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Por Lisa Cohen, CNN

(CNN)  – Cuando Kieu tenía 12 años su madre le pidió que aceptara un trabajo. Pero no era cualquier trabajo. Primero, Kieu fue examinada por un médico, quien le emitió un “certificado de virginidad”. Luego fue llevada a un hotel, en donde un hombre la violó durante dos días.

En 2013, el Proyecto Libertad fue a Camboya con Mira Sorvino, actriz ganadora de un Óscar y embajadora de buena voluntad de la ONUDD contra la Trata de Personas. El resultado fue Every Day in Cambodia: A CNN Freedom Project Documentary (Cada día en Camboya: Un documental de CNN del Proyecto Libertad), el cual examinaba el tráfico sexual infantil en el país.

En Svay Pak, un conocido centro de tráfico sexual infantil en Nom Pen, Sorvino conoció a Kieu, quien entonces tenía alrededor de 14 años. Ella había sido rescatada de la trata sexual por Agape International Missions (AIM), una organización no lucrativa para niños y adolescentes que han sido víctimas de la trata y los que están en riesgo.

Kieu le contó cómo había sido vendida a los 12 años por su madre a un hombre khmer que “tenía quizá más de 50 años” y que tenía tres hijos propios; Sorvino explica en su diario de Camboya: “El precio fijado de antemano por su virginidad: 1.500 dólares, aunque, a la larga, solo le dieron 1.000 dólares, de los cuales ella le tuvo que dar 400 dólares a la mujer que la llevó con el hombre. Su madre utilizó el dinero para pagar una deuda y para comprar comida para los peces que ellos crían debajo de su casa flotante… su principal fuente de ingresos.

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“De antemano, dijo Kieu, ‘Yo no sabía qué trabajo era y si era bueno para mí. No tenía ni idea de lo que podía esperar. Pero ahora sé que el trabajo no era bueno para mí’. Después de que perdió su virginidad con este hombre, se sintió ‘sumamente desconsolada’. Supuestamente, su madre también se sintió mal, pero aun así la envió a trabajar a un burdel. Kieu dijo que no quería ir, pero que tuvo que hacerlo. ‘Me mantuvieron como si estuviera en la cárcel’, dijo”.

La mantuvieron allí durante tres días, y la violaban de tres a seis hombres cada día. Cuando regresó a casa, su madre la envió por temporadas a otros dos burdeles, incluyendo uno a 400 kilómetros de la frontera con Tailandia. Cuando se enteró de que su madre estaba planeando venderla de nuevo, esta vez durante un período de seis meses, se dio cuenta de que tenía que escapar de su hogar.

Su historia es muy común en Svay Pak; ella fue únicamente una de las niñas cuyas historias se relataron en la película. En un rápido avance hasta el 2015, vemos que Everyday in Cambodia fue nombrado como un “documental extraordinario” por la Alliance for Women in Media Foundation (Fundación Alianza para las Mujeres en los Medios), y que ganó un premio Gracie Allen.

Sorvino dice que la película ha hecho conciencia del problema de la trata sexual infantil en Svay Pak y Camboya, y que ha ayudado a recaudar fondos para que AIM construya una escuela que, una vez terminada, ofrecerá esperanza para más de 1.000 niños de la región.

“La educación primaria y, en especial, la educación secundaria, es muy importante para prevenir la trata”, dice ella. “Permite que los niños desarrollen habilidades de pensamiento crítico para que puedan defenderse de los traficantes; además les ayuda a que puedan tener las habilidades que les permitan tener un empleo remunerado a fin de mantener a sus familias sin tener que ser explotados sexualmente”.

AIM ahora también trabaja con un equipo SWAT “insobornable” de la policía para allanar burdeles en donde trabajan niños.

Pero Sorvino añade que no se trata solamente de ayudar a las víctimas. “Realmente se necesita abordar el lado de la demanda”, dice. “Si la gente no estuviera intentando comprar sexo infantil, este no se estaría vendiendo”.