(CNN) – Parte del trabajo de Robert Ferrante consistía en gestionar un laboratorio que lleva a cabo ensayos clínicos con medicamentos y productos químicos. Eso hasta que fue acusado de utilizar una de esas sustancias - cianuro - para matar a su esposa.
El viernes, un jurado de Pensilvania determinó que esta acusación estaba bien fundada, y condenó al investigador médico y profesor de la Universidad de Pittsburgh por el asesinato de su mujer, de 41 años, Autumn Klein.
Según dijo el miembro del jurado, Helen Ewing, a los periodistas después: “Fue muy difícil aceptar y creer que él podría haber hecho eso. Sentía que los hechos eran claros, y yo no podía discutir con ellos”, explicó.
Para muchos la historia era increíble. Ambos tenían una carrera exitosa, incluyendo Klein como neuróloga superior en el Medical Center de la Universidad de Pittsburgh. Su casa se llenó de alegría con la llegada se su hija, de entonces 6 años, de Klein, Cianna. Y acababan de regresar de un viaje a Puerto Rico.
“Nunca he visto nada que sugiera que no fueran una pareja feliz con una hermosa niña”, dijo su vecino Runsdorf.
Luego, el 17 de abril de 2013, Ferrante llamó al 911 y dijo que su esposa estaba “consciente y respiraba, pero por favor, por favor, por favor, vengan. Creo que mi esposa está teniendo un derrame cerebral” dijo.
Cuando los paramédicos llegaron, encontraron a Klein en el suelo de la cocina con una bolsa de plástico con creatina.
Murió tres días más tarde.
De acuerdo con una denuncia penal, varios mensajes de texto enviados entre la pareja sugieren que Ferrante instó a Klein a usar la creatina para ayudarla a quedarse embarazada.
Sea cual sea la justificación de Ferrante, no hay consenso científico respecto a que los suplementos de creatina - que algunos utilizan para construir masa muscular- puedan ayudar con la fertilidad femenina; de hecho, los Institutos Nacionales de la Salud dicen que las mujeres embarazadas no deberían usar la creatina.
En cualquier caso, las autoridades dicen que no era la creatina lo que mató a Klein - sino el cianuro que había sido mezclado con ella.
Un día antes de que Klein cayera enferma, Ferrante había utilizado una tarjeta de crédito para realizar un pedido durante la noche de más de un cuarto de kilo de cianuro. En el momento del pedido, no había proyectos activos en el laboratorio de Ferrante que involucraran el uso de cianuro, de acuerdo con la denuncia.
Y cuando los investigadores examinaron la botella, encontraron que más de 8 gramos de cianuro faltaban en ella.
El cianuro se utiliza a menudo en los laboratorios de investigación para experimentos. En los seres humanos, interfiere con la capacidad del cuerpo para utilizar el oxígeno para producir energía y puede ser mortal.
En julio de 2013, Ferrante fue acusado de la muerte de su difunta esposa, detenido en Virginia Occidental, y luego extraditado a Pensilvania.
Más de una semana después de su colapso, después de que les dijeron que había sido fatalmente envenenada con cianuro, el propio Ferrante preguntó a los detectives, “¿Por qué le haría eso a ella?”. Unos segundos más tarde, según la denuncia, añadió: “¿Quién le haría esto?”.
Otro vecino de la pareja, que pidió no ser identificado, dijo que no era un secreto que Klein quería otro bebé. Pero ella le dijo a la esposa del vecino que Ferrante no compartía ese deseo.
La denuncia penal plantea otra fuente de fricción: Ferrante enfrentó a su esposa tres veces a pocas semanas de su muerte acerca de si ella estaba teniendo una aventura.
“Además, la evidencia ha descubierto que la víctima tenía la intención de tener una conversación con Ferrante y que a Ferrante ‘no le gustaba discutir’”, añade la denuncia.
El caso se retrasó durante meses, antes de que finalmente fue a juicio en octubre.
Su abogado, Bill Difenderfer, dijo después del veredicto que creía que su cliente “lo hizo muy bien” en el estrado. “Fue muy sincero … y estaba diciendo la verdad.”
Sin embargo, en lugar de estar convencido de su inocencia, los miembros del jurado dijeron que las inconsistencias en su testimonio jugaron un papel significativo en su veredicto de culpabilidad.
“Creo que tiene excelentes entrenadores”, dijo Ewing. “Creo que tuvo un año para pensar en la historia que quería contar.”
Los padres de Klein, por su parte, regresaron a casa para cuidar a joven Cianna y cuidar de que la niña conservara los recuerdos de su difunta madre.
“Si bien estamos contentos de que la persona responsable de su muerte ha sido llevado ante la justicia”, dijeron los padres en un comunicado, “nada volverá a llenar el vacío que sentimos en nuestra familia y en nuestros corazones.”