Por Stephanie Gallman
(CNN) — Para cualquier viajero que regresa con recuerdos de sus aventuras podría ser difícil decidir exactamente qué hacer con ellos.
Quizá es por eso que el astronauta Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la luna, dejó algunos de sus objetos personales de su viaje a la luna en un armario.
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La viuda de Armstrong, Carol, encontró los objetos y les tomó una foto que compartió con los conservadores del Museo Nacional Smithsonian del Aire y el Espacio, según un comunicado del museo.
Armstrong, quien pronunció esas famosas palabras “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”, murió en 2012 después de complicaciones vinculadas con una cirugía cardíaca.
Tras su muerte, Carol Armstrong donó muchos de los artefactos del Apolo 11 a la colección nacional del museo. Ella también compartió parte de la correspondencia y algunos documentos de su esposo con su alma mater, la Universidad de Purdue en Indiana.
No fue sino hasta recientemente que Carol Amstrong envió un correo al museo con la noticia de que había encontrado “una bolsa de tela blanca llena de una variedad de artículos pequeños, los cuales parecían haber venido de una nave espacial”.
Con el correo, ella incluyó una foto de los objetos, distribuidos en su alfombra.
“No hace falta decir que para un conservador de una colección de artefactos espaciales es difícil imaginar algo más emocionante”, escribió Allan Needell, un conservador del departamento de Historia Espacial, en el blog del sitio web del museo.
Tras realizar investigaciones adicionales en relación a los objetos, los cuales Carol Armstrong envió al Museo Nacional del Aire y el Espacio, se identificó que unos cuantos definitivamente venían de la misión Apolo 11 de Neil Armstrong.
Lo primero que pudieron verificar fue la bolsa de tela blanca en la que se encontraron los objetos.
A la bolsa de almacenaje temporal a menudo la llamaban el “bolso McDivitt”, el nombre del comandante del Apolo 9, James McDivitt, quien sugirió que los astronautas podrían necesitar un lugar para guardar artículos temporalmente.
La prueba de que la bolsa y su contenido eran parte de la misión de la caminata lunar fue confirmada a través de las propias palabras de Armstrong.
Está registrado que dijo lo siguiente: “Sabes que eso es sólo un montón de basura que queremos llevar de regreso… partes del módulo lunar, cachivaches, y no permanecerá cerrada por sí misma. Tendremos que encontrar una solución para ella”.
“Era importante que dieran cuentas de la cantidad y la distribución de cualquier peso añadido, de modo que la trayectoria de retorno y los parámetros de entrada se pudieran calcular con precisión”, dice el blog del Aire y el Espacio.
Dentro de la bolsa estaba la cámara que grabó el aterrizaje de Armstrong en la luna, así como sus famosos comentarios tras su aterrizaje. La cámara de obtención de datos de 16 mm estaba colocada en la ventana del módulo lunar Eagle y grabó imágenes históricas: Armstrong justo antes de que pisara la luna. Armstrong mientras colocaba la bandera de Estados Unidos con Buzz Aldrin.
Entre los artículos también había una correa para la cintura que Armstrong utilizó para ayudar a mantener sus pies sobre la luna durante un período de descanso. Los astronautas utilizaban estas correas por seguridad en caso de que se vieran obligados a dar un paseo espacial mientras estaban en órbita, según el comunicado del museo.
Estos objetos ahora están en exhibición como parte de la exposición temporal del Museo del Aire y el Espacio “Outside the Spacecraft: 50 Years of Extra-Vehicular Activity”.
Un equipo de conservadores sigue catalogando algunos de los artículos encontrados en el interior para determinar si algunos otros fueron parte de la misión Apolo 11.