Por Ian Lee y Jethro Mullen
AL AOUR, Egipto (CNN) — Mina Aziz no tenía una educación real, pero sí tenía una espalda fuerte. Con el matrimonio en la mente y los bolsillos vacíos, el joven de 24 años de edad salió de su aldea egipcia para ir a Libia.
Aziz fue uno de los muchos egipcios que van a Libia en busca de trabajo, pero su viaje terminó en horror.
Él era uno de los 21 cristianos egipcios muertos a manos de la rama libia de ISIS. Los militantes islámicos lanzaron este domingo un video terrible mostrando la decapitación de al menos una docena de los hombres en una playa.
‘Ojalá Dios haga justicia’
13 de los muertos eran de la aldea de Aziz, Al Aour, a unos 200 kilómetros al sur de El Cairo.
Una madre en el pueblo, Om Beshir, perdió a dos de sus hijos en la masacre de ISIS.
Antes de su secuestro, habían hablado de su regreso a casa para celebrar la Navidad.
“Ellos dijeron ‘Ma, cocina toda la comida de fiesta’”, recuerda. “Pero los malditos los secuestraron. Como ellos me quitaron a mis hijos, espero que Dios les quite”.
El Ejército egipcio respondió a las terribles matanzas bombardeando objetivos ISIS en Libia este lunes.
Los 21 cristianos egipcios fueron secuestrados en la ciudad libia de Sirte en dos incidentes separados en diciembre y enero.
‘Todo el pueblo está orgulloso’
Hana Aziz dice que casi fue secuestrado, también.
Hombres enmascarados fueron por sus primos y sobrino en la habitación contigua. Hana Aziz dice que fue testigo del desarrollo de la escena a través de una grieta en la pared y escuchó a los militantes anunciar que tenían órdenes de “el emir” de arrestar a todos los cristianos en Sirte.
Se las arregló para escapar al desierto con otras 15 personas. Ahora, de vuelta en casa en las polvorientas calles de Al Aour, está evitando a su familia.
“Me siento culpable”, dice. “En primer lugar, la situación era difícil, más de lo que puedes imaginar. ¿Cómo puede ser tomado tu sobrino de tu mano? ¿Cómo puedes hacer frente a tu hermano o a tu tío? ¿Qué les dirías?”.
A pesar del video impactante de las muertes de los hombres, Hana Aziz toma consuelo en un aspecto de lo que se muestra.
“Hasta el último momento, el nombre de Jesús estaba en sus labios,” dice. “A medida que estaban siendo martirizados, decían el nombre de Dios, diciendo: ‘Dios, ten piedad de nosotros’. Todo el pueblo se siente orgulloso”.
¿Qué más pudo hacer?
Hana Aziz dice que no volverá a Libia, pero algunos de sus vecinos probablemente lo harán.
Al igual que otros pueblos de la región, Al Aour se empobrece y el trabajo es escaso. Libia ofrece a los hombres jóvenes como Mina Aziz una oportunidad de ganar dinero.
En su casa, su cara de niño mira una foto mientras se duele por sus parientes.
En la imagen, los pantalones y camisa de color negro, elegante, desmienten el tipo de trabajo que hacía.
“Era un trabajador que solía llevar arena y rocas, ¿qué otra cosa podía hacer?”, dice la madre de Mina Aziz, Afaf. ”Él no tenía un negocio. Él habría tomado cualquier trabajo que le ofrecían”.
Ian Lee reportó y escribió desde Al Aour, y Jethro Mullen escribió desde Hong Kong.