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Por Zachary Cohen y Wesley Bruer

(CNN) — El gobierno de Obama ha apoyado sistemáticamente las medidas encaminadas a reformar la condena de prisión mínima obligatoria por delitos no violentos relacionados con el uso indebido de drogas.

Pero la reciente decisión del presidente Barack Obama para conmutar las sentencias de prisión de ocho presos federales –encarcelados por delitos relacionados con el uso indebido de drogas– ha dejado a los defensores con ganas de más.

El perdón de un delito después del cumplimiento de una condena o la reducción de la sentencia que se está cumpliendo en la actualidad es uno de los pocos poderes presidenciales en el que menos control ejerce el Congreso o los tribunales. Las conmutaciones se emiten tradicionalmente en las semanas previas a los días festivos.

Los ocho delincuentes a quienes se les otorgaron conmutaciones este año cumplían largas sentencias, la mitad de ellos estaban condenados a cadena perpetua por delitos de drogas relacionados con la cocaína crack y la metanfetamina. Aunque este fue el mismo número de conmutaciones concedidas en 2013, muchos esperaban que la cantidad fuera mucho mayor al tomar en consideración el anuncio que diera el Departamento de Justicia en abril sobre una nueva iniciativa de la reforma penitenciaria, la cual estaba destinada a facilitar a la administración para perdonar o reducir las condenas de los delincuentes no violentos.

“Bueno, es un comienzo, aunque decepcionantemente pequeño”, dijo Julie Stewart de Families Against Mandatory Minimums (Familias contra Mínimos Obligatorios). “Dada la declaración del gobierno en cuanto a que quiere conceder más indultos, me sorprendió que otorgaran exactamente la misma cantidad de conmutaciones que en diciembre pasado”.

La iniciativa lanzada por la administración de Obama y los grupos de defensa externos antes en este año, fue promocionada como una manera para “identificar de forma rápida y eficaz” a los presos que cumplen condenas mínimas obligatorias que ya han sido caracterizadas como “obsoletas” e inapropiadas, según un declaración hecha en mayo por el secretario de Justicia adjunto, James Cole.

Cole dijo que la decisión del presidente de conceder el indulto a estos ocho individuos “sostiene su compromiso de llevar la justicia a nuestro sistema de justicia penal. Aun cuando los ocho se hicieron responsables de sus acciones criminales, sus castigos no se ajustaban a sus crímenes y, desde entonces, las leyes y políticas de las condenas ya han sido actualizadas para garantizarles una mayor equidad a los delincuentes de bajo nivel”.

Pero el grupo Clemency Report (Informe de Indulto), un grupo de defensa dedicado al trabajo de indultos ejecutivos a nivel federal, se refirió al número de conmutaciones como algo “vergonzoso en una era de encarcelamiento en masa”, según un comunicado publicado en su página web.

El grupo de defensa señaló que no se redujo la condena de ninguno de los delincuentes relacionada con marihuana, cocaína en polvo o LSD, a pesar del hecho de que, bajo los nuevos criterios de la administración, un estimado de 2.000 presos federales califican para que se considere la conmutación de sus condenas.

Esta nueva política dicta que los delincuentes deben ser de bajo nivel, no violentos y sin antecedentes criminales significativos. También deben haber servido al menos 10 años de su condena y demostrado buena conducta en prisión, sin antecedentes de violencia antes o durante su encarcelamiento.

Uno de los internos federales, quien claramente cumple los criterios del Departamento de Justicia para la conmutación es Timothy Tyler, condenado a dos cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional por conspiración para poseer LSD con la intención de distribuirlo. Ha pasado más de 20 años en prisión, pero se ha aferrado a la esperanza de que algún día será libre como resultado de la iniciativa del Departamento de Justicia y la ausencia de un pasado violento.

Carrie, la hermana de Timothy, quien ha dedicado su vida a los incansables esfuerzos por la liberación de su hermano, cree que la falta de conmutaciones este año no indica una renuencia a seguir adelante con las reformas penitenciarias por parte de Obama. Ella cree que es una evidencia del trabajo atrasado debido a la burocracia y la cantidad de solicitudes a favor de los internos que califican.

Obama ha recibido 15.646 peticiones de conmutación desde 2009 y, al añadir las ocho que se concedieron este año, ha otorgado 21 en total. Esa cantidad es mayor a la que concedieron los presidentes George W. Bush, Bill Clinton y Ronald Reagan en la misma etapa de sus mandatos presidenciales.

“Uno de los presos indultados es amigo de Tim y presentó su petición hace dos años”, dijo Carrie Tyler. “La petición de Tim no se ha presentado. Se hará a principios de año. La elaboración de su petición les ha tomado más de un año”.

Ella todavía tiene la esperanza de que el nombre de su hermano esté en la lista de los presos que sean liberados algún día, en un futuro próximo.

“Creo que en el futuro serán más. Creo que el presidente mantendrá su promesa”, dijo Carrie Tyler.

Stewart, de Families Against Mandatory Minimums, quienes han estado trabajando en la liberación de Timothy Tyler, también se mantiene optimista.

“Creo que Deborah Leff, la nueva abogada de indultos, está realmente interesada en la búsqueda de candidatos de mérito”, dijo acerca de la nueva encargada de la Oficina del Abogado de Indultos, la cual se ha percibido desde hace tiempo como la “Oficina del No”.