Por María Elena Belaunde, CNN Español

Lima (CNN Español)  – A pesar del crecimiento económico sostenido de los últimos 10 años en Perú, 8 millones de los 31 millones de habitantes de ese país aún conviven con la enorme desventaja de no tener agua potable en sus casas.

Por eso un joven economista peruano creó Yaqua, un agua embotellada cuyo lema es “tu sed se quita ayudando” y que convierte a los consumidores en agentes de cambio social.

El proyecto social ha logrado crecer en un año como ninguna otra de las aguas embotelladas de ese país en medio de un mercado sumamente competitivo.

Un joven emprendedor en busca de un cambio

Al regresar de una beca universitaria en Australia, el economista Fernando Tamayo, de 25 años, notó cómo el crecimiento económico del Perú no venía beneficiando por igual a sus habitantes.

Para cambiar esa situación, Tamayo planteó una estrategia: convertir a los consumidores en parte de la solución.

“Tenemos un mercado de agua embotellada que crece 20 % al año en nuestro país. Mueve más de 1.000 millones de nuevos soles. Eso es casi 300 millones de dólares. Entonces dijimos: ¿porque no tomamos esta oportunidad del mercado para ayudar a personas que no tienen acceso a agua limpia? Hay que hacer que el consumidor se vuelva un agente de cambio”.

Después de tres años de trabajo previo, en agosto del 2013, Yaqua salió al mercado con 5.000 botellas.

Poco más de un año después, vende 80.000 botellas de agua de mesa. Un crecimiento logrado por su acertada estrategia de ingresar al mercado a través de universidades, cadenas de farmacias, estaciones de servicios y supermercados.

“Agua para el resto de sus vidas”

El producto es un agua de primera calidad, con triple certificación ISSO, que se vende a un precio competitivo. Permite a los distribuidores ganar el mismo margen que con sus competidores, pero destina el 100 % de la ganancia, entre el 15 y 20 % del precio final, a proyectos sociales.

El primero de ellos se realizará en el primer trimestre del 2015 en la selva, llegando a 500 beneficiarios, con filtros para limpiar el agua de los ríos.

“Allí queremos hacer el impacto en escuela y en postas médicas, donde hay una alta necesidad de tener agua limpia; y también en la sierra, en Huancavelica, donde tenemos proyectado hacer un sistema de agua bajo gravedad para toda una comunidad y que cada casa pueda contar con un caño y un lavadero. Esto va a ser agua para el resto de sus vidas”.

Cincuenta serán las familias beneficiadas en esa zona de los andes peruanos, señala Tamayo.

Su sueño es convertir a Yaqua en una marca social, que no se limite al agua embotellada. Vender productos comestibles o de tocador con la misma marca, cuya ganancia ayude a beneficiar a quienes lo necesitan.

Finalmente se trata de convertir al consumidor en un agente de cambio, porque “ayudar es tan fácil como tomar agua”.