Por Meera Senthilingam, para CNN.

(CNN) – ¡Luces, espejos, acción! Un grupo de científicos está desarrollando lentes de contacto inteligentes con minúsculos espejos incorporados que pueden amplificar tu visión en casi tres veces.

Los lentes de 1,55 mm de grosor incorporan un telescopio reflector delgado hecho de espejos y filtros; cuando la luz entra al ojo, ésta rebota en la serie de espejos y aumenta la visión percibida de un objeto o persona. Se espera que el lente mejore la visión de las personas con degeneración macular relacionada con la edad (AMD, por sus siglas en inglés); ésta es la tercera causa de ceguera más importante a nivel mundial.

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La AMD ocasiona la pérdida de la visión central debido al daño gradual que ocurre en la retina del ojo, y hay pocas opciones para la cura o tratamiento. “La AMD es el problema más grande en el que la ampliación es una ayuda visual comprobada”, dice Eric Tremblay, científico investigador de la Escuela Politécnica Federal de Lausana en Suiza.

Tremblay dirigió el diseño óptico del lente, el cual está basado en un telescopio que se implanta quirúrgicamente y actualmente es utilizado por algunos pacientes con degeneración macular relacionada con la edad, pero es mucho más invasivo que un lente. “Con un lente de contacto, es fácil probarlo”, dice Tremblay.

Hacer el cambio

Una innovación clave con los lentes es la capacidad adicional de cambiar entre visión normal o amplificada mediante un par de gafas complementarias. Las gafas que funcionan con baterías utilizan la tecnología LCD para observar el movimiento del ojo, y un simple guiño puede alterar su polarización y determinar si la luz que entra se amplificará o no. “Tener la capacidad de cambiar según sea necesario es algo atractivo”, dice Tremblay.

La capacidad de amplificar tu visión de manera selectiva hace que la combinación de gafas y lentes de contacto sea más adecuada para tu vida diaria. “Cuando se amplifica lo que ves, pierdes gran parte de tu campo de visión, tu visión periférica”, dice Tremblay. Un guiño estratégico permitirá a los usuarios fijar la vista en su periferia, como por ejemplo autos que se aproximan cuando cruzan la calle, mientras también pueden hacer un acercamiento y reconocer a las personas que los rodean.

El equipo desarrolló su tecnología sobre lentes esclerales, los cuales tienen un mayor grosor y diámetro, lo que hace que sean comúnmente utilizados para el cuidado de los ojos más específico. “Ellos proporcionan un área más amplia en la que se puede trabajar”, dice Tremblay. Sin embargo, el desafío que estos lentes traen consigo es la comodidad, ya que obstaculizan la cantidad de oxígeno que llega al ojo.

El prototipo más reciente, dado a conocer por el equipo en febrero, superó este desafío al introducir canales de aire para ayudar al flujo de oxígeno hacia el ojo. Pero el equipo espera mejorar esto aún más al desarrollar una solución para lentes de contacto saturada con oxígeno, la cual puede ser almacenada y liberada poco a poco dentro del ojo. “Construiremos cavidades en la parte posterior del lente”, dice Tremblay.

Los lentes solo han sido probados en unos cuantos humanos para medir su comodidad; la mayor parte de la investigación hasta la fecha se ha realizado en el laboratorio utilizando un ojo químico como modelo. Pero se tiene planificado realizar más pruebas en humanos con la meta final de crear lentes de contacto de uso diario para ayudar a quienes tienen una discapacidad visual.

“Queremos que esto avance en la dirección de encontrar una alternativa para mejorar la visión en el mundo real”, dice Tremblay.

Cada vez más inteligentes

Estos no son los primeros lentes de contacto inteligentes. Otros prototipos han sido desarrollados para monitorear, así como mejorar, la salud tanto en el ojo como en todo el cuerpo.

Alcon, la división para el cuidado ocular de Novartis, formó una sociedad con Google X en 2014 a fin de desarrollar tecnologías de lentes inteligentes para un conjunto de aplicaciones en el cuidado médico de los ojos. Uno de los primeros ejemplos del uso de lentes de esta manera fue Sensimed, un proyecto derivado que también surgió de la Escuela Politécnica Federal de Lausana. La tecnología Triggerfish de Sensimed controla la progresión del glaucoma, la segunda causa más importante de ceguera, la cual afecta a más de 4,5 millones de personas alrededor del mundo.

El glaucoma es una causa progresiva de ceguera ocasionada por el deterioro del nervio óptico del ojo. La prueba tradicional utilizada por los optometristas para monitorear a los pacientes utiliza soplos de aire para medir la presión en el ojo, pero tales mediciones no son ideales.

“Lo más necesario en el glaucoma es tener una imagen de 24 horas de lo que está sucediendo en el interior del ojo”, dice David Bailey, director ejecutivo de Sensimed. Sus lentes inteligentes utilizan medidores y sensores de presión incrustados dentro de un chip ubicado en el lente para medir los cambios en el volumen del líquido en el ojo como un sustituto de la medida de la presión. Se puede utilizar por un período de 24 horas para controlar los patrones de la presión y comunica los datos de manera inalámbrica a un aparato de grabación que el usuario lleva alrededor de su cuello.

El optometrista James Wolffsohn, portavoz de la Asociación Británica de Lentes de Contacto, está ansioso porque un día se utilicen tecnologías como el lente telescópico en la práctica clínica. “El lente parece ser un concepto interesante para proporcionarle una ampliación óptica a la retina cuando se requiera”, dijo. Sin embargo, él añade que habrá desafíos para llegar a esa etapa: “Actualmente es un lente escleral y grueso, incluyendo los elementos rígidos del espejo, los cuales probablemente afectarán la fisiología de la córnea y la comodidad”. Wolffsohn ha visto a colegas probar la tecnología Triggerfish más establecida para controlar el glaucoma y es optimista respecto al futuro del campo. “También hay muchos otros desarrollos emocionantes en los usos innovadores de los lentes de contacto”, dijo.

“El ojo es la ventana para muchos estados de enfermedad”, afirma Bailey, quien cree que los lentes de contacto son el futuro del cuidado de los ojos, tanto en términos del uso clínico como del manejo de estilo de vida. Más de 30 millones de personas utilizan lentes de contacto en Estados Unidos solamente, según los Centros para el Control de Enfermedades, lo que significa que podrían ser un camino no invasivo para el manejo de la salud… ya sea la progresión de la ceguera o incluso el monitoreo de los niveles de insulina o alcohol.

“Los sensores oculares en los lentes de contacto están aquí para quedarse… de una forma u otra”, sostiene Bailey.