Presentar a los niños los alimentos de una forma distinta o darles incentivos podría ayudar a que coman más saludable en las escuelas (Getty Images/Archivo).

(CNN) – “Esta es una canción sobre la experiencia de la escuela secundaria, entonada a través de los ojos de la persona que —más que nadie— pone a los jóvenes en el camino correcto”, dijo Adam Sandler en un sketch de Saturday Night Live en 1994. “No estoy hablando de los maestros. No estoy hablando de los entrenadores. No siquiera estoy hablando de los consejeros. Estoy hablando de la persona a la que nos referimos como la señora del almuerzo”.

Aparte de hacernos reír —y brindarle a Chris Farley la oportunidad de bailar con su delantal puesto— parece que Sanders tenía razón.

Más de 30 millones de estudiantes estadounidenses comen en la escuela todos los días, y muchos de ellos dependen de los alimentos que ahí reciben en términos de la mitad de las calorías que consumen diariamente.

“Por lo tanto, las intervenciones que fomentan la selección y el consumo de componentes alimenticios más saludables en las escuelas pueden tener implicaciones importantes para la salud, sobre todo si son sostenibles y económicamente viables”, escribe Juliana Cohen, la autora principal de un estudio publicado el lunes en JAMA Pediatrics.

Cambio de hábitos

Los investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard se asociaron con Project Bread, una organización sin ánimo de lucro contra el hambre, a fin de crear el estudio para la “Modificación de los hábitos alimenticios y de estilo de vida en las escuelas” (MEALS, por sus siglas en inglés), un ensayo clínico aleatorio llevado a cabo en dos distritos escolares urbanos de bajos ingresos.

Los sujetos eran más de 2.500 estudiantes de tercer a octavo grado de 14 escuelas primarias y secundarias de Massachusetts.

El equipo se propuso examinar los efectos a corto y largo plazo de un chef profesional y el efecto de una exposición diaria prolongada a una intervención de selección estructural sobre las elecciones y el consumo de alimentos en la escuela por parte de los estudiantes. La “selección estructural” es un término que se utiliza para describir las distintas formas en las que las elecciones pueden ser presentadas a los consumidores y el impacto de esa presentación en la toma de decisiones de los consumidores.

“En general, encontramos que tanto la colaboración con un chef para mejorar las comidas escolares como el uso de la técnicas de selección estructural proporcionan beneficios”, escriben los autores del estudio. “Sin embargo, mejorar la calidad y el gusto por los alimentos era un método más eficaz a largo plazo para aumentar el consumo de alimentos más saludables en la escuela”.

El porcentaje de verduras que se consumen aumentó en un 30,8 % en las escuelas donde había un chef, en comparación con las escuelas del grupo de control.

“Me anima mucho este enfoque innovador y efectivo, en el que participa un chef, para aumentar el consumo de frutas y verduras, especialmente considerando que el estudio se llevó a cabo en una población de menores ingresos que probablemente se beneficiaría aún más de intervenciones tan efectivas como estas”, dice el Dr. Melina Jampolis, un médico especialista en nutrición que no está afiliado con el estudio ni sus autores.

La presentación es clave

Lograr que los chicos se coman sus verduras puede ser tan sencillo como una buena estrategia de marketing.

Al hacer referencia a numerosos estudios realizados por el científico especialista en nutrición Brian Wansink, el director del Cornell Food and Brand Lab, Cohen confirmó que colocar alimentos más saludables al inicio de un buffet aumentaba la selección general de las comidas. Entre otras técnicas, está la de colocar la leche blanca frente a la leche de chocolate endulzada con azúcar, al igual que utilizar mensajes verbales e iluminación en los alimentos más saludables.

En un estudio de 2012 realizado por Wansink, cambiar el nombre de la zanahoria por “zanahoria para la visión con rayos x” dio lugar a que la increíble cantidad del 66% del vegetal anaranjado fuera consumido… esta cifra es mucho mayor que el 32% que consumían cuando estaba etiquetado como “alimento del día” y el 35% cuando no tenía ninguna etiqueta.

El brócoli se convirtió en “deliciosas copas de pequeños árboles”. Los guisantes se presentaron como “guisantes de energía”.

Incluso podrías pensar en decirle a tu hijo que su ídolo deportivo favorito es un fanático del alimento que estás tratando que prueben.

Otros trucos comerciales

En un editorial adjunto, el Dr. Mitesh Patel de la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, aplaude el estudio, el cual fue motivado en parte por el programa Chefs Move to Schools, lanzado en 2010 por la primera dama Michelle Obama para promover comidas más agradables por medio de colaboraciones con chefs profesionales.

“Adoptar y mantener … hábitos más saludables es un desafío, y se necesitan nuevas estrategias”, escribe Patel.

“Enmarcar la información y el marketing puede tener una influencia significativa en la toma de decisiones”, dice. “La información nutricional presentada como porciones, tamaños y calorías puede ser difícil de comprender, incluso para los adultos. En lugar de mostrar una información numérica, el valor nutritivo se puede mostrar de mejor forma utilizando un plan de códigos de colores con el que se pueda establecer una relación más fácilmente, como el del semáforo”.

Otro estudio que se realizó con niños de 40 escuelas encontró que pequeños incentivos de 25 centavos por día duplicaron el consumo de frutas y verduras. Dos meses después de que la intervención terminara, las frutas y las verduras todavía se consumían en proporciones aproximadamente de un 50% más altas que al principio.