Por Lauren Said-Moorhouse
(CNN) — Desde Marruecos hasta Etiopía y Kenia, África está repleta de pequeñas granjas, de las que se encarga un apasionado grupo de activistas dedicados a preservar las tradiciones locales.
Este año, Lavazza, una empresa de productos del café, en sociedad con el movimiento Slow Food, ha creado un calendario para 2015 en honor a los hombres y mujeres africanos que trabajan la tierra y defienden tanto sus industrias locales, como sus tradiciones.
Lavazza reclutó al fotógrafo estadounidense Steve McCurry, quien viajó por el continente tomando retratos de los activistas de alimentos más dedicados de África.
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Andrew Wanyonyi Sikanga es uno de esos activistas. Sikanga, un productor de sal del oeste de Kenia, también es miembro del grupo de autoayuda de Nabuyole, una asociación que produce sal en una planta acuática. Sikanga utiliza una exclusiva técnica que implica la extracción de sal de los juncos salvajes que se encuentran en las orillas del río Nzoia.
“Fue un viaje increíble, y en Marruecos, Senegal, Tanzania, Kenia y Etiopía aprendí muchas cosas y conocí a personas que ahora considero amigos”, dijo McCurry en una declaración.
“Espero que a través del idioma universal de la fotografía, mis imágenes puedan ayudar a que el proyecto ‘Defensores de la Tierra’ resuene por todo el mundo”.
McCurry fotografió a un grupo de mujeres que cosechan café en la región de Kafa en Etiopía.
Etiopia tiene una cultura de café profundamente arraigada, que se inició hace varias décadas. El país es considerado la cuna del café y es el principal productor en África; así mismo, es el quinto productor más grande en el mundo. Los productores de Etiopía generan 719 millones de dólares al año, según la Asociación de Exportadores de Café de Etiopía. McCurry fotografió a Asnakech Thomas, la primera molinera y exportadora de café, en un dinámico retrato en el que ella aparece entre las plantaciones de café.
Roba Bulga Jilo es un activista de alimentos etíope de la tribu Karrayyu. Los camellos son una parte integral del clan nómada, así que Jilo trabaja con Slow Food para asegurarse de que la leche de camello se promueva en la comunidad más amplia de forma sostenible.
“Mi sueño para África es que los africanos mismos sean quienes decidan el destino del país”, dice.
Por las ondulantes colinas de la costa sur de Marruecos, Nadia Fatmi se presenta como la defensora del preciado aceite de argán de su país natal. Durante generaciones, los lugareños han estado cosechando el aceite al machacar las semillas del árbol espinoso para propósitos medicinales y culinarios. Pero en años recientes, el aceite se ha convertido en un producto de belleza muy solicitado en muchos países occidentales. Como la presidenta de la cooperativa Tighanimine, Fatmi trabaja junto a 60 mujeres a fin de generar ingresos para la región.
En la aldea marroquí de Taliouine, McCurry se reunió con Mhamd Id Taleb, el presidente de una cooperativa agrícola local de azafrán. McCurry colocó a Id Taleb en medio de canastas llenas de flores de azafrán cosechadas con delicadeza.
“Somos una cooperativa pequeña, pero tenemos un gran corazón y no hay distinción entre nuestro trabajo y nuestras vidas”, dice Id Taleb.
El keniano John Kariuki Mwangi, de 27 años es como un “soldado” que lucha para preservar su ambiente. Mwangi es el vicepresidente de Slow Food Foundation for Biodiversity. McCurry lo colocó con las calabazas de Lare, Kenia, las cuales crecen en la región a pesar de que la lluvia es altamente irregular.
Anna Ndiaye, otra defensora de la tierra, es presidenta de la Federación Gie Mbel Saac en Fadiouth, Senegal. Junto a las otras mujeres de la isla, ella se ha dedicado al arduo proceso de preparar el preciado producto de la isla: cuscús salado de mijo. Esta variante de cucús no se da en ninguna otra parte del mundo. Como muchos de los “Defensores de la Tierra” que aparecen en esta serie, estas mujeres claramente ilustran el papel que ellas pueden tener en cosechar y proteger los productos africanos.
El misionero tanzano Padre Peter Kilsara ha jugado un papel decisivo en ayudar a que los granjeros locales obtengan un mejor equipo. Como el líder de Kirua Children Association, él también promueve la educación para los niños en la región.
La fotografía de esta galería de imágenes muestra a algunos de los niños a los que Kilasara les ha podido dar acceso a educación. Él añade: “Una semilla que se arroja al aire y cae a tierra demuestra que el futuro realmente está en nuestras propias manos”.