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Por Maria Santana

NUEVA YORK (CNNMoney) — La mayoría de estadounidenses cree que los inmigrantes son malos para la economía de Estados Unidos y que amenazan las creencias y las costumbres del país, según un reciente sondeo realizado por Reuters/Ipsos.

Numerosos estudios han demostrado que estas creencias son erróneas.

Mito #1: no pagan impuestos

Los inmigrantes indocumentados ya son contribuyentes de Estados Unidos.

En conjunto, pagaron en 2010 un aproximado de 10.600 millones de dólares en impuestos estatales y locales, según el Instituto de Impuestos y Política Económica (ITEP, por sus siglas en inglés), una organización de investigación que trabaja en temas de política impositiva. Las contribuciones variaron según el estado. En Montana, contribuyeron 2 millones de dólares. En California, más de 2.200 millones de dólares. En promedio, pagaron más o menos el 6,4% de sus ingresos en impuestos estatales y locales, dijo ITEP.

Un informe del 2007 de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) informa sobre el impacto que los inmigrantes indocumentados tienen en el presupuesto municipal y los gobiernos estatales. Además, citó las cifras del Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés), en las que se muestra que del 50% al 75% de aproximadamente 11 millones de inmigrantes no autorizados de Estados Unidos, presentan y pagan impuestos sobre la renta cada año.

El análisis que CBO hizo en 2013 del fallido proyecto de ley bipartidista que fue presentado por el denominado “gang of eight” (pandilla de los 8), el cual habría creado una ruta hacia la legalidad para muchos inmigrantes indocumentados, encontró que el aumento de la inmigración legal incrementaría los gastos gubernamentales por crédito impositivo reembolsable, Medicaid y subsidios de seguros médicos, entre otros beneficios federales. Pero también crearía aún más ingresos tributarios en concepto de impuestos sobre la renta y nómina. Eso podría reducir el déficit en 175.000 millones de dólares durante los primeros 10 años y en al menos 700.000 millones de dólares en la segunda década.

ITEP considera que permitir que ciertos inmigrantes se queden en el país y trabajen legalmente, aumentaría las contribuciones de impuestos estatales y locales en 2.000 millones de dólares por año.

Mito #2: no pagan Seguro Social

La verdad es que los inmigrantes indocumentados contribuyen más en impuestos sobre la nómina, que en lo que alguna vez consumirían en beneficios públicos.

Tomemos como ejemplo el Seguro Social. De acuerdo con la Administración del Seguro Social (SSA, por sus siglas en inglés), los inmigrantes no autorizados, quienes no son elegibles para recibir los beneficios del Seguro Social, han pagado la sorprendente cantidad de 100.000 millones de dólares para dicho fondo durante la última década.

“Están pagando un aproximado de 15.000 millones de dólares al año en Seguro Social, sin tener la intención de recibir los beneficios”, le dijo Stephen Goss, jefe actuario de SSA, a CNNMoney. “Si los aproximadamente 3,1 millones de inmigrantes indocumentados no le pagaran al sistema, el Seguro Social habría entrado en un déficit continuo respecto a los ingresos tributarios para cubrir los pagos a partir de 2009”, dijo.

A medida que envejece y se jubila la generación del “baby boom” (personas que nacieron durante la explosión de la natalidad después de la segunda guerra mundial), los trabajadores inmigrantes son esenciales para reforzar el Seguro Social y contrarrestar los efectos de la disminución de los trabajadores nacidos en Estados Unidos que le pagan al sistema, dijo Goss.

Sin inmigrantes, la Junta de Fideicomisarios del Seguro Social prevé que el sistema ya no podrá pagar todos los beneficios prometidos para el año 2037.

Mito #3: drenan el sistema

Los inmigrantes indocumentados no califican para asistencia social, cupones de alimentos, Medicaid y muchos otros beneficios públicos. La mayoría de estos programas requieren prueba de estatus migratorio legal y en virtud de la ley de asistencia social de 1996, incluso los inmigrantes legales no pueden recibir estos beneficios hasta que no hayan permanecido en los Estados Unidos por más de cinco años.

Los adultos y niños inmigrantes que no son ciudadanos tienen un 25% de menor probabilidad de ser inscritos en Medicaid que sus equivalentes pobres que nacieron en Estados Unidos. Así mismo, tienen un 37% de menor probabilidad de recibir cupones de alimentos, según un estudio de 2013 realizado por el Instituto Cato.

Los hijos ciudadanos de inmigrantes ilegales, de quienes a menudo se refieren despectivamente como “bebés ancla”, sí califican para recibir beneficios sociales. Además, los inmigrantes indocumentados son elegibles para recibir educación y atención médica de emergencia. En su informe “Immigration Myths and Facts” del 2013, la Cámara de Comercio de Estados Unidos dice que la mayoría de los economistas ven la prestación de estos beneficios como una inversión para cuando estos niños se convierten en trabajadores y contribuyentes.

Un informe de la CBO sobre la Ley de Reforma Migratoria Integral de 2007 llegó a la conclusión de que una ruta para la legalización de los inmigrantes aumentaría los ingresos federales en 48.000 millones de dólares. Dicho plan vería un aumento de 23.000 millones de dólares en los costos por el uso de los servicios públicos, pero al final produciría un excedente de 25.000 millones de dólares para las arcas del gobierno, dijo la CBO.

Mito #4: toman los empleos de los estadounidenses

La economía estadounidense necesita trabajadores inmigrantes.

La creencia de que los inmigrantes ocupan los puestos de trabajo que de otra manera podrían ser ocupados por los estadounidenses esforzados, ha sido disputada por una abrumadora cantidad de estudios y datos de investigación económica.

Retirar a los aproximadamente 8 millones de trabajadores no autorizados en los Estados Unidos, no significa que se crearían automáticamente 8 millones de puestos de trabajo para los estadounidenses desempleados, dijo Daniel Griswold, director del Centro de Estudios de Política Comercial del Instituto Cato, en el testimonio que presentó en el 2011 ante el House Judiciary Sub-committee on Immigration Policy and Enforcement.

Según la Cámara de Comercio de Estados Unidos, existe una doble razón. Por un lado, eliminar a millones de trabajadores indocumentados de la economía también eliminaría a millones de empresarios, consumidores y contribuyentes. De hecho, la economía perdería puestos de trabajo. En segundo lugar, los trabajadores nacidos en el país y los trabajadores inmigrantes tienden a poseer diferentes habilidades que a menudo se complementan entre sí.

Según Griswold, los inmigrantes, independientemente de su condición, llenan la creciente brecha entre la expansión de trabajos para personas poco calificadas y el grupo cada vez menor de estadounidenses nacidos en el país que están dispuestos a tomar dichos puestos de trabajo. Al facilitar el crecimiento de sectores como la venta al por menor, la agricultura, jardinería, restaurantes y hoteles, los inmigrantes poco calificados han permitido que esos sectores se amplíen, atraigan las inversiones y creen empleos de clase media en gestión, diseño e ingeniería, contabilidad, mercadeo y otras áreas que ocupan los ciudadanos estadounidenses.

Mito #5: simplemente es cuestión de papeleo

Al igual que Arpaio, muchos estadounidenses tienden a preguntarse por qué los inmigrantes indocumentados optan por incumplir con la ley, en lugar de esperar que se les permita entrar en el país de forma legal.

Sin embargo, bajo las leyes actuales de inmigración, hay muy pocas opciones para la inmigración legal, los costos son cada vez más inasequibles y la espera para cualquier tipo de estatus puede ser larga y frustrante.

De acuerdo con el Departamento de Estado, en esa “fila de espera de inmigración” imaginaria ya hay 4,4 millones de personas, y dependiendo del tipo de visa solicitada y el país de origen, la espera puede durar de años a décadas. En algunos países, como en Filipinas y México, las personas han estado esperando más de 20 años para que les aprueben una visa patrocinada por familiares.

Los inmigrantes cuentan con pocas opciones para llegar de forma legal a Estados Unidos. Pueden ser patrocinados por un empleador o por un miembro de la familia, pueden ingresar al país en calidad de refugiados, o podrían recibir una de las visas de diversidad para profesionales que se distribuye de forma selectiva. El Programa de Visas de Diversidad otorga 55.000 green cards (tarjetas verdes) a personas de países con bajas tasas de inmigración a Estados Unidos.

De acuerdo con el Departamento de Estado, las tarifas para obtener visas permanentes de Estados Unidos pueden variar desde 200 dólares a más de 700 dólares, sin incluir los gastos legales. Además, hay cuotas de visado que limita la inmigración de un determinado país.

En muchos países pobres y agobiados por la violencia, o en los casos en que los padres están separados de sus hijos, los inmigrantes dicen que la espera es insoportable y hace que muchos opten por cruzar la frontera de forma ilegal.

Ese viaje puede ser costoso y mortal.

Los contrabandistas cobran de 3.000 dólares hasta más de 70.000 dólares dependiendo del país de origen, el modo de transporte y la distancia recorrida, según indicó el Proyecto de Migración Mexicana, un esfuerzo de investigación multidisciplinario entre investigadores de México y Estados Unidos.

Muchos no lo logran. De acuerdo con los registros federales, más de 6.000 inmigrantes han muerto cruzando la frontera sur desde 1998.