Por Matthew Knight, CNN
(CNN) – Si pensabas que la doma de caballos solo se trataba de camisas almidonadas, moños en el cabello y fracs, entonces Clémence Faivre está a punto de cambiar tus percepciones.
Con vestidos sueltos y rutinas deslumbrantes, la ex doble de acción está ayudando a infundirle nueva vida al antiguo arte de entrenamiento de caballos.
Hoy en día, la doma es conocida como un deporte olímpico, pero sus orígenes se encuentran en el campo de batalla como una disciplina desarrollada para mejorar la obediencia y maniobrabilidad de los caballos de la caballería.
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La jinete francesa ha tomado los elementos avanzados de doma clásica, conocidos como ‘Haute Ecole’ o la ‘Escuela Secundaria’, para crear una serie de espectáculos que mezclan tanto estilo como sustancia.
Se podría decir que es el papel con el que ha soñado.
“Siempre me han gustado los caballos, pero nunca había pensado en trabajar con ellos”, dijo Faivre a CNN.
“Nunca había considerado hacer espectáculos de caballos, no me gustaba la competencia y no quería ser maestra. Pero realmente me gustaba el teatro y quería ser actriz”.
Fiel a sus objetivos, Faivre se inscribió en la Escuela de Arte Dramático Florent de París, antes de unirse a la tropa del renombrado Mario Luraschi, doble de acción francés y entrenador de caballos.
Luego, siguieron una serie de apariciones como doble, sobre todo en el drama británico de televisión ‘Merlín’ y en la película ‘Paris, je t’aime’ del 2006, antes de que Faivre continuara su educación equina en el 2007.
Entusiasmada por explorar la doma clásica, se matriculó en la Fundación Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre en Jerez, España, aprendiendo junto al español olímpico Rafael Soto, antes de actuar en su primer espectáculo en 2010 junto a su muy querido semental, Gotan.
“Es un verdadero compañero. Es muy inteligente, un artista y muy generoso. Sería difícil encontrar otro caballo como él”.
El caballo castaño de 10 años de edad es uno de los ocho sementales que Faivre entrena meticulosamente en su sede en Gouvieux, a una hora al norte de París.
“Mis caballos trabajan cinco veces a la semana con dos días de descanso. Los monto por la mañana y por la tarde trabajamos en trucos que repito muchas veces”, dijo.
“Cuando compro un caballo busco a un artista. Si encuentro uno que es inteligente, valiente y sensible me tomará dos años entrenarlo; luego, necesitarás un año más para lograr que se acostumbre al ambiente de un espectáculo”, explica.
Talento que paraliza el espectáculo
Faivre cuenta con tres espectáculos de anillos temáticos (‘Gala’, ‘Freedom’ y ‘Fantasia’) y un cuarto donde su pony Romeo se mezcla con la audiencia. Todo resalta la gracia y la inteligencia de los caballos.
Los trucos incluyen el paso español, en el que un caballo levanta sus patas delanteras de forma exagerada, y el piaffe, el trote rítmico sobre el terreno.
También hay maniobras más espectaculares, como las piruetas (más difíciles de dominar en cuatro patas que en dos de una bailarina) y el levade, un truco atrevido y potencialmente riesgoso, donde un caballo se encabrita y se posa sobre sus cuartos traseros.
“Cuando tengo al caballo en dos patas esto es tal vez lo más peligroso que hago, pero por lo general las rutinas no son peligrosas. No es como cuando era doble de acción”.
Hasta la fecha, Faivre ha actuado en más de 10 países. En septiembre, las audiencias estadounidenses presenciaron por primera vez su estilo francés en los Masters de Los Ángeles.
“Fue el sueño americano”, dijo Faivre.
“Nunca pensé que iría allí con mis caballos. Fue realmente diferente, una gran oportunidad y creo que a la gente le gusta mucho”.
Matthieu Gheysen, director del evento LA Masters, describió el espectáculo como “alucinante”.
“Es impresionante ver cómo ella se comunica con Gotan; es hermoso cómo hacen que funcione. Puedes ver cómo han construido su relación a lo largo de los años”, dijo Gheysen.
“Y es impresionante cuando ves a la multitud; apenas puedes oír algo en las tribunas”.
Su atención a los detalles se extiende a todos los aspectos del espectáculo, incluyendo sus trajes. Esto es parte del trabajo que, sin duda alguna, ella adora.
“Me encanta la alta costura. Siempre me ha gustado el estilo clásico; estoy loca por el siglo XIX. Creo que fue la mejor época para una mujer, era un tiempo realmente elegante”, dice ella.
“Creo que el traje es muy, muy importante. Cuando llevas a cabo un espectáculo, se trata de todo: la música, las luces, el vestuario, el caballo, la coreografía… Si falta algo, no es lo mismo”.
Desde entonces, Faivre ha viajado a África, haciendo funciones en el Salon du Cheval d’El Jadida en Marruecos y tiene programado presentarse a finales de noviembre en la Semana del Caballo en Madrid.
Si realmente la doma es el ballet del mundo de los caballos, entonces Faivre bien puede ser su bailarina principal.