el que Obama ganó por 10 puntos hace dos años.
Es la primera gobernadora hispana de la historia de Estados Unidos y, en una época en la que los republicanos están tratando de renovar su imagen y ponerse en contacto con las comunidades minoritarias, Martinez brinda una opción distinta a los electores republicanos.
Martinez no es muy conocida nacionalmente y sus asesores políticos señalaron que se estaba postulando a la reelección este año, no haciendo audición para la Casa Blanca. Bueno, pues ella ganó un segundo mandato e incluso si no buscara la candidatura republicana a la presidencia, no hay duda de que estará en la lista como una posible compañera de fórmula y candidata a la vicepresidencia.
También esta el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, quien no estuvo en las boletas pero tuvo una participación importante en esta elección.
Funge como presidente de la Asociación de Gobernadores Republicanos (AGR) y supervisó la recaudación de fondos y al ala política de los gobernadores republicanos en las elecciones intermedias.
Si se usa eficazmente, la presidencia de la AGR puede ser un trampolín a la Casa Blanca. Salir airoso de las elecciones solo puede apuntalar esa posición. Si Christie se postula a la presidencia, esta temporada al mando de la AGR habrá valido la pena.
Nadie quiere a Washington
Aunque la encuesta de salida de CNN indicó que el 59% del electorado estaba molesto/insatisfecho con la administración de Obama, el 60% dijo que estaba molesto/insatisfecho con los líderes republicanos en el Congreso.
Eso difícilmente puede ser un claro respaldo a los líderes del país en una época en la que el temor gobierna los sentimientos de la gente respecto a la economía y la seguridad personal.
La encuesta de salida de CNN mostró que el 45% del electorado cree que la economía es el tema más importante para el país, seguido de los servicios de salud (25%), la inmigración ilegal (14%) y la política exterior (13%).
Con miras a 2016, los aspirantes a la Casa Blanca y al Congreso enfatizarán que planean reestructurar la economía y proteger el territorio estadounidense. Será interesante y revelador ver cómo los candidatos se distinguen, especialmente en la carrera presidencial.
Política y estrategia
Pon atención al tono y al lenguaje corporal del presidente cuando dé su discurso a la nación este miércoles luego de la derrota política que sufrió su partido anoche. Ilustrará la forma en que marcharán las cosas en el Congreso inoperante. No se sabe si se logrará algo cuando la Cámara de Representantes y el Senado reanuden sesiones este mes, mucho menos en los dos últimos años de la presidencia de Obama.
Unos días antes de las elecciones, el vicepresidente Joe Biden dijo a CNN que la Casa Blanca estaba “lista para comprometerse”. ¿Qué significa eso? Quién sabe. Pero Biden tiene razón en decir que si Obama quiere lograr algo, tendrá que trabajar con los republicanos. ¿Trabajarán ellos con él?
El líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell (quien probablemente se vuelva el líder de la mayoría en enero) dio una señal el martes por la noche de que los republicanos tienen sus propias prioridades.
“Esta administración ha intentado durante demasiado tiempo decirle al pueblo estadounidense qué es bueno para ellos y luego culpar a alguien más cuando sus políticas no funcionan”, dijo McConnell en un discurso tras su reelección.
Las coincidencias ideológicas fueron un tema común del que los cabilderos que tienen intereses empresariales hicieron eco el martes mientras analizaban la nueva estructura de Washington.
“Los republicanos tendrán que decidir si van a negociar y Obama tendrá que decidir si está dispuesto a negociar”, señaló un cabildero veterano que trabajó con los demócratas conservadores en el Capitolio y solo habló abiertamente bajo anonimato. “¿Serán capaces de negociar o seguirán gobernando dentro de los límites de tiempo? Ambos deberían darse cuenta de que gobernar así no funciona”.