Por Doug Gross
(CNN) — Hipsters, alégrense. La próxima vez que vayas en tu bicicleta de piñón fijo a la tienda de segunda mano, donde encuentras una camisa clásica de mecánico con manchas de grasa que combina bien con tu bigote de Rollie Fingers y tu barba de Grizzly Adams, hay una forma atrevida, aunque inferior desde el punto de vista tecnológico, de contárselo a tus amigos.
Utiliza un teléfono plegable.
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En la era del iPhone 6 Plus y de las enormes phablets Android, los teléfonos plegables inexplicablemente están de vuelta.
Por increíble que parezca, un árbitro de moda como la editora de la revista Vogue, Anna Wintour, al parecer ha cambiado su iPhone por un teléfono plegable. El mariscal de campo de los Colts de Indianápolis, Andrew Luck, la actriz Kate Beckinsale y hasta Rihanna son solo algunos de los famosos que han sido vistos portando orgullosamente la famosa pieza de tecnología paleolítica
Y lo creas o no, los “teléfonos tontos” no son precisamente el esquivo unicornio que algunos de nosotros creemos que son.
A partir de enero, el 56% de los adultos estadounidenses poseían teléfonos inteligentes, en comparación con un total del 90% que tenían un teléfono móvil de algún tipo, según el Pew Research Internet Project. Entre los miembros de la generación del milenio de 18 a 29 años de edad, un abrumador 83% de quienes poseían celulares tenía un teléfono inteligente, pero eso deja al otro 17% que cuenta con un celular más básico.
La forma de tapa con bisagras y cierre de golpe fue presentada al público originalmente en 1982 por el fabricante de portátiles GriD con su ordenador Compass.
Motorola, posiblemente el rey de los teléfonos plegables con su línea Razr, introdujo el estilo de concha de almeja en 1996 con su teléfono StarTAC (el cual de forma bastante apropiada, fue reestrenado en 2010 para los amantes nostálgicos de la tecnología).
¿Realmente se trata de un nivel de respeto retro y hipster? En ocasiones hay un aspecto desconcertante en relación a lo que está “de moda” que gira en torno a prescindir de la conveniencia moderna por una antigua …digamos… inconveniencia.
¿Utilizar máquinas de escribir? Listo. ¿Hacer carreras en bicicletas de ruedas altas de 1880? Sí. ¿Jugar béisbol con las reglas y equipo de la década de 1860? Definitivamente.
Pero obviamente existen razones prácticas por las que más personas, entre ellas los que son parte de la generación del milenio, optan por un teléfono plegable.
Para algunos, se trata de simplificar las cosas y despejarse en una sociedad que está conectada 24 horas del día, 7 días a la semana.
“Simplemente parecía como si fuera una mejor opción para mi confundido cerebro que un teléfono inteligente”, le dijo a TIME Angelica Baker, una tutora y escritora de 26 años de edad. “Personalmente, soy demasiado distraída y desenfocada como para manejar mi correo electrónico y Facebook en mi teléfono”.
Baker cambió su Droid por el teléfono plegable jubilado de su madre, un Motorola Razr rosado.
Nadie tiene que preocuparse de que roben datos de iCloud cuando utilizan un teléfono plegable. No hay esfuerzo para la vista y el cuello. No hay temor de volverse adicto a Flappy Bird.
Y, seamos honestos… hay algo satisfactorio en cerrar de golpe la tapa del teléfono luego de tener una molesta conversación telefónica, algo que incluso el toque más enérgico en una pantalla táctil jamás igualará.
Quizá los hipsters están tramando algo después de todo. Aunque seguiremos rechazando las barbas tupidas.