Un afiche en francés que dice "Plaza de la Libertad y la expresión" con la imagen de Voltaire, en un árbol de la Plaza de la República  antes de una marcha tras la masacre en la revista Charle Hebdo en 2015

(CNN Español) – Algunos solo recuerdan a Santa Bárbara cuando truena y a Voltaire cuando no le dan la razón o sufren un zarpazo de los intolerantes.

El filósofo español Fernando Savater cuenta que, cuando la fatua contra Salma Rushdie, vio un cartel en Londres que decía: “Avísenle a Voltaire”.

Más allá de la cita ultra famosa que se le atribuye —‘’No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo’’—, apenas conocemos a Voltaire. Poco menos que fue miembro de la Academia francesa y uno de los principales representantes de la Ilustración, que para el establishment siempre fue un revoltoso, que perdió el trabajo en el mundillo diplomático por un amorío, que escribió varias tragedias , entre ellas Mahoma o el fanatismo de 1742, que fue prohibida por el Parlamento de París.

Ahora Savater publica Voltaire contra los fanáticos: 168 páginas para reiterar que la mayor aportación del francés fue inventar al intelectual moderno, que quiere cambiarlo todo. Curioso, porque en la Cuba de los noventa, con la Unión Soviética deshaciéndose poco a poco, Voltaire resultaba tan incómodo como cualquier otro opositor más o menos conocido.

‘’Nadie antes (de Voltaire)”, dice Savater en la introducción de su libro, ‘’se había dado cuenta con tanta nitidez de la fuerza regeneradora que puede ejercerse por medio de las ideas sobre la opaca y rutinaria armazón de la sociedad’’.

Y eso que no tenía cuenta en Twitter ni Facebook…