El hombre del retrato está vestido como un romano, que llevaba laureles y que, según el historiador, pretende hacernos pensar en Apolo y la poesía (CNN).

(CNN)– ¿Acaso tengo frente a mí al bardo?

Eso es lo que cree el botánico e historiador Mark Griffiths. Él dice que un dibujo de un hombre que aparece en la portada de un libro de 1598 sobre plantas es una fotografía de William Shakespeare.

Si se comprueba la teoría de Griffiths, este sería un hallazgo importante… y está siendo pregonado como tal por la revista Country Life del Reino Unido, la cual está dando a conocer el descubrimiento en su nueva edición.

Este es “el descubrimiento literario del siglo”, le dijo el editor de Country Life, Mark Hedges a The Guardian. “Este es el único retrato comprobable del mejor escritor del mundo que se hizo en vida. Es un descubrimiento absolutamente extraordinario; hasta el día de hoy, nadie sabía cómo se veía William Shakespeare en vida”.

En la actualidad, solamente se tiene conocimiento de dos retratos comprobables de Shakespeare, ambos descubiertos después de su muerte en 1616. Uno de ellos es el famoso retrato de un hombre calvo con cuello ancho, tomado del First Folio, publicado en 1623. El otro es de un memorial en una iglesia de su ciudad natal de Stratford-upon-Avon.

Si el hombre en el libro, The Herball, es Shakespeare, tendría unos 30 años y ya habría escrito una serie de obras basadas ​​en reyes ingleses, entre ellos Ricardo III y las dos partes de Enrique IV. Aún le faltaba por escribir Hamlet, Otelo, El rey Lear y Macbeth, los cuales posiblemente datan de principios de 1600.

Para determinar que el retrato es de Shakespeare, Griffiths tuvo que desbloquear algunos códigos isabelinos elaborados, le dijo a The Guardian. Aparecen cuatro hombres fotografiados en The Herball y determinó quienes eran los otros tres con relativa facilidad: el autor del libro, John Gerard, quien fue tema de una investigación de Griffiths; el botánico Rembert Dodoens, y el ministro real William Cecil, Lord Burghley.

Sin embargo, el cuarto tomó un poco de trabajo.

“Él está vestido como un romano, que llevaba laureles y pretende hacernos pensar en Apolo y la poesía… No podía pensar en alguien que fuera realmente un íntimo amigo directo de Gerard y que hubiera participado en la redacción de su libro”, le dijo a The Guardian.

A través de una variedad de pistas —entre ellas una punta de flecha, una peculiar flor y una W— Griffiths deduce que ese hombre era Shakespeare.

Hedges cree que la teoría es correcta. “Mientras más conoces la historia, más encaja”, dijo en un video de Country Life.

Sin embargo, eso no es así para algunos expertos.

“No existe evidencia de que alguien creyera que se trataba de Shakespeare en ese entonces”, según le dijo a BBC el profesor Michael Dobson, director del Instituto Shakespeare en la Universidad de Birmingham.

En un ensayo de The Guardian, el crítico de arte Jonathan Jones comparó la teoría con algo que se le habría ocurrido a Dan Brown: “tonterías descabelladas”.

“No existe ‘evidencia’ alguna de que el hombre bigotudo en el grabado sea Shakespeare”, escribió. “Sus complejas series de argumentos son actos masivos de sobreinterpretación”.

Sin embargo, Griffiths está convencido.

“No es una suposición de que sea Shakespeare, se trata de álgebra… Es una ecuación”, dijo.

Entonces, la interpretación podría estar en el ojo del espectador.

O, como escribió Shakespeare en Antonio y Cleopatra: “En el libro infinito secreto de la naturaleza/Un poco puedo leer”.