NUEVA YORK (CNNMoney) — Bares y restaurantes de Estados Unidos estarán a reventar por la pelea de Mayweather vs. Pacquiao el sábado por la noche. Y entre los comensales habrá por allí y por allá policías del ‘Pay-Per-View’ (Pago Por Ver) en busca de lugares que no pagaron la costosa cuota de licencia para transmitir el combate.
Los aficionados al box tendrán que pagar una cifra récord de 99,99 dólares para ver la pelea en HD en la televisión de casa. Pero los bares y restaurantes tienen que pagar mucho más, en función de una fórmula que toma en cuenta el aforo o capacidad del establecimiento. Naturalmente, las tarifas de licencia para esta pelea también cuestan un máximo histórico.
Para un pequeño bar con capacidad de 101 a 150 personas, la tarifa puede llegar a 5.000 dólares, de acuerdo con G&G Closed Circuit Events, encargada de la concesión de licencias en Estados Unidos. Un establecimiento grande que pueda alojar de 450 a 500 personas pagará 15.500 dólares. Eso promedia unos 31 a 50 dólares por comensal, asumiendo que el local esté lleno.
Estos altos precios podrían tentar a más de un local a hacer trampa y pagar la cuota de 99,99 dólares reservada para la transmisión en los hogares. Ahí es donde la policía del Pay Per View entra en acción.
Audit Masters es una de las empresas que envía inspectores, conocidos como auditores, a realizar rondines durante los grandes eventos, como los partidos del Mundial, en un esfuerzo por acabar con las emisiones ilegales. Los investigadores obtienen una recompensa de 250 dólares por cada establecimiento que detectan emitiendo ilegalmente el evento.
Los auditores no impiden la emisión, sólo toman dos fotos de la fachada del local, un vídeo de 60 segundos que demuestra que el sitio está emitiendo en sus televisores el evento y proporciona una declaración jurada firmada sobre lo que encontraron. Sólo se quedan en los bares cinco o diez minutos, el resto luego es asunto de los abogados que representan a HBO, Showtime y los operadores de cable.
Muchos auditores pueden ganar 1.000 dólares por una noche de trabajo, según Audit Masters, que dice que muchos de sus investigadores son policías fuera de servicio o jubilados.
Aquel establecimiento que se descubra emitiendo de forma ilegal puede llegar a pagar hasta 100.000 dólares en multas y otras sanciones.
Los propietarios de los bares que sí pagan la costosa licencia se alegran de que los investigadores se aseguren de que sus competidores paguen caro si transmiten la pelea con una tarifa que no corresponde.
“Creo que debemos competir en igualdad de condiciones”, dijo Leo Fonseca, CEO de Stephanie’s Restaurant Group en Boston, que compró una licencia para dos de sus restaurantes.