(CNN) – El Tribunal Supremo de Irlanda autorizó a los médicos el viernes para retirar el soporte vital en el caso de una mujer embarazada de 18 semanas clínicamente muerta ya que no hay “ninguna posibilidad razonable” de que su bebé sobreviva.

El tribunal a principios de esta semana escuchó la familia de la mujer que había pedido que desenchufaran a la joven ya que querían que ella muriera con dignidad.

Sin embargo, los médicos se negaron a apagar la máquina de soporte vital, ya que estaban preocupados por los derechos del niño por nacer.

Según la Constitución de Irlanda, los no nacidos tienen el mismo derecho a la vida que la madre. El aborto es ilegal, salvo en los casos en que la vida de la madre está en “riesgo real y sustancial” debido a complicaciones médicas o la amenaza de suicidio.

La mujer - de 20 años con dos hijos - fue puesto en terapia intensiva, el 3 de diciembre, cuando fue declarada clínicamente muerta tras sufrir un traumatismo cerebral grave.

Un panel de tres jueces del Tribunal Superior dictaminó el viernes que el soporte vital podía ser retirado. Las posibilidades de que el bebé naciera vivo eran casi nulas.

El juez Nicholas Kearns anunció la decisión: “Mantener el soporte vital para la madre sería privarle de la dignidad en la muerte. Se sometería a su padre, su pareja y sus hijos pequeños a la angustia inimaginable sólo por los temores de los médicos especialistas a las posibles consecuencias legales”.

Kearns continuó: “La corte cree que en el mejor interés del niño por nacer, se debe autorizar a criterio del equipo médico la retirada del soporte vital artificial”.

Los abogados que representan al niño por nacer, dijeron que no interpondrán recurso.