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Por Will Ripley, CNN

(CNN) — Una reina de belleza en Japón mestiza enfrenta críticas por no ser lo suficientemente japonesa.

Mitad japonesa y mitad afroestadounidense, la Miss Nagasaki Ariana Miyamoto, es la primera contendiente a Miss Universo de Japón de dos razas.

Algunos dicen que ella no representa el origen demográfico de Japón, mientras que otros defienden a la modelo, orgullosos de que ella supere los obstáculos raciales y ayude a ampliar la definición de lo que significa ser japonés.

Pero cambiar las percepciones en ese país puede ser una lucha cuesta arriba. En una cultura que normalmente prefiere lo pálido —donde la piel blanca se considera como “japonés puro” y un símbolo de la belleza— la mujer de piel más oscura coronada la semana pasada remueve todo.

En un paseo por el distrito de la moda de Harajuku de Tokio el martes, la escultural joven de 20 años atraía las miradas, a los fotógrafos y las multitudes curiosas.

Con una madre japonesa y padre de origen negro de Estados Unidos, Miyamoto es “haafu”, lo que significa en la nación oriental “medio japonesa”.

Intimidada por ser diferente

En un país donde cerca del 98% de la población se considera que es de la misma raza, esta reina de belleza dice que fue intimidada por ser diferente.

“En la escuela, la gente solía tirar basura en mí”, dice Miyamoto, y también afirma que han usado insultos raciales en su contra.

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“Las personas se encuentran con discriminación y prejuicios (en Japón)”, dice Jeff Kingston, profesor de Estudios Asiáticos de la Universidad de Temple de Tokio.

El investigador dice que Japón ha aceptado artistas de raza mixta y atletas en los últimos años, pero Miyamoto es la primera en romper la “barrera de la belleza”.

Para un país que a menudo se considera conservador y resistente al cambio, su coronación presenta un lado diferente de Japón a nivel internacional, dice.

“Es un mensaje muy positivo sobre el cambio de Japón frente al mundo.”

Patria homogénea

Pero en la nación, sin embargo, muchos sienten que Miyamoto, que nació en Nagasaki, no debe representar a su patria homogénea.

“No, ella ni siquiera parece japonesa”, dice Ishiko Komagawa, quien es de mediana edad.

“La mitad no es 100% japonés. Si alguien es elegida como Miss Japón, sus padres deben ser japoneses”, dice el estudiante de secundaria Tomoki Nogami.

Miyamoto dice que la crítica de su corona en el país solo la hace prepararse más duro para el certamen mundial de Miss Universo en enero.

“Quiero decirle al mundo que incluso una mitad japonesa puede representar a Japón”, afirma Miyamoto.