Por Laura Reyes
ACAPULCO, Guerrero (CNNMéxico) —- David Jaimes es un ejemplo de la angustia que causó en Acapulco, Guerrero, la noticia sobre el hallazgo de 60 cuerpos en descomposición en Cremaciones Pacífico, un crematorio ubicado a las afueras del municipio.
El hecho le genera pesar no sólo por tratarse de otro suceso oscuro en una entidad aquejada por la violencia que provocan los grupos criminales, sino porque hace un año con ocho meses llevó a ese lugar el cadáver de su madre y ahora no sabe qué recibió.
“Me entregaron cenizas, ¿pero de qué son?”, dijo Jaimes a periodistas este viernes, luego de enterarse de que las autoridades mexicanas piensan que Cremaciones Pacífico –negocio actualmente abandonado– defraudaba a sus clientes, prometiendo cremar los cuerpos de sus deudos y dándoles otro tipo de restos.
Jaimes fue uno de los ciudadanos que por la tarde exigieron a la fiscalía estatal investigar la identidad de los cadáveres hallados para saber si entre ellos está uno de sus deudos o si éstos en verdad fueron incinerados.
En la sede de la dependencia en el centro turístico, Karina García Jacinto dijo a CNNMéxico que su padre fue cremado en el lugar el 19 de septiembre pasado y que está consternada porque las autoridades afirman que Cremaciones Pacífico había dejado de operar desde antes de esa fecha.
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