Por Kelly Wallace
(CNN) — Dicen que el primer paso para superar un problema es percatarte de que tienes uno.
Si me preguntan si soy adicta a mi smartphone o si lo utilizo demasiado, diría que no. Me enorgullezco en no mantener mis dispositivos (¡tengo dos!) en mi recámara mientras duermo, y los mantengo fuera de contacto en la alacena de la cocina cuando estoy en casa con mis hijos. Pero, cada vez que entro a la cocina, reviso mi correo electrónico y cuenta de Twitter.
Pareciera que hay una atracción gravitacional que me jala hacia mi BlackBerry y mi iPhone incluso cuando sé que la probabilidad de que haya algo que necesite ver en ese momento sea cero. Siento la misma atracción el minuto en el que me despierto y reviso mis dispositivos, una de las primeras cosas que hago cuando me paro de la cama.
Esos comportamientos en sí probablemente me ponen en el grupo de “tienes un problema”, pero lamento decir que ahora incluso hay más evidencia.
Recientemente tomé la “Prueba de Abuso de smartphones”, un cuestionario en línea administrado por el Centro de Adicción a la Tecnología e Internet de Estados Unidos, una de las pocas organizaciones que se enfocan en el problema.
‘Tengo un problema’
En el cuestionario hay preguntas como: “¿Te encuentras pasando más tiempo en tu smartphone de lo que te percatas?” y “¿Te sientes renuente a estar sin tu smartphone, incluso por un periodo corto?”.
Si respondes “sí” a más de cinco de las 15 preguntas, “podrías beneficiarte al examinar cuánto tiempo pasas con tu smartphone”, según el cuestionario.
Respondí “sí” a 11 preguntas.
Tengo un problema y no estoy sola.
El médico David Greenfield, el director del Centro de Adicción a la Tecnología e Internet, dice que aproximadamente el 90% de los estadounidenses entraría en la categoría de uso excesivo, abuso o mal uso de sus dispositivos, según una encuesta telefónica reciente a nivel nacional que hizo con 1.000 personas junto con AT&T.
“La analogía que uso es que justo antes de ir a la cama, lo último que hacen antes de dormirse es revisar su teléfono y en el minuto que abren sus ojos, revisan su teléfono”, dijo Greenfield durante una entrevista. “¿Eso no suena como un fumador? Esto es lo que solíamos escuchar de los fumadores, que lo último que hacían antes de dormirse era fumarse un último cigarrillo”.
El 61% de los encuestados dijo que regularmente duermen con su teléfono o smartphone prendido debajo de su almohada o a un lado de su cama y más del 50% se siente incómodo cuando dejan su smartphone en la casa o en el automóvil, o cuando no tienen servicio o su teléfono está roto.
Señales de que verdaderamente eres adicto
Greenfield, quien también es autor de Virtual Addiction: Help for Netheads, Cyber Fraks and Those Who Love Them, dice que menos personas en realidad serían clasificadas como adictas a sus dispositivos. Esa cifra aproximadamente es de entre 10% y 12%, según su investigación más reciente.
“Lo que coloca a alguien en esa categoría es que lo utilizan a un punto en el que experimentan cierto grado de abstinencia. Desarrollan intolerancia, lo que significa que lo utilizan más y más”, dijo Greenfield, un profesor de Psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Connecticut en Estados Unidos.
“Lo utilizan como una droga, entonces cuando están aburridos, toman el teléfono. Están cansados, toman el teléfono. Tienen flojera, toman el teléfono. Están enojados, toman el teléfono. Están solos, toman el teléfono”.
Para entrar en el grupo de adictos, Greenfield también dice que el uso de tu smartphone tiene que tener “algún impacto nocivo en una parte grande de la vida, ya sea un impacto en tu trabajo, tu rendimiento académico, tu vida en el hogar, tu principal relación, paternidad, estatus legal”.
“Digamos que te detienen y recibes una multa por enviar mensajes de texto y conducir. Tiene que haber algún impacto negativo generalmente para que digamos que tienes un problema”, dijo Greenfield.
En la investigación de Greenfield se encontró que aunque el 98% de los encuestados dijo que enviar mensajes de texto mientras se conduce es peligroso, casi el 75% admitió hacerlo.
“Así como beber y manejar, las personas tienen una recepción muy pobre de impacto, así que, en otras palabras, las personas lo harán normal”, dijo. “Conducirán y equilibrarán su teléfono celular y beberán su café, y te lo dirán, con honestidad, que no están impactados… pero en realidad sabemos de muchos datos e investigaciones que eso no es totalmente cierto”.
Entonces, ¿cómo puedes decir si podrías ser adicto a tu smartphone o si entras en la mayor categoría de que el uso de tu smartphone se te está saliendo de las manos? ¡Pregunté en redes sociales y obtuve una respuesta tremenda de personas que estaban con sus smartphones en ese momento! Aquí están 10 de mis respuestas favoritas:
10 señales de que puedes tener un problema
1.Cuando revisas tu teléfono para ver la temperatura actual en lugar de abrir una ventana, y/o cuando revisas tu teléfono para ver la hora actual en lugar de ver el reloj que está en tu muñeca. (¡Acabo de hacer esto!).
2. Cuando conscientemente le dices a tu cónyuge “guardemos los teléfonos” mientras ves la televisión porque es más común que estén al lado que lejos.
3.Si respondes correos electrónicos en un área pobremente iluminada mientras esperas que tu masajista te quite el estrés, podrías tener un problema. (¡Está bien, también he hecho esto!).
4. Cuando tus hijos tienen que enviarte por mensaje sus órdenes de comida porque perdiste la capacidad de retener información que no sea recibida a través de tu teléfono.
5. Cuando esperas encontrarte con muchos semáforos en rojo en el trayecto a casa para que puedas comentar en una publicación de Facebook.
6. Cuando uno de los primeros dibujos de tu hija te muestra a ti con una BlackBerry en tu mano.
7.Cuando te despiertas, tomas tu teléfono y lo revisas antes de levantarte a ir al baño.
8. Cuando dejas caer el teléfono en tu rostro porque te estabas quedando dormido.
9.Cuando escoges tu ropa con base en los mejores bolsillos par meter tu teléfono.
10. Cuando ves fotografías que tomaste con el teléfono mientras el momento de verdad ocurre justo enfrente de ti. (¡También hice eso!).