Por Mel Robbins
Nota del Editor: Mel Robbins es comentarista y analista legal de CNN; además, es la directora ejecutiva de Mel Robbins Enterprises, una firma de consultoría de dirección de empresas. En 2014, la nombraron conductora de radio sobresaliente en los Gracie Awards. Síguela en @melrobbins. Las opiniones expresadas en este comentario son únicamente las de la autora.
(CNN) — Hay una sencilla razón por la que el debate sobre el vestido y las llamas que se escaparon en Arizona se han apoderado de nuestra sección de noticias, nuestras conversaciones y nuestras vidas la semana pasada… y está más relacionada con los videos de gatos que con la ciencia.
Dicho de manera simple, nosotros preferiríamos debatir sobre algo positivo, como el vestido, y no sobre ISIS y el financiamiento del Departamento de Seguridad Nacional.
Esto no es solo especulación, es un hecho: lo que la mayoría de nosotros lee, comparte y discute en absoluto está orientado a las noticias de temas serios. Un nuevo estudio dirigido por matemáticos aplicados de la Universidad de Vermont y Mitre Corp. analizó el contenido emocional de las noticias que compartimos en línea. Y sin importar la fuente de las noticias o el idioma, utilizamos más las palabras positivas y compartimos mucho más las historias positivas que las noticias negativas.
Y, según un estudio realizado por BuzzSumo, una empresa de descubrimiento de contenido y software de medición, las emociones que hacen que una historia se vuelva “viral” no son el miedo y la ira… son el asombro, la risa y la diversión.
Su análisis de los 10.000 artículos más virales verificó este punto de manera abrumadora.
Otro caso: el viernes se dio a conocer la noticia sobre la muerte de Leonard Nimoy, luego de una larga y próspera vida. Rápidamente, sus frases más inspiradoras, la discusión sobre su influencia en la cultura estadounidense —sin mencionar los tributos a su saludo vulcano— empezaron a ser tendencia en Internet, mientras desviábamos nuestra atención del vestido y las llamas para enfocarnos en el asombro y la admiración que compartíamos por un gran hombre.
Y esto no significa que los temas más intelectuales nos sean indiferentes… simplemente evidencia una inclinación al positivismo en las historias que más captan nuestra atención en línea. Además del estímulo positivo que sentimos en nuestro interior, las historias positivas nos ayudan a sentirnos conectados con los demás. Lo que resulta más divertido que ver un vestido es discutir ese vestido con tus familiares y amigos. Y mientras reflexionamos sobre la vida de Nimoy, no podemos evitar reflexionar sobre nuestra propia vida, al haber crecido con la experiencia compartida de la cultura estadounidense de ver “Star Trek”.
En lo que concierne al vestido, por cierto, los neurocientíficos que estudian el color tienen una explicación de por qué parece ser azul y negro para algunos de nosotros, y blanco y dorado para el resto. En términos elaborados, tiene que ver con la forma en la que la que la luz entra por tus ojos, la variación del “eje cromático”, debido a la luz diurna y al hecho de que diferentes colores tienen distintas longitudes de onda.
Hay muchos términos técnicos que describen el fenómeno del vestido, pero a mi hijo de 9 años se lo expliqué de esta forma: cuando vemos el mismo objeto, nuestros ojos y cerebros pueden hacernos ver cosas distintas. Pasa lo mismo con la col rizada: mi esposo y yo vemos un delicioso plato de verduras; nuestros hijos ven algo con lo que deberías alimentar a aquellas llamas que corrían frenéticamente esta semana en Sun City, Arizona. Voilà, el misterio del vestido ha sido resuelto.
Desafortunadamente, eso significa que ya podemos regresar a trabajar.