(CNN) – Estén pendientes del cielo sobre Hawái el viernes. Si todo sale según lo planificado —luego de una serie de retrasos— la NASA pondrá a prueba una nave en forma de platillo volador que podría ser la clave para una futura misión tripulada a Marte.
El vuelo de prueba originalmente estaba programado para el martes, pero los administradores de la misión se vieron obligados a posponer el lanzamiento dos veces debido a las condiciones desfavorables del océano.
La NASA dijo que las olas serían demasiado altas para que los miembros de la tripulación pudieran recuperar la nave de forma segura, luego de que esta amerizara en el mar.
Un lanzamiento programado para el jueves también fue cancelado debido al mal clima, dijo la NASA. “Una serie de lluvias se desarrolló durante la noche, desplazándose hacia el lugar del lanzamiento, la cual provocó condiciones de viento inestables cerca de la superficie que impedirían el lanzamiento del globo”.
La próxima oportunidad para lanzarlo será el viernes.
Si las condiciones son adecuadas, un enorme globo elevará el vehículo de prueba —el cual lleva el desacelerador supersónico de baja densidad tipo disco (LDSD, por sus siglas en inglés)— a una altura de 120.000 pies, más de 20 millas (32 kilómetros) por encima de la Tierra.
Luego, los controladores de la misión liberarán el LDSD para que lance sus cohetes y evaluarán la pieza central de la prueba: un paracaídas supersónico gigante, el cual mide 100 pies (30 metros) de ancho.
Para aquellos que estén en tierra, se transmitirá un video en vivo por medio de cuatro cámaras que se encuentran a bordo de la nave pionera en forma de platillo volador.
“Tendrás la oportunidad de ver el mismo video que yo veré, al mismo tiempo que yo”, dijo en un comunicado de prensa en línea Mark Adler, director del proyecto en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California.
“La prueba de este año está enfocada en cómo funcionará nuestro recién diseñado paracaídas supersónico. Creemos que contamos con un gran diseño listo para el reto, pero la prueba lo dirá todo y dicha prueba será transmitida en vivo para que todos la vean”.
Actualización de la tecnología de hace varias décadas
El año pasado, cuando el LDSD fue puesto a prueba por primera vez —también lanzado desde las instalaciones del Pacific Missile Range Facility de la Armada de Estados Unidos en Kauai, Hawái— el despliegue del paracaídas fue el único problema, cuando no se infló como se esperaba.
En esta ocasión, se está probando un nuevo diseño: el paracaídas supersónico Ringsail, el cual según la NASA es el paracaídas supersónico más grande que alguna vez haya sido probado para aterrizar en Marte.
La tecnología actual para esa tarea —desaceleración de altas velocidades durante el reingreso a la atmósfera, a las etapas finales del aterrizaje en Marte— se remonta al Programa Viking de la NASA, en el que se enviaron dos módulos de aterrizaje a la superficie marciana en 1976.
El diseño básico del paracaídas Viking ha sido utilizado desde entonces. Fue utilizado con éxito nuevamente en el 2012 para llevar al vehículo explorador Curiosity a Marte.
La NASA tendrá nuevas y mejoradas tecnologías de aterrizaje para manejar las naves espaciales más grandes del futuro y aterrizar en superficies rocosas, así como en las elevaciones más altas.
Arrastre atmosférico
Los científicos de la NASA esperan que esta nave en forma de platillo pueda ser la clave.
“A medida que la NASA planifica ambiciosas misiones científicas robóticas a Marte, estableciendo las bases para incluso expediciones humanas más complejas en el futuro, la nave que necesitaba aterrizar de forma segura en la superficie del planeta rojo será más grande y más pesada con el fin de adaptarse a las estancias prolongadas de los exploradores en la superficie marciana”, decía el sitio web de la agencia.
Esto significa que el paracaídas supersónico estará hecho para crear suficiente resistencia atmosférica con el fin de reducir la velocidad de los vehículos para que así puedan aterrizar de forma segura. Al utilizar el arrastre para la desaceleración significa que el preciado combustible puede reservarse para las maniobras de aterrizaje.
Un tercer vuelo de prueba para el LDSD está previsto para el verano del 2016.
Lauriel Cleveland contribuyó con este reporte.