Por John Defterios
DAVOS, Suiza (CNNMoney) — El petróleo fue un tema importante en la reunión anual de la élite global en Suiza hace seis años. Nuevamente promete adoptar un papel protagónico esta semana en el Foro Económico Mundial en Davos.
Solo que esta vez, en lugar de debatir sobre cómo conseguir suficiente energía para abastecer la economía global, los ejecutivos y legisladores lidiarán con una superabundancia de suministro que está perjudicando a los productores y que podría provocar una deflación global.
Ha sido un notable revés. En enero de 2009, mientras Davos deliberaba, el presidente Obama tomaba el juramento del cargo, y prometió reducir la dependencia de Estados Unidos del petróleo extranjero.
Adelantémonos al año 2015, y los productores estadounidenses de petróleo de esquisto manejan casi 4 millones de barriles diarios, más petróleo que Iraq.
El auge de la energía en Estados Unidos no es el único factor que está detrás de este cambio radical. Otros productores, entre ellos la OPEC, han estado trabajando frenéticamente, aprovechando los precios de más o menos 100 dólares el barril. Ahora el precio ha colapsado a menos de 50 dólares, a medida que una disminución en el ritmo del crecimiento económico global, la eficiencia de energía y las fuentes alternativas debilitan la demanda.
El alivio tampoco se presentará por parte de la OPEC en un futuro cercano, si Arabia Saudita y sus vecinos del golfo se salen con la suya… y usualmente lo hacen.
Arabia Saudita, que durante mucho tiempo ha desempeñado el papel de equilibrar los mercados mundiales del petróleo —produciendo más cuando la demanda es alta, disminuyendo el suministro cuando la demanda baja— ya ha llegado al límite. Dice que este es el momento para que otros productores, como Estados Unidos y Rusia, hagan su aporte, dice.
“Nosotros no vamos a disminuir el suministro, ciertamente Arabia Saudita no va a disminuirlo”, le dijo a CNN Ali Al-Naimi, el ministro saudita de energía en una entrevista reciente. El veterano ministro fue más allá, al decir que esta “es la posición que mantendremos para siempre, no (solo) en 2015”.
Como resultado, los grandes y poderosos que asisten a la reunión anual en Suiza se verán forzados a enfrentarse a lo que será un doloroso año para las compañías de petróleo y gas, y para los mercados emergentes que dependen ampliamente de las exportaciones de energía.
El colapso en el precio ya está empezando a hacer daño, de acuerdo al gigante de servicios de energía Baker Hughes. Este mes se registró la caída más brusca en la cantidad de torres petroleras estadounidenses en servicio en aproximadamente 25 años. Las compañías energéticas están eliminando puestos de trabajo.
Antes de la reunión de Davos, 300 consultores de energía, quienes fueron encuestados en un evento en Abu Dabi, dijeron que esperaban que los precios se mantuvieran entre los 50 y 60 dólares este año.
El petróleo a la larga podría estabilizarse en un nivel más alto de 70 a 90 dólares el barril, pero esos precios podrían no registrarse sino hasta dentro de 3 a 5 años, de acuerdo con Christophe Ruhl, director de investigación en Abu Dhabi Investment Authority, el gigantesco fondo soberano de inversión.
Eso solo sucederá “cuando la demanda global sea lo suficientemente fuerte como para igualar… el aumento en el crecimiento de la producción en Norteamérica, algo no hemos visto, y… la producción de la OPEC se estabilice en el nivel que ellos decidan”.
Muchas cosas podrían suceder entre ahora y 2020 en países inestables como Líbia o Yemen. En realidad, algunos expertos dicen que la línea dura que mantienen los principales productores del golfo podría desencadenar disturbios en países cuyos presupuestos dependen de un valor de 100 dólares el barril, entre ellos Argelia e Irán.
“Si les causan demasiado sufrimiento a algunos de sus vecinos, los conflictos que provocan con precios excepcionalmente bajos en última instancia pueden dar lugar a la radicalización y a la desestabilización regional, básicamente amenazando el suministro mundial de energía”, dijo Ali Khedury, ex consejero militar estadounidense en Iraq y actual director ejecutivo de Dragoman Partners.
Cuando el petróleo promedió un récord de 100 dólares o más durante un período récord de cinco años, la industria calculó que había una inflación de más o menos el 15% por el riesgo de que la Primavera Árabe afectaría las exportaciones.
Aquellos temores se han evaporado a medida que el exceso de suministro inunda el mercado, presionando a los ejecutivos de las industrias y a los líderes mundiales que tratan de adaptarse a la postura de la OPEC por proteger su participación de mercado.