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Tomorrow Transformed explora enfoques innovadores y oportunidades disponibles en los negocios y la sociedad a través de la tecnología.

(CNN)– Aunque las nuevas innovaciones en tecnología automovilística podrían apoderarse de los titulares, es fácil olvidar que la bicicleta, la cual precede por décadas al vehículo motorizado y la cual asumió su diseño básico en la década de 1880, es una forma de transporte que simplemente se niega a desaparecer. En un momento, incluso fue considerada como el transporte del futuro. Ahora está cada vez más cerca de la realidad.

El alcalde de Pasadena con visión futurista, Horace Dobbins, sometió a debate la construcción de una ciclovía elevada que conectaría Los Ángeles y Pasadena desde 1896, pero solamente construyeron una milla de la estructura, la cual se considera un elefante blanco.

Cuando su ruta se terminó, el automóvil y el tranvía habían comenzado a eclipsar a la bicicleta.

Para el año 1900, incluso su inversionista principal había perdido la fe en su futuro.

“He llegado a la conclusión de que nos adelantamos un poco en esta ciclovía. Los hombres que usan la bicicleta no han mostrado el interés suficiente en la misma…”, opinó Dobbins en 1900 en el diario Los Angeles Times.

Quizá no volvamos a usar caballos y carruajes en un futuro cercano, pero las ciudades están empezando a darse cuenta de que las bicicletas son una tecnología antigua con un futuro muy prometedor.

Considerando que las bicicletas son limpias, baratas y, en muchos casos, más rápidas que el transporte por carretera, las ciudades que alguna vez optaron por los vehículos motorizados ahora están haciendo más espacio para ellas. Y algunas de las soluciones –en términos de infraestructura y tecnología de la bicicleta– no solo son sorprendentes sino también innovadoras.

Londres es una ciudad que ha luchado perennemente con su infraestructura de transporte. Densamente poblada y con un paisaje urbano que se debe más a su diseño medieval que a los patrones de rejilla de las grandes metrópolis de Estados Unidos, Londres está considerando la bicicleta como una futura solución de transporte más que un pasatiempo recreativo.

Actualmente, la ciudad está lista para gastar 900 millones de libras esterlinas (1.400 millones de dólares) en uno de los más ambiciosos proyectos de infraestructura para una ciclovía en Europa. Con el nombre de East-West Cycle Superhighway, la ciclovía separada conectaría a Acton, al oeste de Londres, con Barking, al este, un viaje de más de 28 kilómetros.

“Las bicicletas ya constituyen el 24% de todo el tráfico de la hora pico en el centro de Londres —cientos de miles de recorridos cada día que, de otra forma, se harían en auto o en transporte público”, dijo el alcalde de Londres, Boris Johnson.

“Porque esto no solo se trata de los ciclistas. Lograr que más gente use sus bicicletas reducirá la presión en los sistemas de carreteras, autobuses y trenes, reducirá la contaminación y mejorará la vida de todas las personas, ya sea que ellos mismos usen o no bicicletas”.

Otros planes para Londres incluyen una vía SkyCycle —diseñada por la famosa compañía de arquitectura Norman Foster— de 220 kilómetros de ciclovías suspendidas por encima de las líneas de ferrocarril y una propuesta para una ciclovía flotante que estaría anclada al cauce del río a lo largo del Támesis.

Uno de los planes incluso propone usar algunas de las estaciones de metro abandonadas de Londres y túneles como parte de una serie de ciclovías subterráneas. “Nuestro concepto propone reutilizar la infraestructura subutilizada para proporcionar enlaces rápidos entre las estaciones de metro existentes y los principales monumentos históricos y destinos de Londres”, dijo Ian Mulcahey, director administrativo de Gensler London, la compañía de arquitectura y diseño detrás de la idea.

Sin embargo, a pesar de un nivel de apoyo del 84% para las súper ciclovías, el grupo de presión del ciclismo de la ciudad a menudo está en desacuerdo con otros grupos de interés.

Los oponentes —incluyendo a la asociación Licensed Taxi Drivers Association— dicen que las ciclovías segregadas ocuparán demasiado espacio de la circulación de automóviles y resultará en embotellamiento.

Mientras tanto, los grupos de presión de la Campaña de Ciclistas de Londres afirman que se requerirán unas cuantas brillantes propuestas de arquitectura antes de ponerlo en marcha en las calles.

“La solución de la Campaña de Ciclistas de Londres para el ciclismo de la ciudad es rediseñar la red vial existente para crear espacio para el ciclismo”, le dijo a CNN la encargada de la campaña, Rosie Downes.

“Las ideas en cuanto a que las bicicletas pasen en ciclovías elevadas, o subterráneas, van completamente en contra del principio de que el ciclismo debe ser una opción atractiva y conveniente, y perpetúan la noción errónea de que no hay espacio suficiente en la superficie para proporcionar soluciones de estilo holandés”.

“El mayor potencial para el ciclismo es para viajes locales, como por ejemplo para ir a la escuela o a las tiendas, y la forma de hacer que estos viajes sean posibles es hacer que la red vial existente sea segura y acogedora para el ciclismo”.