Los temblores de moderada a gran intensidad son comunes en esta región del Atlántico Norte. Durante el siglo pasado, otros cinco terremotos de 6,3 a 7,0 se produjeron dentro del área de 250 km cercanos a la zona de este temblor, probablemente a lo largo de la misma zona de esta falla.

El mayor de estos sismos ocurrió también el 14 de febrero en 1967 y alcanzó los 7 grados de intensidad. Debido a sus mecanismos y localizaciones en medio del océano no suelen causar daños.