Por Gloria Borger, jefa de Análisis Político
(CNN) A menos que hayas estado viviendo bajo una roca durante los últimos treinta años, o en otro planeta, sabes quién es. Y es probable que tengas una opinión.
“No hay muchas personas conocidas con un nombre, Hillary”, comenta a CNN el gobernador demócrata de Virginia, Terry McAuliffe de Virginia. “Supongo que hay algunos otros: Madonna, algunos otros… Pero todo el mundo conoce a Hillary.”
Esa es la bendición y la maldición. Hillary Clinton no inicia su campaña en la línea de salida, como la mayoría. Ella es una mujer que ha escrito dos autobiografías -una llamada “Living History”- y tiene una hoja de vida que abarca casi todo, excepto el cargo que ella quiere agregar al curriculum: Señora Presidenta.
Ha pasado por todo, y algo más. Así que es fácil preguntar por qué realmente quiere hacer esto: otra campaña, más objetivos en la espalda, la posibilidad de que no tenga éxito. Una vez más.
Pero al final resulta que las motivaciones que impulsan a Hillary Clinton son mucho muy fuertes.
El tirón está en la enorme red de contactos Clinton. En el impulso de su marido, Bill Clinton. En el jalón de su historia como mujer, en ser segura. Y en el servicio a su país que, muchos señalan, es lo que Hillary sabe hacer mejor.
“No es sólo decir tengo que hacer esto, tengo que hacer historia, tengo que ser el pez gordo, que tienen que jugar a reverenciar al jefe cuando entro en la sala”, dice un amigo, asesor y recaudador de fondos, Paul Begala . “Es realmente una sensación de que ella tiene un plan y la manera de lograr que se haga”.
Preparándose toda una vida
La senadora demócrata por California Diane Feinstein, que la conoce desde hace décadas, lo expresa así: “Ella no lo necesita, pero lo desea. Puso el camino de la preparación para ello como su propia vida.”
Así que es una decisión que no sorprende absolutamente a nadie - a pesar del hecho de que todos entiendan que no es una tarea fácil - especialmente para un Clinton. Pero, como dice McAuliffe, ella una vez pasó días muy oscuros en la Casa Blanca, y logró sobrevivir, e incluso prosperar. “Fue muy duro”, dice. “Eso se trato de su familia y ella quería mantenerlo dentro de su familia… cuando vienen tiempos difíciles, ella es capaz de lidiar con ello, manejarlo ella misma y es capaz de seguir adelante.”
De hecho, añade el exsecretario de Comercio y Jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Bill Daley, “Yo no sé lo que podrían decir de ella que no se haya dicho en el pasado en un sentido negativo. Así que, ella tiene un muy fuerte escudo a su alrededor “.
Es un escudo que puede mantener a los votantes con el brazo extendido, y eso es lo que preocupa a la campaña. Entienden que, después de todos estos años en el ojo público, todavía hay una idea vaga sobre Hillary Clinton. “Las personas que nunca han conocido a ninguno de ellos, [tienen] una muy clara sensación de que Bill Clinton es… lo quieren, le llaman Bill. Como queriendo decir: “¿crees que le gustaría venir y hacer una barbacoa con nosotros? ’ Con Hillary hay una distancia “, dijo Begala.
La “verdadera” Hillary
Así que el plan de juego es hacer que los electores se reúnan con la “Hillary real”, la cálida, prácticamente cara a cara. De esta manera, según la teoría, los votantes podrán conocer a la Hillary que describen sus amigos. Ella es, dice McAuliffe, una “enorme cantidad de diversión…. Ella tiene una gran carcajada. Ella y yo nos pasaremos unas largas vacaciones, hablando de política, quizá tomando una o dos copas, ya sabes, quiero decir ella es una persona con la que te lo pasas muy divertido.”
Al final, añade Feinstein, “Creo que ella es una persona muy completa.” Pero lo que realmente cuenta, añade, es los años ha puesto en esto. “Creo que lo más importante es lo que la experiencia le ha dado. Ya sabes, tenemos hombres que vienen aquí durante uno o dos años, para conseguir un par de cosas para inflarse, salen y se lanzan a la presidencia”.
La historia de Hillary Clinton es larga y controvertida y en ella hay equipaje, que también está tratando de soltar. Ella se encontró en problemas, en su tiempo en el Departamento de Estado, por una controversia por los correos electrónicos. Hay persistentes descripciones de los Clinton como paranoicos, muy protegidos, incluso arrogantes.
“Creo que hay ciertas personas que mantienen los conceptos erróneos que han tenido por veinticinco años”, dice Bill Daley. “Usted no los va a cambiar. Lo que tienes que hacer es, básicamente, hablar sobre el futuro que deseas para el país.”
Ese parece ser el plan y es muy diferente de su pasado intento fallido de ganar.